No sé a vosotros, pero a mí me resulta muy extraño que Disney, teniendo algunas de las IPs más reconocibles e icónicas de la historia del entretenimiento, no lo haya petado todavía en la industria del videojuego. Sí, es cierto que hay juegazos como los clásicos de la era de PS1 o también está Kingdom Hearts, pero hace tiempo que no vemos un juego 100% Disney coronarse en lo más alto.
Y mira que lo han intentado. Con Epic Mickey lanzaron una apuesta muy interesante. Para sorpresa de todos resultó una aventura relativamente adulta, que se alejaba de los colores vivos y los personajes puramente alegres. Luego sacaron una secuela que resucitó a Oswald, un personaje que llevaba guardado en un cajón prácticamente desde la fundación de la compañía.
La verdad es que a mí personalmente me habría encantado ver qué se traían entre manos con Epic Donald. Epic Mickey me dejó un muy buen sabor de boca, y creo que es por apuestas más arriesgadas como esa por donde debería tirar Disney. Recordemos que con Kingdom Hearts les salió la jugada tremendamente bien.
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