Siempre he sido jugador de PlayStation y, en menor medida, de Nintendo. He tenido todas las PlayStation, muchas consolas de Nintendo, pero nunca una Xbox. Y ojo, no pasa nada por tener preferencias en esto de las consolas; todas tienen sus virtudes y sus defectos, y cada jugador es un mundo en esto de los gustos.
Mi preferencia siempre ha sido PlayStation, pero hace poco me he comprado una Xbox Series S, mi primera consola de Microsoft, y todo lo que voy a decir se resume en un debería haberlo hecho mucho antes.
Todos sabéis ya cómo son las consolas de Xbox, no hace falta que venga yo a hablaros de ellas. Es más, muchos de mis compañeros ya tienen o la Series X o la Series S, pero os traigo mi punto de vista ya que venía desde ese mundo de PlayStation y las consolas de Microsoft era algo desconocido para mí.
Podría pasarme el día hablando de lo mucho que me ha sorprendido y me ha gustado la consola. Insisto en que sigo prefiriendo PlayStation, pero por muy poco. Es más, estos días estoy jugando mucho más en Series S que en mi PS5, y es porque sus juegos y el Game Pass me tienen enganchadísimo. Y desde ya os digo que si hay alguien más que esté como yo lo estuve, sin interés en Xbox o algo, os invito a darle una oportunidad porque es una maravilla (aunque sé que puede estar algo complicado).
Ah, y por supuesto, ya sabía de antes que la guerra de consolas era absurda, pero ahora sé qu es mucho más que absurda. Yo, y sé que muchos de vosotros, soy un amante de los videojuegos, no de una marca.
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