Análisis Assassin's Creed Valhalla
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ANÁLISIS

Análisis Assassin's Creed Valhalla

La nueva entrega de la aclamada franquicia de Ubisoft nos transporta a la época de los pillajes y los asedios vikingos

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Portada de Assassin's Creed Valhalla

No han sido precisamente pocas las ocasiones en las que me he visto sentado con varios colegas mientras disfrutábamos de una buena jarra de lo que en la era vikinga sería aguamiel debatiendo sobre el rumbo que la saga Assassin's Creed ha seguido con sus últimas entregas: sobre si Origins y Odyssey merecen ser englobados bajo esa misma nomenclatura y la grieta que ha aparecido entre los dos bandos de una comunidad de jugadores dividida.

Por un lado, tenemos a los que reivindican que la franquicia ya no es lo que es desde que se distanció de conceptos tan reptilianos como el fruto del edén, los antiguos o el eterno conflicto entre Templarios y Asesinos y, en segundo lugar, aquellos que ven estos intentos de la saga de volar hacia otros lugares como un gesto por parte de Ubisoft de mirar hacia la dirección correcta. Y, precisamente, Assassin's Creed Valhalla podría considerarse como un ejercicio de reconciliación entre ambas posturas.

Se nota, desde sus primeros compases hasta los coletazos finales de su trama, que Assassin's Creed Valhalla es un intento de convencer a aquellos jugadores veteranos más escépticos que la esencia de la franquicia sigue intacta entre sus numerosos sistemas jugables y sus líneas de código. Porque, seamos un pirata, un noble del renacimiento o un vikingo, ponerse a los mandos de un título de la franquicia debería sentirse como volver a casa.

Y, precisamente, las paredes de esta nueva entrega se encuentran decoradas con una ambientación y una serie de nuevos sistemas que hacen evidente que siempre hay alguna sombra detrás de la luz; incluso si esta se encuentra imbuida con el mismísimo poder de Odín y aunque brille con la misma potencia del bifrost. Veamos por qué.

Los pecados de los padres

A diferencia de lo que ha ocurrido con títulos anteriores de la saga, a Assassin's Creed Valhalla no le duelen prendas a la hora de mirar de dónde vienen sus antepasados. Es por ello que ya en los primeros pasos de la trama principal la eterna lucha entre Asesinos y Templarios emerge de las profundidades del lore para materializarse en el juego en forma de misiones, personajes y lugares que tendremos que visitar.

Esto último es importante porque se conformará como una línea argumental paralela a la historia de Eivor a la que podremos recurrir cada poco tiempo. Principalmente, porque el conflicto central en torno al que gira la historia del personaje está estructurado de tal forma que encaja a la perfección con dicha guerra oculta de formas que no comentaremos aquí para no reventarle ninguna sorpresa a nadie.

Assassin's Creed Valhalla
Assassin's Creed Valhalla se muestra muy respetuoso con la herencia de la saga

Y, si queremos resaltar esto último, es por el hecho de que es aquí donde se ve que Assassin's Creed Valhalla es un título que busca acoger a todo tipo de fan: desde aquel que desea saber más sobre lo que siempre ha girado en torno a la lucha de los Ocultos por la libertad espiritual del ser humano hasta el que se ha acostumbrado a que los argumentos de las últimas entregas sean mucho más ambiciosos y se yergan a través de un conflicto mucho más grande.

El de Assassin's Creed Valhalla gira, concretamente, en torno a aquellos vikingos que abandonaban su tierra en busca de otra en la que pudieran reinar y ser dueños de su propio destino; cosa que llevará a Eivor y a otros personajes a lanzarse a una Inglaterra dividida en cuatro reinos para ponerlo todo patas arriba.

Assassins Creed Valhalla 2
Ubisoft vuelve a apostar por un conflicto entre facciones a gran escala

En este sentido y a diferencia de lo que ocurría con Origins y Odyssey, Assassin's Creed Valhalla pone un fuerte peso en lo argumental no tanto desde la posibilidad de tomar distintas decisiones en la trama (aunque también habrá situaciones en las que deberemos llevarlas a cabo), sino en construir personajes que verdaderamente causen un impacto en lo que el jugador está viendo en la pantalla.

Parte de esto último vuelve a ser una reivindicación de lo que la saga ha sido siempre: una franquicia que intentaba dar la misma importancia al mundo abierto que ofrecía en cada entrega como a los personajes principales que hacían que la trama se moviera en una dirección concreta. En este sentido, Assassin's Creed Valhalla es más Assassin's Creed que Origins y Odyssey; algo que no dejara indiferente a todo aquel fan que haya estado ahí desde el minuto cero: desde el momento en el que Altair se hizo con el primer fruto del edén.

Inglaterra: tierra de ensueño y de riquezas que saquear

No podemos olvidar, por otra parte, que para que unos personajes consigan destacar por su carisma necesitan valerse de un mundo que sea capaz de acoger el impacto que tengan sus decisiones. Y, precisamente, Assassin's Creed Valhalla vuelve a ofrecer entornos verdaderamente cautivadores; de esos que presentan paisajes tan inmersivos en los que, si nos paramos por un momento, podremos notar la brisa de la primavera inglesa rozando nuestra cara aún cuando estemos sentados en el sillón de nuestra casa.

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La recreación del mundo de Assassin's Creed Valhalla es de las mejores de la saga

Parte de esto último no solo se consigue gracias al mismo aspecto que poseen los distintos rincones del juego, sino a esa sensación de descubrimiento que aparece al llegar a un lugar que pide a gritos ser explorado. En este sentido, Assassin's Creed Valhalla busca se yergue capaz de pulir aún más los sistemas de exploración de sus anteriores entregas para lograr que estos potencien aún más esa experiencia inmersiva que mencionábamos antes.

Desde la idea de que las misiones secundarias clásicas se han sustituido por eventos que están teniendo lugar en el mundo y en los que irrumpiremos al acercarnos a ellos (lo cual genera la sensación de que no estamos tanto ante una tarea a resolver de forma mecánica, sino ante una oportunidad de conocer mejor a la población del reino), hasta el hecho de que cada coleccionable que salpican los lugares emblemáticos de Assassin's Creed Valhalla influirán de distintas formas en otros sistemas jugables del título.

Assassin's Creed Valhalla
El mundo de Assassin's Creed Valhalla se siente realmente vivo y repleto de misterios por descubrir

Al final del día, lo que todo esto consigue es que Assassin's Creed Valhalla reduzca a un número mínimo las veces en las que el juego te saca de la experiencia al mostrarte un sistema que te recuerda que estas jugando a uno; porque las misiones secundarias ahora están integradas de forma realmente natural en el entorno y porque buscar un coleccionable ya no solo traerá satisfacción por el mero hecho de cogerlo, sino por descubrir cómo podemos convertirnos en mejores vikingos gracias a él.

Todo esto consigue, en última instancia, que las horas que gastamos al completar una zona del juego llevando a cabo cada misión y recogiendo cada tesoro que se esconde en ella no se traduce en un lapso de tiempo perdido, sino en una inversión que el jugador hace de cara a saber más sobre un mundo rico en detalles y en historias que suceden de forma paralela al conflicto principal.

La fuerza de un berserker y la sutileza de un Oculto

Pese a cualquiera pueda llegar a maravillarse con los rincones que Assassin's Creed Valhalla ofrece para que nos perdamos por ellos, no debemos olvidarnos de que nos encontramos ante una odisea vikinga y, precisamente, todo buen vikingo debe ser capaz de manejar un arma blanca con soltura.

En este sentido, los sistemas que ofrece Assassin's Creed Valhalla son muy similares a los que podíamos ver en en Odyssey: distintas armas a blandir con diferentes velocidades y daños, un sistema de habilidades activas que podremos utilizar en los combates para sacar ventaja a los enemigos y un sistema de estadísticas pasivas que iremos desbloqueando en un árbol de puntos con cada nivel de experiencia que subamos al combatir o completar misiones.

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Las piezas de equipamiento podrán ser mejoradas con estadísticas pasivas adicionales

No obstante, Assassin's Creed Valhalla busca distanciarse de anteriores entregas de la saga para ofrecer, de nuevo, una serie de sistemas que se encuentran vinculados con el mismo mundo en el que tiene lugar el juego. Principalmente porque las habilidades activas se desbloquearán al encontrar coleccionables bien custodiados en determinadas localizaciones y las armas también se conformarán como tesoros que deberemos encontrar; haciendo que el equipamiento que llevemos dependa de las ganas que tengamos de explorar el escenario del juego y no de a cuántos enemigos hayamos matado.

Y es precisamente con respecto a esto último donde Assassin's Creed Valhalla presenta su principal defecto; el sistema de combate, pese a ser el más sangriento y brutal de la franquicia, es menos satisfactorio que en las dos precuelas que hemos mencionado aquí hasta la saciedad por dos motivos: los enemigos caerán con bastante más facilidad y porque la inteligencia artificial que se encargará de imbuirlos de voluntad propia cuenta con algunas asperezas.

Quizás el hecho de ofrecer enfrentamientos tan asequibles que hasta pueden ser resueltos (en su mayoría) al aporrear los botones de ataque y saber esquivar cuando toca tenga que ver con las intenciones de Ubisoft de hacernos sentir como una máquina de matar. Pero es que esta diferencia de poder entre Eivor y el resto de enemigos hace que hayamos tenido la sensación de estar luchando contra minions y no contra verdaderos guerreros (salvo en aquellas ocasiones en las que el juego nos propone una batalla contra un jefe final o un guerrero legendario).

Assassin's Creed Valhalla
Los enemigos del juego son más débiles que en otras entregas, lo que perjudica ligeramente su sistema de combate

Nos hubiera gustado, además, que esas imperfecciones de la inteligencia artificial que señalábamos antes se hubieran quedado en los encuentros cara a cara. Sin embargo, hemos de destacar que también afecta a las situaciones que podemos resolver con el sigilo al ofrecer contextos que no hacen otra cosa que sacarnos de la experiencia inmersiva que tanto se esfuerza el juego en crear: desde ristras de enemigos que acuden a un mismo punto para ser asesinados sin piedad hasta que alguno de ellos siga una ruta de patrulla poco creíble.

La experiencia vikinga definitiva

Uno de los eslóganes principales que Ubisoft ha defendido a capa y espada y que definen a la perfección la experiencia que ofrece Assassin's Creed Valhalla consiste, esencialmente, en que nos encontramos ante ''la experiencia vikinga definitiva''. Y, precisamente, os estaríamos mintiendo de forma descarada si negáramos que cada recurso y sistema que presenta el juego va encaminado a eso mismo. Y es que podríamos decir que Assassin's Creed Valhalla no es solo un juego de vikingos, sino uno en el que aprender cómo estos lograron alzarse con tanto poder y, sobre todo, cómo llegaron a conformarse como una facción temible ante otros reinos europeos.

Aquí es donde entran los saqueos y los asedios, dos nuevos tipos de misiones de Assassin's Creed Valhalla en los que experimentar lo que se siente al arramplar con una localización en la piel de un auténtico berserker; un conjunto de misiones en los que saborear en primera persona aquellos momentos en los que los civiles de un pueblo huían despavoridos al divisar la cuadrilla de quince gigantes de pelo dorado que desembarcaba en la costa del río más cercano.

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Los saqueos y los asedios vikingos son dos de los añadidos más interesantes de esta entrega

Estos dos últimos tipos de objetivos, además de ser útiles a la hora de hacer que la trama avance en una dirección concreta, nos permitirán hacer acopio de recursos materiales con los que mejorar nuestro asentamiento, el cual se conformará como un remanso de paz en el que conocer más al conjunto de personajes que rodean a Eivor y en el construir una serie de edificios con los que obtendremos distintas ventajas adicionales: desde un muelle en el que personalizar el aspecto de nuestro barco hasta un taller de tatuajes en el que podremos pintar la piel de nuestro protagonista.

Al final del día, todos los sistemas que ofrece Assassin's Creed Valhalla van encaminados a otorgarnos un alto grado de libertad en torno a en qué partes de la vida vikinga queremos profundizar; haciendo que el jugador se convierta en el mismo director de su propia experiencia de juego y animándole a decidir cuándo quiere ponerse en la piel del aventurero, cuándo en la del guerrero y cuándo en la del participante activo de la cultura nórdica.

Conclusiones

Si tuviéramos que sacar una conclusión que sirviera para explicar lo que Assassin's Creed Valhalla representa dentro de la franquicia, podríamos decir que nos encontramos ante una entrega que se conforma como un compendio de aciertos y errores en la que los primeros, por fortuna, destacan sobre los segundos.

Con una gestión impecable del fanservice que hará las delicias de los aficionados más veteranos, nos encontramos ante un título que busca acoger a todo el mundo y que es consciente qué virtudes de Odyssey y Origins podía pulir para dar una experiencia de juego aún más inmersiva y potente.

Al final del día, todas las partes de Assassin's Creed Valhalla van encaminadas no tanto a que conozcas quiénes eran los vikingos, sino a hacerte sentir como uno. Porque, sinceramente os lo digo, nada antes en la saga me ha puesto los pelos tan de punta como escuchar los cánticos de guerra que mi tripulación entonaba justo antes de bajarse del drakkar para saquear un convento en nombre del mismísimo Odín. ¡Sköl!


Assassin's Creed Valhalla

Analizado en PlayStation 4

VideoGame
8.9
Puntuación Areajugones:
Notable
Puntuación comunidad:
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Con unos sistemas de exploración que se encuentran mejor trabajados que nunca en la saga, Assassin's Creed Valhalla se conforma como una digna continuación de la estela que creó Origins hace unos años y que, al mismo tiempo, respeta la esencia que la franquicia siempre ha conservado en su interior. Por ello, nos encontramos ante un título que será capaz de cautivar tanto a los más veteranos como a aquellos que disfrutan de la nueva fórmula jugable de la saga.

Duración

Argumento

Sistema de combate

Mundo abierto

  • La recreación de la Inglaterra del juego resulta espectacular
  • Los sistemas de exploración se encuentran más pulidos que nunca
  • Los actos que llevamos a cabo en el juego nunca generan la sensación de que estemos perdiendo el tiempo
  • Los personajes y la trama vuelven a estar a la altura de otras grandes historias de la franquicia
  • Los saqueos y los asedios vikingos son dos añadidos particularmente atractivos
  • Los enfrentamientos contra enemigos son más sencillos que en otras entregas de la saga
  • La inteligencia artificial de los enemigos deja que desear en algunas situaciones
  • Se echa en falta algo más de profundidad en el sistema de inventario y equipamiento
Duración: 40-80 horas
Jugadores: 1 jugador
Idiomas: Voces y textos en español

Política de puntuación

Redactado por:

Crecí rodeado de naturaleza y campos de trigo, pero con la cabeza llena de historias sobre dragones y planetas lejanos. Después me hice psicólogo para poder fascinarme con las historias de los demás.