Con Death Stranding 2: On the Beach en el horizonte, muchos jugadores se preguntan si necesitan haber jugado al primero para entender la historia. ¿Qué conceptos debo conocer para disfrutar plenamente de esta nueva entrega de Hideo Kojima? ¿Qué ocurrió exactamente en el primer juego?
Death Stranding no es un videojuego al uso. Su historia mezcla ciencia ficción, filosofía, emociones humanas y un mundo que colapsó tras un fenómeno que rompió la frontera entre la vida y la muerte. Por eso, tanto si llegas nuevo como si jugaste hace años y necesitas refrescar la memoria, este artículo está pensado para que entiendas todo lo necesario antes de empezar Death Stranding 2.
El mundo cambió para siempre tras un fenómeno conocido como el Death Stranding. No fue una guerra, ni una pandemia, ni una catástrofe natural. Fue un colapso entre el mundo de los vivos y el de los muertos. Desde ese momento, las almas de los fallecidos comenzaron a manifestarse físicamente en la Tierra. Estas entidades, conocidas como EVs o Entes Varados, son invisibles para la mayoría de las personas y suponen una amenaza constante. Cuando un cadáver humano entra en contacto con una de estas entidades, se genera una explosión masiva conocida como vacío, capaz de arrasar ciudades enteras.
Junto a esto apareció también el Declive, lluvias que acelera el paso del tiempo en todo lo que tocan, envejeciendo personas, estructuras y naturaleza en segundos. Como resultado, la humanidad se vio forzada a vivir aislada en ciudades subterráneas y búnkeres, completamente desconectada del mundo exterior y de los demás seres humanos.
En este escenario postapocalíptico, nos ponemos en la piel de Sam Porter Bridges, un hombre solitario, introvertido y cargado de cicatrices emocionales. No es un héroe tradicional: es un repartidor. Pero en un mundo donde el aislamiento ha destruido los lazos humanos, su labor tiene un valor incalculable.
Sam trabaja para Bridges, una organización que busca restaurar la conexión entre los asentamientos de los antiguos Estados Unidos a través de una red digital llamada Red Quiral. Su misión es llevar suministros, establecer vínculos y, sobre todo, conectar a las personas de nuevo.
Sam posee habilidades únicas: tiene el síndrome DOOMS, que le permite sentir la presencia de los EVs, y además es un repatriado, alguien capaz de regresar de la muerte. Esto lo convierte en el único capaz de completar el viaje, pero también lo obliga a enfrentarse a sus propios fantasmas y a su desconfianza hacia los vínculos humanos debido a su Afenfosfobia.
Uno de los conceptos más importantes, misteriosos y poéticos del juego es la Playa. Se trata de una dimensión intermedia, una especie de limbo personal que existe entre la vida y la muerte. Cada persona tiene su propia Playa, un espacio metafísico único y profundamente ligado a su alma.
Algunas personas gracias a sus habilidades de DOOMS pueden acceder a la Playa y regresar. Otros quedan atrapados para siempre. La Playa es la fuente de Quiralio y no experimenta el paso del tiempo. Esta propiedad permite que la Red Quiral explote las playas para enviar cantidades masivas de datos al instante, esencialmente enviándolos hacia atrás en el tiempo.
En Death Stranding 2, la Playa cobra aún más protagonismo, y su nombre aparece incluso en el subtítulo del juego: On the Beach. Todo indica que esta dimensión será el escenario clave de la nueva historia, y que profundizaremos aún más en su significado.
Una de las imágenes más icónicas del juego es la de Sam llevando a cuestas una cápsula con un bebé dentro. Se trata de un BB (Bridge Baby), un feto extraído de una madre en estado de muerte cerebral. Al no haber nacido del todo ni haber muerto, se encuentran entre dos mundos, lo que les permite detectar la presencia de entidades varadas.
Aunque inicialmente se usan como herramientas militares, los BBs acaban generando vínculos emocionales profundos con quienes los cuidan. Sam desarrolla una relación muy especial con su BB, al que llama Lou, y su conexión es uno de los motores emocionales más potentes de la historia.
En los tráilers de Death Stranding 2, Lou regresa fuera de la cápsula pero de una forma enigmática. Todo indica que su papel será aún más importante… y posiblemente más trágico.
Los conceptos más importantes del primer título tiene que ver con el personaje de Amelie, una figura central en Death Stranding, aunque su verdadera naturaleza es mucho más compleja de lo que parece al principio. Durante gran parte del juego, se presenta como la hija de Bridget Strand (presidenta de los antiguos Estados Unidos) y líder espiritual del proyecto para reconectar América. Sin embargo, al avanzar en la historia descubrimos que Amelie no es humana en el sentido tradicional, sino una manifestación de una entidad de extinción.
En el universo del juego, cada cierto tiempo aparece en la Tierra un ser conocido como entidad de extinción, cuya función es provocar el fin de una era para permitir el surgimiento de una nueva. Estas entidades han estado presentes en anteriores extinciones masivas, como la de los dinosaurios. Amelie es la entidad de extinción de la humanidad, pero a diferencia de sus predecesoras, desarrolla una conciencia propia y duda sobre su destino de destruir a la humanidad.
Para entender su existencia, es clave el concepto espiritual de KHA y HA, tomado de la mitología egipcia y reinterpretado por Kojima:
En Amelie, el HA (alma) reside en la Playa, esa dimensión intermedia entre la vida y la muerte. Su Kha (cuerpo físico), en cambio, nunca estuvo realmente en el mundo de los vivos, por eso muchos personajes solo pueden comunicarse con ella a través de visiones o de la red quiral.
Amelie comparte su existencia con Bridget, su "versión física", pero en realidad ambas son la misma entidad dividida entre cuerpo y alma. Al final del juego, Sam descubre que el propósito de Amelie es iniciar una extinción total. Sin embargo, gracias al vínculo humano que han creado, ella decide romper ese ciclo y posponer la extinción, eligiendo preservar la humanidad… al menos por ahora.
Death Stranding fue mucho más que un videojuego de repartidor. Fue una reflexión sobre la soledad, el aislamiento y la necesidad de volver a conectar con los demás en tiempos difíciles. Ahora, con Death Stranding 2, ese mensaje cambia radicalmente y Kojima nos plantea una nueva cuestión con esta segunda parte ... ¿Debimos conectarnos?
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