Minecraft Dungeons está a punto de ser lanzado al público en general después de una etapa de beta cerrada que ha pasado un tanto desapercibida. Nos sorprende que un título de esta marca propiedad de Mojang no haya logrado captar, al menos en un primer momento, el interés de decenas de millones de jugadores que quedaron embelesados con la propuesta del Minecraft original, pero quizás tenemos la respuesta a dicha cuestión: Minecraft Dungeons no es un videojuego especialmente único como sí lo fue el primer título de dicha propiedad intelectual.
Lo que hemos descubierto al probar su beta cerrada es que esta propuesta no deja de ser un videojuego de rol bastante liviano, con muchas reminiscencias a la saga Diablo de Blizzard Entertainment, aunque mucho menos complejo y con un diseño de niveles interesante, aunque con muy pocas posibilidades más allá de avanzar y derrotar a hordas de enemigos. Entonces, ¿para quién está enfocado Minecraft Dungeons? Puede ser una primera aproximación al género muy interesante para los más pequeños; también enamorará a los seguidores de Minecraft por el gran diseño que presenta en el apartado gráfico; y quizás convence a los fans de los juegos de rol que prefieren una propuesta sencilla y que no genere demasiado estrés.
Minecraft Dungeons sabe hacer una cosa muy bien: trasladar el espíritu cuadrado del apartado gráfico del videojuego original a un título de rol. Es más, a veces creemos que estamos dentro de un nivel de Minecraft creado por cualquier jugador, con todo lo bueno y lo malo que conlleva dicho apelativo. Cada una de las zonas que visitaremos (al menos las tres que hemos podido disfrutar en esta beta cerrada) tiene su propio estilo visual, que permite que recordemos cada nivel por su forma de ser: un poblado, un bosque oscuro o una montaña, y a tenor del mapa general con el que accedemos a cada misión, la variedad es mucho más amplia que lo que nos exhibe esta prueba.
Los enemigos también nos han llamado la atención: es bastante probable que durante los primeros compases de la aventura tengamos la impresión de ver al mismo enemigo siempre, pero mientras unos atacan a corta distancia, otros lo hacen a larga; mientras unos que atacan a corta distancia están desprotegidos, otros tienen su escudo que hay que destruir. Por supuesto, no faltan los contrincantes humanos, pero también aquellos basados en animales. Todo un plantel de personajes cuadrados que recogen el espíritu Minecraft a la perfección, trasladados a un mundo lúgubre que tendremos que salvar de las garras del terror.
El sistema de combate, por otra parte, nos ha gustado a medias: la posibilidad de ‘craftear’ todo tipo de armas es algo que encaja perfectamente con el espíritu Minecraft, pero hay una serie de elementos que explicaremos más adelante que no consiguen dotar de interés a la jugabilidad. Eso sí, ya sea con teclado o con mando, Minecraft Dungeons se juega muy bien y se disfruta, sobre todo, en cooperativo con amigos. Algunas de las hordas de enemigos que llegan a atacarnos son tan grandes que con la ayuda de conocidos se crean tácticas interesantes que permiten explotar lo máximo posible el sistema de combate.
Lo que cualquiera espera a la hora de jugar a un título basado en la licencia Minecraft es encontrarse ante un videojuego con posibilidades de interactuar con el escenario, construyendo con cuadrados formas únicas de salir de cada nivel. Esto es lo que falta, al menos en esta beta cerrada, para que Minecraft Dungeons no sea un nuevo clon de Diablo venido a menos. Cuando avanzamos por niveles enormes repletos de cuadrados y vemos lo ideal que habría sido incluir algún tipo de herramienta de creación para superar los puzles (más allá de los interruptores que aquí tenemos o de la posibilidad de salvar a vecinos de un pueblo); en lugar de eso, las mecánicas de que disponemos son simples y se limitan a cambiar de arma en el momento adecuado.
Tampoco la trama ayuda a que nos introduzcamos de lleno en el universo que presenta esta propuesta: Minecraft tiene la ventaja de poder disponer del ‘lore’ más extenso de la industria de los videojuegos ya que, además del título narrativo Minecraft: Story Mode, los jugadores se encargan de añadir páginas y páginas de historias sobre el origen de esta saga. En lugar de ello, los desarrolladores nos presentan una trama simple que, como mil títulos en el género, se limita a presentar un detonante que nos obliga a salvar el mundo y a todo aquel personaje que nos encontramos por el camino.
Por lo tanto, la nula interactividad que presenta el videojuego (no se puede ni saltar, ya que el personaje salta solo de cuadrado en cuadrado) junto a la trama tan simple, nos deja con un Minecraft Dungeons que nos deja pensando en qué quería conseguir Mojang, puesto que la aventura que tenemos entre manos es un simple título RPG que no añade nada nuevo al género. Y precisamente aquí está su máximo problema: un videojuego de rol con el espíritu Minecraft podría haber sido lo mismo que fue hace más de una década la saga Etrian Odyssey con la necesidad de ir dibujando el mapa mientras descubrimos una mazmorra. Si no se hubiera apostado por copiar a Diablo, y se hubiera conseguido imprimir más originalidad, esta beta nos habría gustado mucho más.
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