Hablar de esto me causa un poco de rechazo, la verdad. El príncipe heredero, Mohammed bin Salman, ha comprado un 5'01% de Nintendo a través del fondo de inversión pública según un documento presentado al Ministerio de Finanzas de Japón del que se ha hecho eco Bloomberg. No es la primera vez. En febrero también se hacían con un 5% de Capcom y Nexon. De esas adquisiciones, el país invirtió unos mil millones de dólares.
En principio, no tienen la intención de hacerse con el 100% de Nintendo. Aunque sí lo han hecho con otras empresas como SNK de la que, en abril, compraron el 96% pasando a ser dueños de las sagas de Fatal Fury, Metal Slug y King of Fighters.
Las operaciones de compra de estudios y empresas de desarrollo de videojuegos es una forma de inversión con beneficios asegurados con la que pretenden depender menos de los ingresos del petróleo. Gearoid Reidy, periodista de Bloomberg que cubre la información en Japón, publicó un tuit en el que se podía ver parte del contrato.
En general, el rechazo que me provoca es porque creo que la operación es un poco intrusiva. Quiero decir, la compra no se ha hecho con una mirada al futuro y en beneficio de la industria, sino como una forma de externalizar los ingresos del país. Y sí, es imposible no politizar este tipo de noticias.
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