Hace unos días nos llegó a la redacción el preciado mando Elite de Xbox One, una unidad de cesión que va rodando por varios medios y que como en todas las impresiones o reviews de productos que hacemos, hay que devolver a su dueño, en este caso Microsoft.
Aclarada como siempre la procedencia, y teniendo en cuenta que cuanto estéis leyendo estas líneas, la unidad que nos han dejado ya estará en manos de otra persona, ha llegado el momento de escribir nuestras impresiones con el mando Elite, tras unos cuantos días de pruebas y, como no, de jugar muchas horas con este mando.
Cuando abres la caja de cartón en la que viene el mando, te encuentras con un práctico estuche que es el que lo contiene en su interior junto con todos sus accesorios. Evidentemente al abrir el estuche (que es ideal para que os llevéis el mando bien protegido a casa de un amigo) y coger por primera vez el mando tienes la sensación de estar delante algo único, hecho con mimo y mucha calidad, sobretodo cuando se compara con el mando original de Xbox One. Con él en la mano, apreciamos mucho que los cuernos tengan la goma rugosa para que no te suden las manos y a pesar de que no pesa ni 100 gramos más que el original, sí que se nota una gran diferencia de peso con el mando en la mano, algo que sin duda te hace sentir más sólido jugando a juegos de guerra. Una vez echamos el guante a los accesorios, veremos que hay 4 nuevos gatillos que se situarán en la parte posterior y tres nuevos sticks analógicos cada uno con una medida de largura diferente del otro. ¿Como se cambian? Pues fácilmente porque en el mando Elite los sticks van cogidos mediante imanes, al igual que la cruceta que también se quita en un segundo y debajo se encuentra una cruceta verde, para los jugadores a los que no acaba de convencerles el D-Pad que lleva el mando Elite de serie, aunque hemos de reconocer que es genial para los juegos de lucha como Killer Instinct.
En la parte posterior hay cuatro manetas que recuerdan a los que tienen los mandos tipo Scuf, y para poder utilizarlas correctamente es necesario instalar la app de Accesorios en Xbox One. Destacar que cuando se instala la aplicación, nos pide actualizar el mando, pero no hará falta conectar ningún cable, se actualiza solo teniéndolo quieto, por ejemplo encima de la mesa o en nuestras manos. Las manetas de las que hablábamos están ideadas para tener funciones asignadas a botones que sean más inaccesibles, como lanzar granadas en shooters o el combate cuerpo a cuerpo, de manera que no hará falta ya soltar el dedo del gatillo para realizar este tipo de acciones.
Los gatillos no se pueden quitar ni intercambiar, pero se les puede asignar más sensibilidad (o menos) de las que tienen los mandos de serie, muy útil por ejemplo para juegos como Gears of War en los que parece que algunos jugadores disparen antes que vosotros en un duelo cuerpo a cuerpo.
Todos sabréis que el mando de la marca Xbox es el más imitado por los fabricantes de accesorios para jugadores, ya que para la gran mayoría de los jugadores encuentran en sus mandos una gran ergonomía y les resulta muy cómodo jugar con los mandos, si bien cabe decir que el mando de Xbox One es incluso más cómodo que el de Xbox 360. Pues el mando Elite supera en ergonomía (y como hemos dicho, en calidad) al propio mando de Xbox One, lo que hace que sea el regalo ideal para cualquier época del año para un jugador de esta consola o de PC, ya que como sabréis también se puede usar para jugar en esta plataforma, además de la consola de sobremesa.
En líneas generales el mando Elite transmite muy buenas sensaciones cuando lo tienes en la mano, denota mucha seguridad cuando estás jugando, y los acabados son de alta calidad, lo que puede llegar a justificar el elevado precio respecto a un mando normal, que puede oscilar entre 50€ y 70€ si es un mando con motivos como Halo, por ejemplo. Pero el mando Elite tiene un fallo que consideramos enorme y si tuviéramos que hacer una valoración con nota, le restaría varios puntos, y es que en Microsoft parece que aún están pensando en vender baterías o kits de carga y juega porque el mando Elite funciona a pilas. Si quieres batería tendrás que comprarla a parte, y si a esto le sumamos que el mando te cuesta alrededor de 150€ si tienes suerte de encontrarlo en tiendas (porque está agotado), tendrás que sumarle otros 20€ más por el kit de carga y juega, o ir comprando pilas durante el resto de su vida útil, y si juegas con cascos verás como las pilas, aunque alcalinas, bajan su nivel a un ritmo desproporcionado.
A continuación os dejamos con una galería de imágenes para que veáis en detalle el mando Elite, y en algunas hemos puesto el mando de Xbox One para que podáis apreciar mejor los detalles del mando de serie y del nuevo que nos propone Microsoft.
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