Capcom debe estar preocupada por el rendimiento de uno de sus videojuegos más importantes este año: Marvel vs Capcom: Infinite ha vendido muy por debajo de las expectativas, que se situaban en los 2 millones de unidades a nivel mundial antes de marzo de 2018. En Reino Unido vendió menos que Ultra Street Fighter II: The Final Challengers en su primer fin de semana y en Japón se ha repetido el patrón.
Allí se estrenaba esta semana pasada, y ha vendido tan solo 8.273 unidades en PlayStation 4: le han superado estrenos como Dragon Quest X: All in One Package, que se estrenaba en NIntendo Switch tras haber regalado una unidad a todos los poseedores del videojuego en Wii; NBA 2K18 para PlayStation 4 también y Pokkén Tournament DX, otro título de lucha que ha vendido seis veces más que Marvel vs Capcom: Infinite (unas 53.395 unidades). Estas cifras, ofrecidas por Media Create, son preocupantes si se suman a los datos obtenidos en Reino Unido y evidencian que el videojuego no ha llegado a su público aún tras haber ofrecido una demostración.
El hecho de que un port que añade tan solo nuevo contenido (Pokkén Tournament DX) haya superado a una nueva entrega de Marvel vs Capcom: Infinite, que mezcla a los superhéroes más conocidos a día de hoy con personajes de Capcom, hacen que el futuro de la franquicia peligre a día de hoy. Las pérdidas para la compañía pueden llegar a ser importantes si Norteamérica no levanta el vuelo de este rendimiento comercial.
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