
En los últimos 12 meses han salido muchos títulos de corte independiente que se han ganado el reconocimiento de toda la comunidad a raíz de su calidad. Hablamos de obras incontestables dentro de su género: entidades cuya virtud es indiscutible a día de hoy que cuentan con valoraciones que son excelentes. No obstante, hay ocasiones en las que, cuando no esperabas más de un año, aparece uno de esos títulos que cambian por completo tu perspectiva. Y, en este caso, se trata de un indie que, a gusto personal, supera a Hades II y Hollow Knight: Silksong en un factor clave.
El título del que quiero hablaros aquí no es otro que Skate Story; un título que fue anunciado hace un buen puñado de años para ser lanzado hace tan solo un par de semanas el día 8 de diciembre de este mismo 2025. Se ha quedado como uno de los indies rezagados del año, oculto al radar de casi todo el mundo al no haber sido nominado este año en los TGA. Pero, ¿sabéis qué? Skate Story tiene alma, y no todos los juegos indie pueden decir eso hoy en día.
El tráiler que he compartido antes de Skate Story es solo una muestra de qué ofrece a nivel de carisma y, en este sentido, todo lo que construye el juego rema en la misma dirección: constar como una obra que sea más que la suma de sus partes. El estilo artístico evoca melancolía y calidez a partes iguales, cosa que contrasta bruscamente con la idea de que nuestra misión dentro del juego sea la de escapar del infierno.
Pero quizás sea justo ahí donde Skate Story brilla con especial fuerza: el hecho de afrontar una tarea agónica a lomos de un skate pasa a ser, automáticamente, reflejo de lo que implica vivir y alzarte frente al mundo a través de una identidad propia. No en vano el juego consiste en ir atravesando distintas zonas del infierno a base de kikflips, ollies y manuals, quizás como reflejo de qué implica rebelarse frente al orden establecido de forma pacífica. Algo que siempre ha sido una de las pautas centrales de hacer skate: no acato las normas, pero tampoco hago daño a nadie.
Y es que, si sumamos el despampanante estilo visual y cómo el juego refleja lo que supone hacer skate como acto de naturaleza filosófica y posmoderna a su banda sonora (compuesta por Blood Cultures y en mi opinión, el apartado más destacable de todo el juego), obtenemos una fórmula de concretos resultados; uno de esos juegos indies con alma y cuya existencia se justifica como mero acto artístico en sí mismo. Skate Story no sigue ninguna corriente de diseño específica más allá del mensaje que quiere transmitir: cualquier catársis espiritual procede de esos pequeños actos de rebeldía que se engendran desde lo mundano.
Y, si esto último os ha parecido una auténtica fumada, esperad a jugarlo. Porque, sí; Skate Story es uno de esos juegos que se entienden mejor una vez te pones frente a frente con él. Está disponible en PC, PS5 (también en PS Plus) y Nintendo Switch 2 por 19,99€. Ojalá hubiera más experiencias dentro del medio que intentasen llegar tan hondo y que costasen 20 euros. Al final va a ser verdad eso de que no necesitamos grandes megaproducciones para recordar por qué nos gustan los videojuegos.
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