"Fariña" es una de las mejores producciones que ha visto nuestro país en los últimos años. Dura, con una clara vocación de crítica social y con un apartado artístico y técnico de primer nivel. Lo tenía todo para triunfar, puesto que además contaba con una polémica que podía despertar aún más el interés del público al secuestrarse judicialmente la novela en la que se basa y, aunque los primeros episodios lograron una gran audiencia, finalmente la serie se ha despedido por la puerta de atrás como hiciera ayer "Cuerpo de Élite" o hace algunos meses "La Casa de Papel".
Con una media del 16,3% de share y 2.581.000 espectadores, la serie termina con pocas opciones de renovación, habiendo logrado ayer uno de sus peores datos con un 13,3% de cuota y poco más de 2 millones de espectadores. Es una pena que series de esta calidad no sean valoradas como debiera en la televisión en abierto. ¿Podría tener una vida nueva en Netflix? Solo el tiempo lo decidirá, pero según hemos podido saber, será en los próximos días cuando la plataforma de pago en España suba a su catálogo esta serie dirigida por Carlos Sedes y Jorge Torregrosa.
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