Me duele hablar de PS5, es más, si estuviese en mi mano, nunca la mencionaría. No es porque le tenga un asco absoluto a la consola o porque vaya a entrar en una absurda guerra de plataformas. Es, simplemente, porque todavía no la tengo en mis manos. Lo más cerca que he estado de ella ha sido a través de un escaparate. Tuve que irme llorando de allí porque no podía aguantar más la situación.
Soy muy dramática, lo sé, pero el hueco en mi escritorio todavía sigue vacío, que conste eso en acta. Y sé que muchos de vosotros estáis en la misma situación que yo. Sí, hay dinero en la cartera, si eso está genial, pero lo que no hay es stock de PS5. Sony es consciente de que esto es un problema, y seamos sinceros, a la compañía le interesa sacar otra tanda grande de consolas. Y esto es lo que quiere, pero del dicho al hecho...
Decidme que alguno de los que estáis por aquí vivís la misma situación que yo. Vamos, lo digo para no sentirme sola y para planificar un gran atraco y robar todas las PS5 que tengan nuestros amigos y familiares.
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