Para mí, no habrá nada como la segunda temporada de Stranger Things. Fue entonces cuando la serie demostró ser un regalo para los auténticos fans de lo sobrenatural y de los años 80. La tercera, sin ser necesariamente mala, adoleció de un problema muy común en proyectos de éxito: muerte por ambición. Eso sí, al final cerró una etapa y un arco argumental lo suficientemente bien como para seguir montados en este barco.
Ahora llega el volumen 1 de la temporada 4 de Stranger Things, y tras poder disfrutar de él, mi pregunta es preocupante: ¿puede morir una serie por su ambición? Si bien esta ficción de los hermanos Duffer sigue funcionando como un tiro, parece que los dos años que han transcurrido entre la tercera y la cuarta tanda de episodios han servido para alargar en exceso sus episodios, olvidando que es una serie, y no 9 películas independientes.
Un misterio renovado que levanta a Stranger Things
Como ya sabréis, al menos si visteis la anterior temporada, el grupo de protagonistas está más dividido que nunca. Y esta situación permite hablar de una especie de reinicio que a mi me ha encantado. Como mínimo, si me refiero al misterio que sacude de nuevo Hawkins, y que se toma su tiempo para presentar todas sus cartas. ¿Quizás demasiado? Bueno, realmente creo que Stranger Things nunca ha sido una serie que destacase por su ritmo, así que tampoco es que pueda criticar este apartado demasiado.
Una pandilla desperdigada, que ralentiza Stranger Things
Los primeros episodios del volumen 1 de la temporada 4 de Stranger Things sonuna carta de presentación tan larga, que me sorprende. Ya conocemos de sobra a los protagonistas, y por mucho que hayan sido desperdigados (unos lejos de Hawkins, y unos en el pueblo maldito), no hacen falta entre 2 y 3 episodios para dar a conocer su verdadero destino. Menos aún cuando se ha tomado la decisión de dividir en dos esta tanda de capítulos. Es una pena, porque esto, sumado a los 80 minutos o más que duran algunos, da la sensación de cansancio.
Salto hacia delante en el plano técnico
De acuerdo, se nota que Netflix se ha gastado el dinero en todo lo relacionado con el plano visual de Stranger Things. Efectos que en el pasado lucían de serie B, aquí se han mejorado una barbaridad, quizás aprovechando que la primera parte del volumen 1 se toma su tiempo para llegar al verdadero conflicto. Recomiendo ver cada episodio en una pantalla de televisión grande y con buena calidad, porque merece mucho la pena. También utilizar un buen equipo de sonido si dispones de él por sus maravillosos y sorprendentes efectos sonoros.
Más no siempre es mejor, y eso debe aprenderlo Stranger Things
No te voy a vender que el volumen 1 de la temporada 4 de Stranger Things es malo, porque no lo es. No creo que esta serie, dada la historia que tiene detrás, pueda caer en un fracaso a nivel creativo. Ahora bien, los hermanos Duffer han apostado por el camino del 'más es más', y eso no siempre es mejor. Los capítulos se eternizarán para algunos de vosotros, mientras que para otros, serán meros espacios de relleno con tramas que no hacen avanzar el arco central. Todo ello con una historia que tarda en arrancar por culpa de unos protagonistas desperdigados y que tardan en comprender cuál es el nuevo misterio que azota Hawkins.
La duración de los episodios pasa factura a una serie que se ha pasado de ambiciosa, y aún queda ese capítulo de 150 minutos que veremos en el final de temporada. Aún así, una especie de 'reinicio' interesante y muy bien ejecutado
El misterio sigue interesando
Se ha puesto la carne en el asador con los efectos
La pandilla funciona todavía
La situación desde la que parten los personajes
La duración excesiva de los episodios
Una primera parte de la temporada demasiado introductoria
Netflix, HBO Max, Prime Video, Disney Plus y Filmin, mis plataformas de streaming favoritas. Harry Potter, Marvel, DC, James Bond y Fast & Furious, mis películas comerciales preferidas. La vida es bella, mi película favorita. Así soy yo, y así seguiré.