Este próximo mes de abril se presenta ciertamente interesante debido al número de títulos que apelan a la nostalgia como una de sus, esperemos, muchas virtudes, entre los que podemos encontrar Shiness: The Lightning Kingdom, Yooka -Laylee o la vuelta de juegos como LocoRoco y Parappa The Rapper por parte de Sony y el recopilatorio de Capcom con sus clásicos de 8 bits de Disney. Uno de ellos nos trae la vuelta de uno de tantos personajes míticos de SEGA, el gran Wonder Boy del que se preparan hasta tres versiones diferentes en alta definición de las aventuras de plataformas y rol que comenzaron allá en 1986 en las recreativas en las que SEGA ya llevaba tiempo abriéndose hueco con grandes éxitos como Out Run o Hang On.
La trayectoria de la saga es ciertamente peculiar, siendo el primer título un plataformas puro de los que tanto abundaban en aquellos años que aspiraban a conquistar al público repitiendo la fórmula del exitoso Super Mario Bros de Nintendo y convirtiéndose posteriormente en aventuras de desplazamiento lateral que contaba incluso con elementos RPG llegando a conocerse, sobre todo en Japón, más por su subtítulo Monster World, que por el nombre original de la saga, algo que no es de extrañar si tenemos en cuenta los cambios introducidos a lo largo de la serie que hacen irreconocible el primer título con los siguientes títulos.
Según los creadores, el cambio radical era debido a la afición que cogieron con los juegos de rol, en especial Wizardry, por lo que se empeñaron en crear un título que recogiera mecánicas y escenarios de ese juego resultando de todo esto el desarrollo de Wonder Boy in Monster Land. Aquéllos que estén familiarizados con la saga tendrán conocimiento de cómo los títulos al final añadían un punto de ciencia ficción a la historia incluyendo escenarios futuristas, espaciales o mecánicos impropios del entorno medieval en el que se desarrollaban los juegos aunque estos giros estéticos no han sido explicados por los integrantes de Westone.
Como ya ocurre con muchas sagas, sobre todo japonesas, muchas de las entregas de la serie no guardan mucha relación entre sí aparte de algunas referencias gráficas, argumentales o nombres de personajes que dotan a la serie de cierta coherencia. Aunque Monster Land y The Dragon’s Trap son continuaciones directas entre ellas, comenzando el segundo justo donde acaba el primero, el resto poco más tienen que ver entre ellos más allá de lo citado.
Otras de las curiosidades que ocurren con la saga son las diversas adaptaciones de los títulos a plataformas que no pertenecen a SEGA como Famicom/NES o PC-Engine/Turbografx 16 entre otras, siendo la gran mayoría de ellas reprogramadas por Hudson. Esto ocurre por el simple hecho de que SEGA es dueña de la marca Wonder Boy y Monster World pero el juego pertenece a Westone que permitía que Hudson creara sus propios ports. A pesar de no haber ningún problema en que se usara el diseño de los personajes originales de las consolas de SEGA, Hudson siempre se empeñaba en cambiar el título y los sprites que representaban a los protagonistas e incluso muchas de las versiones estaban acompañada por una banda sonora totalmente diferente.
Pero las curiosidades no acaban aquí. Tec-Toy, una empresa juguetera brasileña, se hizo con los derechos para distribuir en el país americano la consola Master System y muchos de sus juegos. En el caso de Wonder Boy, los sprites de los personajes fueron cambiados por los de Turma da Mônica, una serie muy popular en Brasil. Esto, en realidad no es nuevo y era algo bastante habitual en los juegos lanzados en diferentes regiones allá por los 80, de hecho, el título Alex Kidd in High Tech World de Master System lanzando a finales de los 80 es en realidad Anmitsu Hime en Japón pero en Europa los personajes fueron cambiados por la otrora popular mascota de SEGA, o Super Mario Bros 2 en Occidente que también era originalmente Yume Kōjō: Doki Doki Panic llegándonos aquí con los personajes de Nintendo como protagonistas.
Tras el último título lanzado en 1994 para Mega Drive, la saga fue cayendo, como tantas otras de SEGA, en el más absoluto de los abandonos, y aún así, SEGA recopiló todos estos títulos en sus diferentes versiones para sus sistemas en un disco para PlayStation 2 dentro de la línea SEGA AGES 2500 que incluía todos los títulos de la serie además de diferentes extras como los manuales de todas las regiones, bocetos, artes, cabinas de recreativas y algún que otro bonus. Lamentablemente, y a pesar de que incluía los manuales de Mega Drive, Master System y Game Gear en inglés e incluso en castellano, el recopilatorio no llegó a salir de Japón.
Un grupo de desarrollo, llamado por aquel entonces Escape, fue el encargado de crear para SEGA en 1986 un título de plataformas para su placa recreativa System 2. El juego seguía el esquema marcado por el fontanero de Nintendo, aunque estando diseñado para recreativas necesitaba un ritmo algo más frenético. En este título, debemos controlar al cavernícola Tom que debe rescatar a su novia Tina de las garras de Drancon a través de 8 mundos diferentes. A pesar de los vistoso del juego, el diseño de los niveles era bastante simple y muchos eran revisiones del mismo nivel con algo más de dificultad por lo que el juego terminaba siendo algo repetitivo, incluyendo los jefes finales que solían ser el mismo aunque con una cabeza diferente.
Hudson Soft, creadora de otros títulos como Bomberman, recibió el encargo de crear una conversión de Wonder Boy para las consolas de Nintendo. El resultado fue un juego casi idéntico al creado por Escape para SEGA pero cambiando al protagonista por un uno de los portavoces de la compañía. El juego llegó a occidente bajo el nombre de Adveture Island.
El primer título de la serie fue versionado a diferentes máquinas, aparte de las propias de SEGA como Game Gear o Master System llegando incluso a los ordenadores Spectrum, MSX o Commodore 64.
Es curioso como a partir de aquí la saga se divide en dos vertientes. La creada por Escape, ahora renombrada a Westone, añadiendo elementos de rol a las plataformas y cambiando el entorno prehistórico por uno medieval mientras que la de Hudson mantenía mucha de las características del título original.
Centrándonos en las creaciones de Westone, Wonder Boy sería ahora un nuevo título que se alejaba bastante de la primera entrega. Wonder Boy in Monster Land fue lanzado sólo un año después del original presentando unos escenarios medievales donde nuestro personaje podía equiparse con escudos, armaduras y espadas. A pesar de seguir disfrutando de un scroll lateral como la gran mayoría de plataformas, el juego añadía interesantes elementos propios de títulos de rol.
Eso sí, seguía manteniendo la misma dificultad que su predecesor pero esta vez el juego nos obligaba a planear una estrategia para conseguir todos los artículos que posibilitaran el finalizar el título con éxito, algo que sólo se conseguía tras pasarse sus 11 niveles más de una vez descubriendo todos los rincones donde se ocultaban cada uno de los secretos y respondiendo correctamente a las preguntas que algunos de los habitantes de Monster Land nos planteaban.
Al igual que con el anterior título, además de saltar de las recreativas a las consolas de SEGA, el juego llegó a otras plataformas, mayormente ordenadores de 8 y 16 bits tan populares en aquella época aunque también existió una versión para NES que no tenía nada que ver con la saga paralela creada por Hudson. Esta vez Jaleco fue la encargada de realizar un port para la consola de Nintendo cambiando los personajes originales por los de Bikkuriman, una serie muy popular en Japón a finales de los 80.
El nuevo título de la saga, lanzado en 1988 originalmente en recreativas también volvía cambiar el planteamiento de la franquicia. A pesar de retomar algunos enemigos e incluso escenarios de los anteriores títulos que pueda conseguir alguna sensación de continuidad, lo cierto es que la mecánica es muy diferente a los dos anteriores. En esta entrega, que permite controlar a dos personajes simultáneamente, siendo el único juego de la saga que incluye opción para dos jugadores, nos encontramos con unos niveles de acción lateral que se desplazan automáticamente obligándonos a pensar con rapidez nuestro próximo movimiento donde os protagonistas se encuentran equipados con unas espadas que lanzan proyectiles a los diferentes enemigos.
Pero la gran novedad del título residía en la segunda parte de cada mundo donde la acción plataformera daba paso a niveles propios de shooters presentando a nuestros protagonistas volando a lomos de dragones con los que debíamos abrirnos paso derrotando a los enemigos.
Aunque el juego también tuvo su correspondiente versión para Mega Drive, donde sufrió un considerable downgrade gráfico, la versión más fiel a la original fue la que se creó para PC-Engine, o Turbografx-16 como se conoce en Occidente, lanzándose incluso una versión en CD para la consola de NEC.
En las anteriores entregas, los títulos de la saga se estrenaban primero en recreativas para luego dar el salto a diferentes plataformas. En el caso de Wonder Boy III: The Dragon’s Trap, el juego se lanzó en 1989 directamente en Master System, convirtiéndose en uno de los mejores títulos de la consola.
Como hicieran posteriormente otros títulos, The Dragon’s Trap comenzaba justo donde lo dejaba Wonder Boy in Monster Land. Debíamos volver a completar una versión simplificada del último nivel e incluso luchar contra el enemigo final de la entrega anterior que, justo después de ser derrotado, nos maldecía convirtiéndonos en un hombre lagarto. Aunque ésta no era la única forma que podíamos adoptar. A lo largo del juego, conseguíamos el poder de transformarnos en águila, ratón e incluso en piraña, cada uno con sus fortalezas y sus debilidades. Por ejemplo, convirtiéndonos en ratón podíamos acceder a zonas donde el tamaño de los otros personajes era un problema pero nuestra espada tenía un alcance demasiado corto para ocasionar daño a los enemigos. A su vez, el águila podía volar pero también era la forma más débil de todas.
El juego volvía a mezclar elementos de rol con plataformas y aventuras, desarrollándose a partir de un mapa central que iba permitiendo el acceso a nuevas zonas a medida que conseguíamos los items necesarios para alcanzarlos en nuestra búsqueda de la Cruz de la Salamandra que nos libraría de la maldición. El título también permitía volver a visitar niveles ya superados con las nuevas habilidades adquiridas para así descubrir nuevos cofres que antes eran imposibles de alcanzar.
En cada nivel debíamos derrotar a un jefe final que siempre era un dragón diseñado con la temática del nivel en cuestión, teniendo que enfrentarnos a un dragón momia, un dragón pirata e incluso un dragón samurái.
En 1991 tuvo lugar el lanzamiento de la siguiente entrega de la serie, esta vez directamente a Mega Drive, que también tuvo su versión para Master System, sólo lanzada en Japón y Europa, y la consola de NEC, Pc-Engine tampoco se quedó sin su ración de Wonder Boy aunque como venía siendo habitual, se cambiaron los personajes y el nombre del juego.
En esta ocasión el juego presentaba unas mazmorras mucho más trabajadas y un diseño mucho más ambicioso debido a la potencia que permitía la consola de 16 bits de SEGA. A pesar de la calidad que presentaba la versión de Master System, el tamaño del sprite que representaba al protagonista junto con su espada era demasiado pequeño y a veces hacía complicado acertar en los ataques.
El juego volvía a presentar la misma mecánica de Action RPG propias de los anteriores títulos, sin embargo perdía una de las características más alabadas de la anterior entrega. Esta vez no podíamos transformarnos en diferentes animales aunque sí podíamos equiparnos con armas que nos daban funciones como la de las transformaciones, o personajes que nos acompañaban en escenarios puntuales y que podían ayudarnos en los ataques, en algunos puzles o curándonos.
La trama esta vez no giraba en torno a los protagonistas de The Dragon’s Trap aunque sí que retomaba algunos escenarios o personajes relacionados con anteriores entregas.
La última entrega de la franquicia, hasta ahora, llegó en 1994 para Mega Drive pero se mantuvo inédita en Occidente hasta que estuvo disponible en 2012 para los servicios online de PlayStation 3, Xbox 360 y Wii con una traducción oficial en inglés.
El juego directamente prescindía del nombre de Wonder Boy en su título debido a que la protagonista esta vez era una chica y cambiaba todo el entorno medieval de las anteriores entregas por un diseño árabe que recuerda a genios con lámparas más que a combates entre caballeros con espadas y escudos.
Este título se enfoca más hacia las plataformas, dejando de lado muchas de las características roleras de los otros juegos, obteniendo una jugabilidad mucho más simple y lineal pero unos niveles que ganaban en complejidad gracias al uso que teníamos que darle al nuevo personaje que acompañaba a nuestra heroína. Los niveles, más trabajados y largos que las mazmorras de anteriores Wonder Boy, debían ser superados gracias a la versatilidad de la bola azul con ojos que nos acompañaba cuya habilidad para transformarse en un escudo o en plataforma móvil, entre otras cosas, nos permitía avanzar en el juego.
A pesar de haber sufrido un dilatado letargo, la serie vuelve con más fuerza que nunca, estando en desarrollo hasta tres títulos que rescatan la esencia de la saga. Entre ellos, Wonder Boy: The Dragon's Trap, el remake del juego original de Mastery System, creado por Lizardcube y que será publicado por DotEmu, contando con el visto bueno de SEGA y con la colaboración de Ryuichi Nishizawa, co-fundador de Westone y diseñador de los títulos originales, siendo así el más cercano para retomar la franquicia, con un cuidado apartado gráfico y una banda sonora orquestada que permite incluso jugarlo en modo retro como el original de la 8 bits de SEGA.
Otro título basado en la serie es Wonder Boy Returns HD, aunque esta vez el título toma como punto de partida el primer título de la franquicia, manteniendo su aspecto tropical y volviendo a tener como protagonistas al cavernícola Tom-Tom y su novia en apuros. El título, que ya se encuentra disponible para Steam y PlayStation 4 en otros mercados, vuelve a las plataformas más clásicas de las recreativas de los años 80.
Por otra parte, Monster Boy and the Cursed Kingdom, toma como inspiración la serie Monster World de la franquicia, tal y como lo hace Wonder Boy: The Dragon's Trap, pero creando un título totalmente nuevo que retoma muchas mecánicas de los diferentes títulos de la serie, aunque al igual que el remake de LizardCube, también permitirá que nuestro personaje se transforme en diferentes animales y contará con un colorido diseño artístico.
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