Se perfectamente cómo funcionan las sitcom: son comedias de situación en las que no existe una trama vertebral como tal, sino que son los personajes los que van dando rienda suelta a sus ocurrencias sin necesidad de una historia. Ahora bien, creo que She-Hulk: Abogada Hulka lleva jugando con nosotros desde el tercer capítulo, momento en el que me di cuenta de que esta nueva serie de Marvel Studios quería contar algo, pero cuatro episodios más tarde, sigue sin hacerlo.
No sé si ha sido decisión creativa de sus guionistas, o si Kevin Feige ordenó dar luz verde a una producción centrada en She-Hulk que no nos presentase más que a un personaje fuerte, decidida a seguir con su vida como abogada y con sus problemas amorosos. Pero si así fuese, ¿por qué narices se nos sigue insistiendo en que existe una organización detrás que quiere conocerlo todo acerca de Jennifer Walters? ¿Por qué lo mejor de este capítulo 7 ha sido su último minuto? ¿Cuándo va a dejar de ser un experimento, para tomarse lo suficientemente en serio y formar parte del Universo Cinematográfico de Marvel?
Atención: A partir de este punto, hablaré con spoilers sobre algunos momentos del capítulo 7 de She-Hulk: Abogada Hulka. No sigas leyendo si todavía no lo has visto.
No voy a hablar mucho sobre la trama de este episodio, porque me enervo. Es decir, Jennifer Walters se marcha a un retiro organizado por Abominación con otros inadaptados, y tras veinte minutos de capítulo, comprende que no puede ocultarse siempre tras la fachada de She-Hulk. También aprende a vivir sin que le afecte el ghosting de los chicos con los que queda, convirtiéndose el 1x07 en un episodio de terapia sin gracia.
Si bien se dan situaciones en las que se busca hacer reír a los espectadores, no esbocé una sonrisa durante el transcurso del capítulo. Algo que me sorprende mucho dado que en los anteriores sí me divertí mucho con la personalidad de Jennifer Walters, además de adorar todo lo que hace Tatiana Maslany. Pero se estira tanto el chicle, que ni siquiera puede considerarse este episodio como uno de transición.
Creo que el principal problema de She-Hulk: Abogada Hulka es que lleva varios episodios intentando tomarse en serio en su minuto final, pero más allá de existir una organización detrás que quiere hacerse con información acerca de Jennifer Walters, y de la mera presencia de Titania cuando a los guionistas les conviene, no se da el salto definitivo.
Por ejemplo, en este séptimo capítulo, descubrimos que Josh es un novio malvado que copia los datos del móvil de She-Hulk, e incluso le hace una fotografía en la cama cuando esta duerme plácidamente. Todo ello con música de tensión que te ayuda a comprender que esta es la única secuencia potencialmente importante para el Universo Cinematográfico de Marvel. De acuerdo, pero yo me pregunto... ¿Va a llegar a alguna parte esta premisa? Porque a falta de dos capítulos para el final de temporada, no creo que haya historia alguna...
En ningún momento pido que Marvel Studios cambie por completo la esencia de She-Hulk: Abogada Hulka y la convierta en otra serie clónica. Pero si has apostado por la comedia romántica para presentar a uno de tus personajes estrella, no puedes olvidar que te encuentras dentro del Universo Cinematográfico de Marvel y necesitas una historia que contar. De lo contrario, te conviertes en una parodia sin gracia.
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