Admitámoslo: yo deseo que Abandoned sea Kojima. Tú deseas que sea Kojima. El propio responsable del juego desearía ser también Kojima si luego resulta que no lo es; joder, hasta mi compañera de piso que no tiene idea de videojuegos también quería que lo fuera cuando le expliqué toda la movida y las posibles conexiones con Silent Hill. Luego ella se pensó que me refería a la película porque no sabía que esta venía de una saga mítica de videojuegos y tuve que echar una lloradita en el baño sin que se diera cuenta.
Con cada nueva noticia contradictoria de Abandoned me siento como un niño que está de viaje en coche con sus padres y no para de preguntar ''¿cuánto falta? ¿hemos llegado ya?'' Hasta que a su padre le estalla una vena del ojo de la ansiedad; solo que, esta vez, está a punto de estallarme a mí. Pero esto último tiene un motivo: Blue Box ha sabido jugar a los malabares con mi hype para elevarlo hasta el infinito; cosa que a estas alturas de la película no es nada fácil.
Tanto me he llegado a morder las uñas que me he hecho sangre en más de un dedo y esto último ha sido una buena señal del destino diciéndome que frenase un poco los pies. ¿Cómo lo he hecho? Metiéndome muchísimo más de lleno en todo el lío de Abandoned, Silent Hill y Kojima siguiendo todas sus pistas. Y, ya que estaba, preparando un vídeo para que todos los que queráis podáis estar también al tanto de todo. Os lo dejo aquí mismo:
Por otro lado, tampoco es que quiera chafar a nadie con esta conclusión, pero una parte de mí cree que Abanoned no tiene que ver con nada de nada. Lo cual sería una decepción pero, como diría un padre para animar a sus hijos tras un partido de ese deporte que a todas luces no se les da nada bien: ''¿Y lo que nos hemos divertido mientras qué? ¿eh?''
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