Los juegos en línea son relativamente nuevos. Si bien están entre nosotros desde hace dos décadas, en especial a través de los MMOs como World of Warcraft, no es sino hasta los últimos diez años que la variante online se ha vuelto, esencialmente, imprescindible. Más allá del género, de las plataformas, del presupuesto y de cualquier otra consideración relevante, el videojuego contemporáneo apunta constantemente a las experiencias cooperativas y competitivas; no por nada hace algunos años se produjeron campañas como #SavePlayer1, las cuales buscaban resguardar el valor de los títulos single-player ante el creciente movimiento multijugador.
No obstante, lo cierto es que ni los productos de un jugador están en peligro de extinción ni las obras en línea van a detener su rumbo. Hoy en día, los eSports son toda una realidad, pues convergen en una industria que mueve tanto millones de personas como millones de dólares, y ello ha sido posible, precisamente, gracias al crecimiento en la base de seguidores de los títulos de la índole. Además, ser parte de la corriente actual no es razón para desmerecer; hay piezas de la estirpe que destacan por un sinfín de motivos, y son esos trabajos los que hoy protagonizan nuestra lista de los mejores juegos online de PC, Xbox One, PlayStation 4 y Nintendo Switch.
El fenómeno mundial por antonomasia. Fortnite, aunque ha menguado parcialmente su protagonismo, es un juego que logró trascender considerablemente de las barreras del videojuego, alzándose como un símbolo de la cultura pop que, fácilmente, será el equivalente para los jóvenes de hoy en día a otrora proyectos revolucionarios que marcaron infancias como Minecraft, Counter-Strike o el propio World of Warcraft. Efectivamente, el principal referente del movimiento predominante del momento, los Battle Royale, era una cita ineludible de esta lista pues, a pesar de ser el objetivo de críticas preferido de los puristas del medio, es una obra de innegable calidad en un estado siempre evolutivo y cambiante que evita el estancamiento de sus servidores.
Otro de los títulos que se adjudica gran responsabilidad por el progresivo aumento de las entregas en línea es Overwatch. A pesar de beber directamente de la estructura vista en TeamFortress 2, la cual mantuvo, y mantiene, a cientos de miles de jugadores atados a la pantalla por su innegable efectividad, Blizzard le concedió los suficientes giros de tuerca para hacer de su propuesta algo irresistible. Muchos héroes singulares, distintivos y variados, controles ajustados y precisos, numerosas actualizaciones y eventos y un gran margen para hallar el dominio de sus mecánicas son los componentes de este adictivo cóctel que, de atraparte, no te soltará.
Aunque Call of Duty ha sido una franquicia con altos y bajos, el hecho es que hoy, más que nunca, se encuentra en su pináculo. Activision ha sabido jugar sus cartas a la perfección y, además de un excelente Call of Duty: Modern Warfare que aprovecha el multijugador tradicional y un excelente Call of Duty: Mobile que explota el creciente mercado móvil, ofrecen un Call of Duty: Warzone que se ha hecho con las riendas del género Battle Royale, alcanzando números de ensueño para cualquier compañía a través de una de las ofertas más refinadas de la actualidad.
Rocket League es, seguramente, el videojuego más fácil de reconocer y distinguir de toda la lista. Sin lugar a dudas, el trabajo de Psyonix cuenta con la premisa más particular del actual cosmos online, combinando vehículos y fútbol en un único odre para darnos uno de los mejores multijugadores de los últimos años. Aunque resulta difícil entender cómo una fusión tan inesperada ha podido dar resultados tan asombrosos, lo cierto es que es divertidísimo y popular como pocos otros son capaces de afirmar, de modo que no podemos sino invitarlos encarecidamente a catarlo para comprobar su singularidad por cuenta propia.
En lo que a transformaciones se refiere, es difícil pensar en un proyecto que haya experimentado más modificaciones tras su lanzamiento que Destiny 2. Aun así, procederemos a obviar los antecedentes y situarnos en la actualidad, con una Bungie desligada de Activision, para reconocer a este plenamente asentado MMO como lo que es: el cambio a mejor más pronunciado que se ha visto en un AAA. Y es que, desde que el título abrazó su inherencia, la propuesta ha medrado considerablemente, y ahora es capaz de ofrecer tanto uno de los gunplay más exquisitos del género como una de las estructuras probotín al estilo Diablo más efectivas y adictivas del sector.
Si Fortnite es Fortnite en la actualidad, es porque PUBG fue PUBG en el pasado. La creación de PUBG Corp., aunque eventualmente quedó a la sombra de su competidor más directo, fue una de las irrupciones en el mercado más violentas, exitosas e históricas que esta industria ha presenciado y, a día de hoy, sin ser necesariamente el principal referente de los Battle Royale, es una inevitable recomendación fija para quien busque un excelente juego en línea, especialmente si se decantan más por el realismo que por lo fantástico o de ciencia ficción.
Hablando de apariciones sin previo aviso, no caben dudas en que Electronic Arts y Respawn Entertainment sorprendieron al mundo entero con la súbita publicación de Apex Legends. Puede que esta sea la misma razón por la que, después de unas desorbitantes cifras en sus primeras semanas, la popularidad del producto empezase a caer -o, mejor dicho, estabilizarse a la realidad-, pero lo que no caído es el valor de su propuesta. En cierto sentido, es el devenir que surgiría de fusionar los héroes con habilidades de Overwatch con el modelo de PUBG; una suma que, definitivamente, como constata su estatus de ineludible mención en todas las listas de los mejores del género, ha funcionado de forma excelsa.
Hablando de crecimientos rampantes, Dauntless posee una de las mayores curvas exponenciales en lo que a repercusión se refiere. El juego, tras modestos inicios durante sus fases de prueba, fue creciendo poco a poco hasta convertirse en una magna comunidad, trascendiendo de cualquier proyección inicial que se podría haber tenido de él. No obstante, lo cierto es que la popularidad está justificada pues, en lo que a su propuesta se refiere, resulta realmente entretenida y diferenciable de entre las demás que abarrotan el mercado online, por lo que ha de suponer una apuesta genuinamente atractiva si desean experimentar una nueva clase de universo.
Si Grand Theft Auto V ha logrado mantenerse vigente durante más de un lustro, además de su innegable excelencia base, es gracias a GTA Online. Su faceta en línea es, básicamente, el cumplimiento del deseo de millones de jóvenes que, durante años, anhelaban poder disfrutar de un GTA con amigos. Sin embargo, esto es más que solo un "GTA con amigos" pues, a pesar de que bien satisface esa necesidad, se alza como un multijugador denso y completo. Al mismo tiempo, es capaz de representar con facilidad una segunda vida debido al sinfín de actividades, tanto las creadas por Rockstar como las que nacen del espontáneo encuentro entre usuarios, que ofrece, situándose como uno de los escapes más inmersivos que alberga el videojuego.
Ubisoft, luego de experimentar incansablemente con los mundos abiertos a través de franquicias como Watch Dogs, Assassin's Creed y Far Cry, comenzó a coquetear con las vertientes predominantemente online en los últimos años. For Honor, el ya afamado título de combate medieval, forma parte de su creciente protagonismo en los multijugadores, alzándose como uno de sus proyectos más sostenidos en el tiempo. En este sentido, su inicio fue un tanto áspero, sin embargo, conforme avanzaron los meses y la desarrolladora dominó el concepto, logró convertir la obra en uno de los productos en línea más sólidos de la actualidad, tanto por su asentada comunidad como por su constante cadencia de contenido.
El más colorido de los juegos online, claro está, debía hacer acto de presencia. Y es que, luego de que el debut de la franquicia sorprendiese gratamente, Splatoon 2 llegó para pulir las excelentes inmediaciones de su predecesor para ubicarse como una compra absolutamente recomendable para los propietarios de una Nintendo Switch. Su aproximación al género shooter goza de una de las vueltas de tuerca más innovadoras e interesantes del mismo, haciendo del título uno que fácilmente puede apelar a los seguidores del estilo pero, además, a quienes disfruten de componentes más tácticos que vayan más allá de la mera destrucción del rival.
World of Warcraft entra en estas consideraciones por tantas razones que bien podríamos destinar un artículo entero para dedicárselo. Siendo el multijugador masivo por excelencia, el mundo de Azeroth ha influenciado a tantas personas que medir la magnitud de su alcance se ve como una tarea titánica. El origen de orígenes, la génesis de las génesis, este MMO es una master class de absolutamente todo lo necesario para crear un juego en línea: densidad de contenido absoluta, expansiones cuantiosas y de calidad, una comunidad devota, eventos y actualizaciones constantes y un constante e intachable sentido de adaptabilidad.
De las obras aquí enunciadas, ninguna cuenta con un reinado tan claro y longevo sobre su casta como Hearthstone. El juego de Blizzard es el inamovible e innegable rey de la vertiente estratégica de las cartas coleccionables, y esta afirmación parece que se mantendrá vigente por todavía más tiempo. El que así sea, sin embargo, no es sorpresa: la compañía es diestra en la creación de multijugadores adictivos, y la adaptación del mundo Warcraft al tablero es tan sobresaliente y atractiva en lo mecánico como seductora, siempre llamando nuestra atención con sus rápidas y entretenidas partidas.
Uno de los responsables que ha permitido que los eSports se sitúen en la cúspide en la que se encuentran es Dota 2. Desde hace años, el MOBA de Valve, junto a su competidor más directo, se ha encargado de sostener un género entero, sin necesidad de más representantes que se requieran para satisfacer la demanda, y el motivo es simple: es un trabajo impoluto. Infinidad de héroes, infinidad de habilidades, infinidad de objetos, infinidad de actualizaciones y, consecuentemente, infinidad de situaciones irrepetibles y únicas hacen de esta entrega, junto al alto margen de desarrollo que da al jugador para que mejore y domine las mecánicas, una de las más completas del ámbito.
Y ese “competidor más directo” de Dota 2 es, para sorpresa de nadie, League of Legends. Aunque mucho se ha discutido sobre cuál de los dos es el rey de los MOBA, y aunque el de Riot Games es el más popular, lo cierto es que el debate, sin encontrar unanimidad, ha recaído en la aceptación de que ambos pueden coexistir con completa tranquilidad pues, más allá de sus parecidos estructurales, resultan en ofertas completamente distinguibles. Aun así, nos permitimos repetir: infinidad de héroes, infinidad de habilidades, infinidad de objetos, infinidad de actualizaciones y, consecuentemente, infinidad de situaciones irrepetibles y únicas hacen de esta entrega, junto al alto margen de desarrollo que da al jugador para que mejore y domine las mecánicas, una de las más completas del ámbito.
Los argumentos utilizados para justificar la presencia de GTA Online bien puede ser extrapolados a las razones por las que RDR Online se encuentra aquí. La adaptación de uno de los sandbox más elogiados de todos los tiempos a la estirpe en línea, al igual que la de su compatriota moderno, es una de las más destacables expresiones del juego online de la actualidad, porque hace todo lo que su homólogo hace bien solo que enmarcado en el siempre atractivo ámbito western. Aun así, que la similitud en filosofías no engañe a nadie: RDR Online es un multijugador fácilmente distinguible de GTA Online, aunque ambos coinciden en lo que a su innegable calidad se refiere.
Cuando hablábamos de la influencia de World of Warcraft, The Elder Scrolls: Online es uno de los inmiscuidos en la discusión. Es innegable que el trabajo de Blizzard ha tenido un fuerte impacto en la creación y desenvolvimiento del multijugador de ZeniMax y Bethesda, y ello es un aspecto más que positivo. Lo cierto es que, en principio, la adaptación de la icónica saga de rol al mundo de los MMO fue sumamente atropellada y controversial, no obstante, en la actualidad, tras múltiples actualizaciones sobresalientes y el asentamiento de una fiel comunidad, TESO se ha convertido en un mandamás de los títulos en línea, especialmente por disfrutar de uno de los universos más vastos y atractivos de explorar que tiene la índole.
Aunque la contienda entre Dota 2 y League of Legends es mucho más pareja que la de Paladins: Champions of the Realm y Overwatch, pues es este el indiscutido ganador, lo cierto es que la infravaloración a la que ha sido sometido el juego de Hi-Rez Studios es totalmente desafortunada. Y es que, a pesar de las similitudes, lo que sí comparten ambas rivalidades es que la presencia de uno no ha de aminorar la del otro: Paladins es una obra excelente, con un vasto reparto de personajes variados que devienen en partidas únicas entre sí y muy entretenidas, de modo que lo recomendamos a cualquiera que disfrute tanto del título de Blizzard como de un buen shooter multijugador.
Una de las características más notorias y comunes del Battle Royale son las armas de fuego. Partiendo de este punto, la propuesta de Spellbreak es una que, por su mera premisa, ya merece atención: en lugar de ametralladoras, pistolas y demás, cuenta con una dualidad de brazaletes mágicos que nos permiten conjurar hechizos elementales y combinarlos. Sin embargo, lo que en principio suena atractivo lo es más en la práctica, y resulta aún más entretenida debido a lo novedosa y fresca que resulta su aproximación a una modalidad que, pese al poco tiempo protagónico, ya está empezando a dar indicios de fatiga.
El MMORPG es una subclase del ámbito que, salvo en regiones como Asia y Latinoamérica, no ha sido capaz de calar mundial y unánimemente a través de un mismo exponente. Sin embargo, Black Desert Online ha logrado romper con el estigma y asentarse como uno de los multijugadores de rol más disfrutables de la época contemporánea. En sí, supone una gran evolución respecto a otros referentes de su vertiente como Lineage II, luciendo una composición mecánica refinada e, incluso, digna de competir con obras que ni siquiera están enmarcadas en el componente online.
De la lista, Valorant es el título más reciente. En realidad, el nuevo trabajo de Riot Games es tan reciente que ni siquiera está plenamente disponible, pues solo unos cuantos afortunados pueden disfrutar de su propuesta a través de su beta cerrada. No obstante, nosotros ya hemos tenido la dádiva de catar el último fenómeno de masas y, definitivamente, la popularidad está justificada. Una vez más, los creadores de League of Legends demuestran un pleno entendimiento del videojuego al ofrecernos otra experiencia en línea sobresaliente, para la cual auguramos un futuro ampliamente factible entre los más concurridos juegos online.
En alusión a lo que narrábamos previamente sobre Ubisoft, For Honor y la búsqueda de la ecuación adecuada para su presencia en los multijugadores, Rainbow Six Siege es una demuestra aún más palpable. Los primeros compases de esta entrega fueron aún más turbulentos que los de la obra medieval, aunque ello solo concede todavía más mérito al hecho de que, hoy en día, sea disfrutado por millones de jugadores a lo largo de todo el mundo. El shooter táctico de los galos es un icono indiscutible del sector y, tras su confirmada aparición futura en Xbox Series X y PlayStation 5, no nos caben en que lo continuará siendo por varios años más.
Con cerca de una década a sus espaldas, son pocos los videojuegos online que pueden ver frente a frente a Warframe en lo que a saber adaptarse respecta. Digital Extremes, sin nunca caer en lo mainstream, nos ha proveído de uno de los multijugadores más estables e impactantes hasta la fecha, siempre manteniéndose a la vanguardia pero nunca perdiendo su esencia más angular. Así, y a pesar de no ser de los más reconocidos mediáticamente, el trabajo detrás de esta entrega es tangible desde la primera toma de contacto, y se torna tan fácil de discernir de entre otros símiles que resulta inevitable no exhortarles a, cuando menos, inmiscuirse en su universo para comprobarlo por ustedes mismos.
Aunque, por años, Riot Games se mantuvo única y exclusivamente centrado en League of Legends, la compañía se ha dado la oportunidad de demostrar en más de una ocasión que no solo saben de MOBAs. En este sentido, antes de que Valorant reventase el mercado, Teamfight Tactics ya había comprobado la capacidad que tiene el estudio de adecuarse a las corrientes del momento y dotarlas de su propia sazón; para el caso que aquí nos compete, se trata de uno de los principales representantes del novedoso estilo del auto-chess, por lo que es una adquisición imprescindible si les atrae el género.
Y qué mejor forma de culminar este listado que con la extensión de la rivalidad entre Riot y Valve. Si Legends of Runeterra y Artifact se encontrasen en situaciones más óptimas para combatir, nos hallaríamos ante una contienda aún más larga, la cual pasaría de los MOBAs para ubicarse, además, en las cartas y el auto-chess. Hasta entonces, nos tendremos que conformar con que, una vez más, la dupla de empresas se discuten la supremacía de un género, esta vez enfrentando al título previamente resaltado con un Dota Underlords que, del mismo modo, se alza como una sólida propuesta que no puede ser omitida por quienes sientan interés por la estirpe.
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