Nintendo es una de esas compañías que a día de hoy posee algunas de las franquicias más queridas por los usuarios y no duda en explotarlas de mil y una formas diferentes. Pokémon es, desde luego, una de las sagas más fructíferas y, además de la gran cantidad de juegos de rol que ha sido capaz de llevar al mercado, es también una de las que más spin-offs y más curiosos nos ha brindado. Desde juegos de puzles hasta títulos educativos pasando por la estrategia e incluso por la realidad aumentada, Pokémon ha sido capaz de conquistarnos de mil y una formas en el pasado.
Ahora Nintendo lleva al mercado una nueva apuesta, un nuevo spin-off con el que el universo de Pokémon se sumerge en más géneros. Alejado del rol de las entregas principales llega Detective Pikachu, un título que se presenta con unas premisas muy similares a las clásicas aventuras point & click y que aterriza con un tono y una historia totalmente opuestas a lo que estamos acostumbrados a ver en la franquicia. ¿Queréis saber qué nos depara en Detective Pikachu? Pues os invitamos a acompañarnos en nuestro análisis de esta peculiar aventura gráfica.
Lo primero que destaca de Detective Pikachu es el gran cambio que la obra sufre a nivel jugable respecto del resto de la franquicia. En este nuevo título nos alejamos por completo del rol de las entregas principales y de los combates que, de una u otra forma, en casi todas las entregas acaban siendo uno de los pilares. Detective Pikachu es, desde el punto de vista jugable, una aventura gráfica más similar a las clásicas aventuras de LucasArts como Maniac Mansion que a lo que todos entendemos por Pokémon.
A lo largo de la obra tendremos que resolver distintos misterios mientras avanzamos en la historia, que no es más que un gran misterio que engloba todos los pequeños hilos narrativos que se van desarrollando. Como buenos detectives que somos, nuestra misión será la de recabar información a través de los diferentes escenarios por los que nos guía la obra, ya sea investigando partes del entorno o hablando con los testigos (bien humanos o Pokémon). De esta forma iremos consiguiendo pistas y testimonios que, llegado cierto momento, podremos unir a través de un pequeño puzle para arrojar luz sobre cada misterio.
Como en casi toda aventura gráfica, la esencia de la jugabilidad reside en ir de un lado para otro, investigarlo todo y hablar con todos los personajes que encontremos. Al contrario que en algunas de las obras clásicas del género, los escenarios de Detective Pikachu no son demasiado grandes y no se nos requiere dar vueltas en exceso ni dar con soluciones absurdas. De hecho, las soluciones suelen resultar obvias si mantenemos una cierta atención al investigar, pues en la mayoría de ocasiones dos testigos nos ofrecen la misma información por si acaso nos despistamos. Y, aún con esto, toda esta información relevante se almacena también en nuestro diario, donde podemos consultar todos los detalles descubiertos de cada caso.
Sin embargo, desde un primer momento queda bastante claro que el público objetivo de Detective Pikachu no son los amantes de las aventuras point & click de hace años, sino los más pequeños de la casa. La dificultad de los casos de Detective Pikachu, a pesar de que aumenta a medida que avanzamos, se mantiene en todo momento bastante baja, sin llegar a ofrecer un reto en ningún momento. Las pistas suelen dejar muy claro hacia dónde va a avanzar el caso y todo nos indica muy claramente en todo momento qué es lo que debemos hacer a continuación. E incluso, si con todo esto nos perdemos, podemos recurrir a Pikachu, nuestro ayudante y experto detective que puede darnos pistas en cualquier momento. ¿Que ni siquiera con esto es suficiente para avanzar? Pues siempre podemos recurrir al modo fácil, que básicamente reduce el videojuego a una experiencia puramente narrativa.
A pesar de esta baja dificultad, lo cierto es que a nivel jugable Detective Pikachu es un juego que cumple con creces. No creía que fuera a decir esto nunca, pero la aventura gráfica ambientada en el universo Pokémon que Nintendo ha puesto en el mercado es, en realidad, una de las mejores del género durante los últimos años. Si bien todo esto es cierto y la obra resulta divertida, hay algunos detalles que pueden lastrar la experiencia, como es el hecho de que Pikachu ofrezca pistas constantemente sin siquiera haberlas pedido nosotros. Esto corta el ritmo de avance, nos frena y puede llegar a resultar frustrante cuando, en menos de 10 minutos, el pequeño ratón eléctrico te para 3 veces para darte detalles que, en la mayoría de ocasiones, resultan bastante obvios.
Uno de los grandes aciertos de Nintendo a la hora de llevar al mercado Detective Pikachu ha estado en el aspecto narrativa de la obra. Al igual que ocurre con la jugabilidad, los responsables de la obra no han tenido temor alguno en alejarse de lo que todos entendemos por Pokémon y ofrecernos algo totalmente novedoso dentro de la franquicia. En esta ocasión nos ponemos en la piel de un joven que llega a Ryme City para buscar a su padre desaparecido cuando, de pronto, se cruza con un extraño Pikachu ataviado con un gorro de detective y con el que, milagrosamente, es capaz de comunicarse.
De la colaboración entre estos dos personajes surge todo lo que acontece en la obra. Ambos personajes tienen una historia que resolver por delante y, desde el comienzo, se ven envueltos en diferentes problemas que les llevan a colaborar y avanzar en la misma dirección. Además, de esta relación surge también uno de los puntos que más ha llamado nuestra atención, y es la propia personalidad de Pikachu. Este videojuego pone, por primera vez, voz a este carismático Pokémon y lo cierto es que lo hace espectacularmente bien. Lejos de los rugidos agudos que estamos acostumbrados a oír de boca de este ratón eléctrico, Detective Pikachu luce una voz más seria, una personalidad madura y burlona que no duda en opinar sobre cafés e incluso intentar ligar. Un pequeño Pokémon con una personalidad mucho más noir de lo que cualquiera podría haberse imaginado; y la verdad es que funciona a la perfección.
Todo esto, a pesar de que no ofrece una historia especialmente interesante, dota al videojuego de una personalidad y un frescor que se agradecen enormemente a la hora de jugar. Es, de hecho, el buen rollo que transmite todo y la gracia de nuestros personajes lo que nos insta a continuar adelante y resolver más casos con los que avanzar en la historia principal. Pero, a pesar de estos aciertos, el hecho de que la historia como tal de Detective Pikachu no sea especialmente interesante relega mucho peso en la jugabilidad, y saca a relucir el lado más flojo de esta.
La jugabilidad es buena, sí, pero no deja de ser una aventura gráfica con los problemas que estas arrastran desde su nacimiento y que son prácticamente intrínsecos al género. La repetitividad puede apoderarse de la experiencia dada la baja dificultad de esta y las pocas sorpresas que guarda la historia principal. Todos los casos se resuelven de la misma forma y, recorrer los escenarios de un lado a otro investigando todo y hablando con cada personaje puede llegar a ser tedioso si desaparece en nosotros la sensación de victoria que, en muchas ocasiones, son la dificultad o los giros narrativos (aquí ausentes) los que se encargan de mantener.
En los aspectos más técnicos nos encontramos con una obra muy correcta. La manera en que se han creado los escenarios hace que sea cómodo recorrerlos, no tengamos problema para ver con claridad los elementos importantes y, en general, no se entorpezca de forma alguna la experiencia. El apartado gráfico es el que se espera de un videojuego de Nintendo 3DS y, pese a la resolución de la consola, el juego es capaz de verse bonito gracias a un buen apartado artístico y, sobre todo, a una paleta de colores muy bien seleccionada.
El apartado sonoro, por su parte, es más que correcto. Aunque la mayoría de temas de la banda sonora no destacan demasiado, algunos efectos de sonido y los temas más sutiles le dan un toque noir a la historia que casa a la perfección tanto con este toque de Pokémon más maduro como con la personalidad chulesca y burlona del Pikachu que nos acompaña a lo largo de toda la aventura.
Detective Pikachu es una apuesta novedosa, que se siente fresca y que, pese a los fallos que pueda tener, funciona sorprendentemente bien. La jugabilidad de una aventura clásica casa a la perfección con la presentación que se nos hace de un Pikachu mucho más noir y burlesca de lo que podríamos haber imaginado y que precisamente se vale de esta peculiar personalidad para ofrecer detalles de humor que, como todo, sientan estupendamente a la experiencia.
A pesar de que la historia principal puede ser algo floja y carece de sorpresas o pequeños giros narrativos, es en la dificultad donde más echamos de menos un plus. El hecho de tener un modo fácil ya hace el juego completamente accesible, por lo que nos habría gustado más encontrarnos con puzles algo más complejos y que nos obliguen a darle alguna vuelta a las pistas en nuestra cabeza, sin servirnos todas las soluciones en bandeja de plata. Precisamente por culpa de esto, a pesar de la calidad que destila, Detective Pikachu puede llegar a tornarse repetitivo en ciertas ocasiones.
Pero, independientemente de la dificultad, lo que no podemos negar es que Detective Pikachu, sin llegar a ser un juego sobresaliente, sí que es una muy buena aventura gráfica que cumple con creces. Las franquicias de Nintendo parecen no tener límite y, aunque se trate tan solo de un spin-off, nosotros ya deseamos volver a ver en acción esta propuesta de una forma más ambiciosa. Solo el tiempo dirá si tenemos esta suerte o nos tenemos que conformar con los RPGs.