Nintendo, una de las compañías más icónicas y queridas en la historia de los videojuegos, ha sabido alcanzar la gloria con sus consolas y franquicias, pero no ha estado exenta de decisiones erróneas que han tenido un impacto duradero. A lo largo de su rica trayectoria, ha cometido algunos errores estratégicos que todavía le persiguen en la actualidad. A continuación, exploramos las tres mayores cagadas que han dejado una marca en la reputación de Nintendo.
En 2012, Nintendo lanzó su consola de séptima generación, la Wii U. Sin embargo, su comercialización fue confusa y poco efectiva. Muchos consumidores no lograron entender la diferencia entre la Wii y la Wii U, creyendo que esta última era simplemente una versión mejorada de la primera. Esta falta de claridad llevó a una comunicación ineficaz y a un bajo interés por parte del público.
Además, la escasez de títulos atractivos en el lanzamiento y la falta de apoyo de terceros desarrolladores también contribuyeron a su fracaso. Los jugadores no encontraron suficiente razón para adquirir la Wii U en comparación con las opciones de la competencia, como la PlayStation 4 y la Xbox One, lo que resultó en ventas decepcionantes.
En 1995, Nintendo sorprendió al mundo con el lanzamiento de Virtual Boy, una consola de realidad virtual que supuso el primer intento de la compañía de acercarse a su ansiado 3D. Como muchos sabréis, más tarde lo conseguirían con Nintendo 3DS, pero la realidad es que esta primera prueba fue un auténtico desastre.
A pesar de su innovador enfoque, el resultado fue horrible. El diseño era incómodo y requería que los jugadores se colocaran la consola en la cabeza, lo que causaba malestar y fatiga ocular en muchos usuarios. Además, la falta de colores y la calidad gráfica limitada también disminuyeron la experiencia inmersiva que se esperaba.
El catálogo de juegos fue escaso y carecía de títulos atractivos, lo que llevó a una falta de interés general por parte del público. Todo esto, junto con un alto precio de venta, resultó en un fracaso comercial. Virtual Boy se convirtió en un lastre para Nintendo.
Uno de los momentos más infames en la historia de Nintendo fue cuando dejaron escapar la oportunidad de asociarse con Sony en el desarrollo de una consola de videojuegos. En la década de 1980, Sony se acercó a Nintendo con la idea de crear una extensión para la Super Nintendo Entertainment System (SNES) que permitiera reproducir discos ópticos. Nintendo desestimó la idea y, en cambio, optó por colaborar con Philips, un movimiento que resultó en el infame y fallido CD-i.
Sony, después de ser rechazada por Nintendo, decidió seguir adelante por su cuenta y desarrollar su propia consola, la PlayStation. Esta decisión demostró ser un golpe maestro, ya que la PlayStation se convirtió en un éxito masivo y una de las consolas más influyentes de todos los tiempos. La rivalidad con Sony en el mercado de las consolas ha sido una constante para Nintendo desde entonces y ha dejado una marca duradera en la industria.
El desastroso marketing de Wii U, el fracaso de Virtual Boy y la oportunidad perdida con PlayStation siguen siendo recordadas hasta el día de hoy. Sin embargo, la compañía ha aprendido de sus errores y ha demostrado su capacidad para adaptarse y recuperarse, lo que nos recuerda que incluso las empresas más grandes y exitosas pueden cometer errores en el competitivo mundo de los videojuegos.
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