La nueva tendencia de arreglar películas tras su estreno: ¿servirá para algo el Snyder Cut?

A estas alturas, no hay aficionado a los superhéroes que no haya oido hablar del famoso Snyder Cut, pero os refrescaré la memoria por si acaso. Hace unos años, Zack Snyder abandonó la producción de “Liga de la Justicia” por motivos personales y el director suplente, Joss Whedon, decidió prescindir de gran parte de su material. Desde entonces, los seguidores de Snyder no han parado de exigir que Warner Bros publicara el montaje original de la película y, después de varios años de insistencia, la productora ha dado su brazo a torcer, anunciando el estreno del Snyder Cut en HBO Max. 

Aunque, en principio, esta práctica debería limitarse a “Liga de la Justicia”, hay indicios de que otros estudios también podrían retocar sus películas a posteriori, dando a los fans una capacidad de decisión que no habían tenido hasta ahora. Todavía es pronto para saber si esta tendencia será algo generalizado, pero la cinta de Snyder no ha sido la única que ha intentado resolver sus problemas argumentales después de pasar por los cines.

No hace tanto tiempo, en una galaxia muy muy lejana...

La última trilogía de “Star Wars” culminó con “El Ascenso de Skywalker” una película que se dedicó en cuerpo y alma a satisfacer todas las peticiones de sus seguidores, aunque no tuvieran ningún sentido. De esta forma, nos encontramos con usos de la Fuerza cada vez más disparatados, un villano salido de la nada y un romance digno de un telefilm de Antena 3. En su afán por contentar a todo el mundo, LucasFilm llegó a deshacerse de uno de los personajes principales de la saga, la olvidada Rose Tico, porque no cayó en gracia a los espectadores.

El estudio de George Lucas también intentó arreglar esta cinta a posteriori pero, por suerte, no se sacó de la manga un montaje de J.J. Abrams. En su lugar, probó a rellenar los agujeros de la trama valiéndose de novelas y otros productos de merchandising que extendieron la historia original. Hace unos días, Screen Rant publicó todos los títulos que hay que leer para poder entender “El Ascenso de Skywalker” y, sinceramente, he visto tesis doctorales con menos referencias bibliográficas que el episodio IX.

Es evidente que, en el caso de “Star Wars”, el remedio ha sido mucho peor que la enfermedad. Entonces, ¿por qué las grandes productoras se están empeñando en reparar sus fracasos? Para responder a esta pregunta tendremos que remontarnos unos cuantos años atrás.

Poder sin responsabilidad

Allá por el 2007, todos morimos un poco por dentro cuando vimos a Peter Parker marcándose un bailecito en “Spider-Man 3”, pero no corrimos a nuestras casas para mandar cartas a Sony exigiendo que eliminasen la dichosa escena. De hecho, ahora la recordamos como una secuencia cómica (y también meme), de la que se han reído hasta en “Spider-Man: Un Nuevo Universo”. Otro caso similar es el de “Batman y Robin”, una cinta de superhéroes que solo puede calificarse de desastrosa y, a pesar de todo, ha acabado alcanzando el estatus de obra de culto. Sí, hablo de la película en la que Batman tiene una armadura con pezones y usa una Bat-Tarjeta de Crédito.

Hoy en día procesamos el cine de una manera distinta. Si una película es mala no nos limitamos a convertirla en meme y seguir adelante con nuestras vidas. El fanatismo extremo que acarrean algunas franquicias provoca que las productoras tengan que atender millones de quejas y sugerencias. Los espectadores cada vez tenemos más poder pero, al contrario que Peter, lo usamos de una forma bastante irresponsable. Estamos llegando a un punto en el que, en vez de tomar apuntes de cara a nuevos proyectos, los estudios empiezan a parchear sus producciones en cuanto abandonan las salas de cine.

HBO Max ha mencionado que el Snyder Cut es una excepción, pero ya se empieza a hablar del Ayer Cut de “Escuadrón Suicida”, una de las peores películas del universo DC. Esto confirma que se está barajando la posibilidad de repetir la jugada en otras producciones. Aún así, los estudios todavía no se han parado a pensar sobre la clave de este asunto: ¿de verdad se puede arreglar una película cambiando su montaje? Veámoslo en el caso de “Liga de la Justicia”.

¿El Snyder Cut puede salvar Liga de la Justicia?

En mi humilde opinión, no. “Liga de la Justicia” es una película mediocre y no se merece todo el alboroto que se ha generado en torno a ella. Los fans de Snyder esperan que, de la misma forma en que Superman regresó de la tumba para salvar el día, el director surgirá de entre las sombras y, con unos cuantos retoques, rescatará la cinta del olvido. Pero no creo que esta hazaña esté a su alcance. El Snyder Cut me recuerda al famoso trifle que preparó Rachel en “Friends”. Por mucho que intentes arreglar este postre añadiéndole más pisos de mermelada y natillas, la capa de guisantes y ternera siempre seguirá en el fondo, dispuesta a estropear todo el conjunto.

Metáforas culinarias aparte, el principal problema de la película no es la edición. El talento de Snyder es irrelevante si se pone al servicio de una mala premisa. En “Liga de la Justicia”, un borrón de CGI llamado Steppenwolf quiere destruir la Tierra con la ayuda de tres poderosos artefactos. Batman trata de impedirlo reuniendo a un equipo de héroes y embarcándose en una cruzada épica para resucitar a Superman y... conseguir que él les haga todo el trabajo.

Una trama tan floja podría ser perdonable si se apoyara en un conjunto de superhéroes con carisma, pero la película tampoco acierta en este aspecto. Aunque hay personajes que merecen la pena, como Superman y Wonder Woman, dos papeles que parecen haber sido creados expresamente para Henry Cavill y Gal Gadot; las interacciones entre los protagonistas se sienten algo forzadas, especialmente las de Batman y Wonder Woman, y no acaban de dar la impresión de formar un verdadero equipo.

En conclusión, aunque se agradece ver que los grandes estudios dan importancia a las peticiones de sus fans, cuando esta práctica se lleva al extremo puede generar mezclas incomprensibles, como ese monstruo de Frankenstein que es “El Ascenso de Skywalker”. No creo que el Snyder Cut llegue a ser tan infumable como el último episodio de “Star Wars”, pero también sospecho que se quedará más en una simple anécdota que en una gran experiencia cinematográfica.