Desde que el Comité Olímpico Internacional cedió la licencia de sus competiciones para juegos exclusivos en consolas de Nintendo, comenzando con Pekín 2008 y siguiendo con las sucesivas competiciones de verano e invierno, se ha seguido una línea bastante clara, nítida e inalterada en cuanto a su objetivo, propuesta y ejecución. Sin grandes alardes, se nos ofrecían unos ‘party-game’ en los que la licencia de los Juegos Olímpicos era prácticamente una excusa para aglutinar a los personajes más reconocibles de Nintendo y SEGA y ofrecer diversión directa, desenfadada y en compañía. Sin embargo, esta tendencia en la saga deportiva se ha agitado con cierta contundencia e intencionalidad en la nueva entrega, y es que Tokio 2020 no son unos Juegos Olímpicos cualquiera. No es una ciudad cualquiera. Aquí hay mucho más que contar.
Más allá de la importancia que tiene acoger el evento deportivo de mayor relevancia del mundo, para Tokio esto supone mucho más. Se trata de cerrar el círculo que comenzó cuando esta misma ciudad fue la primera sede asiática de los Juegos Olímpicos en el año 1964 y continuó cuando, en la ceremonia de clausura de Rio 2016, se presentó Tokio 2020 con el primer ministro japonés disfrazado de Mario saliendo de una tubería verde, se reforzó por ser el país que vio nacer a la industria del videojuego oriental y culmina con este videojuego que bien se puede considerar un homenaje a todo lo mencionado. Por todo esto, se percibe que han querido hacer algo más ambicioso y memorable, y esto se evidencia en el modo historia.
La estructura de este modo es muy simple: hay distintos escenarios ambientados en algunas de las zonas más reconocibles y famosas del Tokio real, y en cada una de ellas podremos movernos y explorar un poco y, posteriormente, sucede un diálogo que introduce una prueba deportiva que, al completarla, nos cuenta una serie de datos, curiosidades y anécdotas de esa zona, de los Juegos Olímpicos actuales y los de 1964, funcionando prácticamente como una guía turística.
No solo con textos se basta la historia para descubrirnos Tokio, sino que ha conseguido integrar esa “guía turística” a algunas pruebas creadas exclusivamente para la ocasión. ¿A quién no se le había ocurrido antes hacer competir a Sonic contra el tren bala? ¿Que no sabes qué es el tren bala? El juego te lo ha enseña, y así decenas de detalles que hacen que, durante el modo historia, descubras las muchas pruebas disponibles y que, al mismo tiempo, conozcas la cultura e historia japonesa y comprendas por qué estos Juegos Olímpicos son tan especiales. Tan especiales que hasta han creado unas pruebas con gráficos ‘retro’ de 8 bits que rebosan mimo y cuidado, siguiendo la línea de que este juego busca ser un homenaje al videojuego japonés del pasado y a la cultura.
Tras poder dedicarle unas dos horas a la campaña en solitario, tocó el turno de probar las máximas pruebas posibles y, además, en cooperativo. Hay una eterna variedad de disciplinas, siendo imposible que probáramos todas, pero el conjunto tiene algo en común: destacan aquellas que permiten jugarse con el movimiento del Joy-Con, como ping-pong, tiro con arco, jabalina, boxeo… mientras que las que te limitan a los botones tienen menos inspiración y son más caóticas, como fútbol o rugby. Son la inmensa mayoría aquellas que permiten jugarse con movimiento y en compañía, y es que, siempre que se añade el componente social, la experiencia mejora y da pie a situaciones desternillantes. Por ende, tenemos un juego también muy cumplidor en lo jugable y el aspecto multijugador, como también era de esperar, tras las entregas anteriores, expandiendo todavía más la oferta de pruebas disponibles.
Quizás no hayamos ahondado en exceso en cómo son las pruebas, y es cierto que algunas tienen más mecánicas y posibilidades que otras, pero eso ya lo sabíamos. La novedad está en la campaña, que rezuma cariño, amor por la ciudad de la capital nipona, pasión por la historia… Es donde Mario y Sonic en los JJ.OO. Tokio 2020 buscan diferenciarse de lo visto años atrás. Queda por ver qué profundidad acabará teniendo este modo historia que tan buena pinta nos ha dejado en sus comienzos, porque nos puede descubrir una cara del Tokio del presente y del pasado que desconocíamos. Se avecinan unos Juegos Olímpicos (recordad: Olimpiadas es el periodo entre cada JJ.OO) que tendrá un gran exponente y abanderado, de la mano de Mario, Sonic y compañía.
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