La comunidad de Warzone quiere esta mecánica de Fortnite para lidiar con las armas rotas

Los jugadores del battle royale de Call of Duty no están a gusto con cómo se está gestionando la última incidencia con la PPSh-41


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Ayer mismo os contaba cómo la comunidad de jugadores de Warzone se había percatado de que la PPSh-41 se había convertido en una máquina de matar por una serie de motivos que ya recogía en este otro artículo. Lo que no esperaba es, por otra parte, la reacción que esto ha provocado. Principalmente, porque, cuando ayer escribía sobre esta situación, no me imaginaba que iba a acabar hablando de Fortnite al día siguiente.

Y yo tan contento, la verdad, por una sensación de pura pertenencia: soy mucho más de jugar a este último que a Warzone pero ¿qué tiene que ver todo esto con lo que ha pasado con la PPSh-41 en Caldera? Muy sencillo; dejadme que os lo explique todo a continuación.

  • Según recogen los compañeros del portal CharlieIntel, la comunidad de Warzone está bastante descontenta ante el hecho de que se haya roto este arma
  • Ya no solo eso, sino también a que Raven Software tarde tanto en arreglarla y, por tanto, esta se encuentre presente en el juego durante demasiado tiempo ❌
  • Ahí es donde entra Fortnite: cuando esto ocurre en el battle royale de Epic Games, la compañía recurre a un movimiento llamado Vaulting
  • El vaulting es un sistema con el que Epic Games puede retirar un arma del juego de forma instantánea si ve qué algo raro ocurre con ella ✅
  • No son pocos los usuarios de Warzone que piden a Raven Software que creen un sistema similar a este último para poder equilibrar el juego rápidamente cuando sea necesario
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¿Qué opináis vosotros de este sistema? Desde la experiencia os digo que funciona; aunque tiene un contrapunto que no me convence tanto: es más normal de lo que puede parecer que un arma recién metida en el juego se elimine de él por estar rota desde el principio... pero supongo que esto ya depende más de cómo hace Epic Games las cosas que de nada más.

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Crecí rodeado de naturaleza y campos de trigo, pero con la cabeza llena de historias sobre dragones y planetas lejanos. Después me hice psicólogo para poder fascinarme con las historias de los demás.

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