Hubo finales de videojuegos que te dejaban sentado en el sofá sin saber muy bien qué acababa de pasar. No eran solo créditos bonitos o un "gracias por jugar", eran cosas que se te quedaban en la cabeza durante días. Los tres juegos de esta lista tienen momentos que marcaron a jugadores de todo el mundo, y que treinta años después todavía se siguen comentando en foros y redes sociales como algunos de los mejores de la historia.
Llegas a la pelea con Psycho Mantis y el tío con máscara de gas empieza a decirte cosas raras. Te suelta que puede leer tu mente. Vale, típico villano de videojuego, piensas. Pero entonces dice "veo que te gusta Castlevania" y ahí ya te quedas flipando porque acabas de darte cuenta de que el juego está leyendo tu tarjeta de memoria. Si tenías guardadas partidas de otros juegos de Konami como Suikoden o Vandal Hearts, Mantis te las nombraba una por una. Luego te pedía que pusieras el mando en el suelo y lo hacía vibrar solo. La pantalla se ponía en negro como si alguien hubiera cambiado el canal de la tele.
Lo mejor venía después. Intentabas pegarle y esquivaba todos tus ataques porque supuestamente leía tu mente y sabía lo que ibas a hacer. La solución era una locura: tenías que levantarte, desenchufar el mando del puerto 1 de la PlayStation y conectarlo al puerto 2. Entonces Mantis decía algo como "ya no puedo leer tus movimientos" y podías matarle. Hideo Kojima consiguió que millones de personas se levantaran del sofá a toquetear la consola en mitad de una partida. Nadie había hecho algo así antes ni lo ha vuelto a hacer con tanto estilo.
Este juego tenía trece finales distintos en 1995. Trece. La mayoría de juegos tenían uno, con suerte dos si eras bueno o malo. Pero Chrono Trigger iba de otra cosa. El truco estaba en que podías pelear contra el jefe final, Lavos, en casi cualquier momento de la historia. Claro, si lo intentabas muy pronto te machacaba en dos segundos, pero el juego te dejaba.
Aquí es donde entraba el New Game Plus, algo que Chrono Trigger básicamente inventó. Terminabas el juego una vez y podías empezar de nuevo con todos tus niveles y objetos. Entonces sí que podías ir a por Lavos desde el principio y ver finales completamente diferentes. Había uno donde Frog se iba solo a pelear con Magus, otro donde los reptiles habían ganado y todos eran lagartos, incluso uno donde visitabas a los desarrolladores del juego en plan sala secreta y te daban las gracias por pasártelo tan rápido. Los créditos pasaban a toda velocidad en plan broma. Algunos finales cambiaban según si habías salvado a Crono, si habías perdonado a Magus o si habías estrellado tu nave del tiempo contra Lavos. Era una locura intentar verlos todos.
Al principio del juego entregas un Metroid bebé a unos científicos. Es el último que queda vivo después de que hayas exterminado a toda la especie. Los Piratas Espaciales lo roban y te toca ir a buscarlo a Zebes. Llegas al final y te enfrentas a Mother Brain, que te destroza. En plan te deja con 3 de vida en el suelo sin poder moverte y se prepara para darte el último golpe.
De repente aparece el Metroid, que ya es gigante, y se pega a Mother Brain para absorber toda su energía. Luego se pone encima de ti y te la pasa, te cura entera y además te da el Hyper Beam, que es el arma más rota del juego. Pero Mother Brain se recupera y empieza a dispararle. El Metroid aguanta todo lo que puede mientras sigue curándote, hasta que revienta. Se desintegra en un montón de partículas que caen sobre Samus como si fuera nieve. El bicho que te confundió con su madre acaba de morir salvándote la vida. Entonces te levantas con el Hyper Beam y destrozas a Mother Brain de una vez por todas. No hay diálogos épicos ni música dramática de fondo, solo tú pulverizando al jefe final con una rabia que se siente a través de la pantalla. Luego tienes tres minutos para salir del planeta antes de que explote. Si rescatas a unos animalitos antes de irte, al final los ves escapando en una nave.
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