¡Vaya Huevos! Mi experiencia con Egging On con la que casi me cargo la pantalla del PC

Un simulador de huevo escalador que te hará romper tanto huevos virtuales como tu paciencia

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Hay juegos que nacen para ponerte a prueba, y Egging On es uno de esos experimentos sádicos que te hacen cuestionar por qué sigues jugando mientras insultas a la pantalla. Es para verdaderos masoquistas a los que le va la marcha y claro, yo es pensar en un juego de este tipo y me tiro de cabeza, no me preguntéis por qué pues ni yo mismo lo termino de entender.

La premisa es tan absurda que funciona: eres un huevo duro que debe escalar desde el fondo de un gallinero hasta la cima. No tienes brazos, no tienes piernas, solo tienes una cáscara frágil, una yema pegajosa y el sueño de llegar arriba. Es literalmente Getting Over It pero hecho con huevos.

Las físicas del huevo: más complejas de lo que parece

Aquí está el truco que el juego no te explica bien al principio: no todos los saltos son iguales. Cuando saltas desde la punta del huevo (la parte puntiaguda, ya sabes), llegas más alto. Si saltas desde el lado plano, tu salto es una mierda. Esta mecánica tan simple es la base de TODO el juego.

Egging On

Al principio piensas "vale, esto es fácil, soy un huevo que rueda y salta". Luego llegas a la primera sección complicada y te das cuenta de que estás jodido. Tienes que calcular ángulos, velocidad, momento de inercia... básicamente necesitas un máster en física para hacer que un huevo suba una rampa.

Las físicas son rígidas pero consistentes. Cuando te caes no es porque el juego haga trampas, es porque calculaste mal, te pusiste nervioso, o simplemente la cagaste. Y eso es lo que más rabia da - saber que es culpa tuya.

El diseño de niveles: creativamente cruel

El gallinero está dividido en diferentes áreas temáticas y cada una tiene su propia forma de hacerte sufrir. Empiezas en la parte básica con rampas y plataformas simples, luego vas subiendo y las cosas se ponen raras.

Hay secciones con trampolines que te lanzan por los aires y tienes que controlar dónde aterrizas. Hay martillos gigantes que golpean rítmicamente y tienes que cronometrar tu paso - si te pillan te mandan de vuelta abajo. Hay zonas con cristales resbaladizos donde el más mínimo error significa caer.

Y luego está la sección de la motosierra. Joder, la motosierra. No sé qué enfermo diseñó eso pero básicamente tienes que saltar sobre una motosierra en marcha, aterrizar en el mango, y seguir escalando. Es tan estúpido como suena y tan difícil como imaginas.

Lo que me gusta es que cada área introduce mecánicas nuevas sin tutoriales. Tienes que experimentar, caerte veinte veces, y eventualmente pillarle el truco. Es diseño old school - aprende muriendo.

Los checkpoints: tu salvación y tu condena

Aquí viene lo polémico: el juego tiene un sistema de drones que te devuelven a tu último checkpoint si caes. Básicamente es modo asistido para que no pierdas TODO el progreso cuando la cagas.

Yo lo usé y no me arrepiento. Sin los drones habría tardado el triple y probablemente habría dejado el juego por frustración. Hay puristas que dirán que es trampa, pero oye, el juego ya es suficientemente cabrón con ayuda.

Eso sí, los checkpoints están muy espaciados. Puedes pasar media hora escalando una sección complicada, llegar casi arriba, caerte, y tener que repetirlo todo porque no había checkpoint. Es frustrante pero también hace que cuando por fin lo consigues la satisfacción sea brutal.

La curva de dificultad: empinada como el culo

Las primeras secciones son engañosas porque piensas "esto no está tan mal". Te sientes hábil, estás progresando, todo va bien. Luego llegas a la zona media y el juego te enseña quién manda.

Hay una sección en particular con plataformas que se mueven con el viento donde estuve atascado literalmente 40 minutos. No exagero. Cuarenta minutos intentando hacer un puto salto, cayéndome una y otra vez, volviendo al checkpoint, repitiéndolo todo.

El momento en que lo pasas es pura euforia. Gritas, celebras, te sientes el puto amo. Y luego viene la siguiente sección difícil y vuelta a empezar el ciclo de sufrimiento.

Lo que hace el juego bien es que nunca se siente imposible, solo muy muy difícil. Siempre sabes que es posible porque las físicas son consistentes. No es RNG, no es suerte, es skill puro.

El humor huevero: más juegos de palabras de los necesarios

El juego está repleto de chistes sobre huevos en español. "Sin yema no hay gloria", "No seas huevón", "Una aventura huevocionante"... ya pilláis la idea. Es humor tonto pero funciona para aligerar la frustración.

Hay un narrador que te va hablando mientras escalas, haciéndote comentarios sobre tu progreso, animándote cuando lo haces bien, pinchándote cuando la cagas. No es molesto, de hecho ayuda a que no te sientas tan solo en tu sufrimiento.

También hay gallinas por el mapa que te miran juzgándote mientras te caes. Es un detalle tonto pero me hizo gracia cada vez que me estrellaba delante de una y parecía estar riéndose de mí.

Personalización y coleccionables

Puedes desbloquear cáscaras decorativas para tu huevo. Yo no me molesté mucho con esto porque estaba demasiado ocupado intentando no caerme, pero está ahí para quien quiera fardar con un huevo guay.

También hay sellos coleccionables escondidos por el mapa. Algunos están en sitios jodidos de alcanzar, así que añaden rejugabilidad si quieres completar al 100%.

Lo bueno y lo malo

Lo mejor

  • Mecánicas simples pero profundas - fácil de entender, difícil de dominar
  • Físicas consistentes - nunca se siente injusto, solo muy difícil
  • Diseño de niveles creativo - cada área introduce desafíos nuevos
  • Checkpoints opcionales - puedes jugar con o sin ayuda según prefieras
  • Humor autoconsciente - los juegos de palabras alivian la frustración
  • Satisfacción brutal cuando consigues pasar secciones difíciles

Lo peor

  • Curva de dificultad muy empinada - pasa de fácil a infernal rápido
  • Puede ser extremadamente frustrante - no es para todo el mundo
  • Checkpoints muy espaciados - pierdes mucho progreso cuando caes
  • Las secciones medias son un infierno - hay zonas brutalmente difíciles

Conclusiones

Egging On es un juego de nicho para masoquistas que disfrutan del sufrimiento controlado. Si Getting Over It te pareció divertido, esto te va a encantar. Si lo odiaste, esto es más de lo mismo pero con forma de huevo. Las físicas son sólidas, el diseño de niveles es creativo, y la sensación de progreso es adictiva a pesar de la frustración constante. No es perfecto - hay momentos de rabia pura - pero cuando funciona, funciona de puta madre.

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Egging On

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Ingeniero de Telecomunicaciones. amante de SEGA y todo lo que tenga que ver con Sonic. Nintendero por bandera y Game Pass en el corazón. Muy fan de Halo y las sagas Gears of War o Forza. Siempre con mi Steam Deck en la mochila...

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