Después de tan solo un año de su estreno en cines, Retorno a Seúl llega a Movistar Plus+ con la esperanza de sorprender a los usuarios de una plataforma de pago que están muy acostumbrados al cine de autor. Porque este drama imprescindible pide paciencia, sí, pero a cambio recompensa con una historia en la que se combina el drama más emotivo, con cierto halo de humor negro gracias a la milimetrada interpretación de su protagonista, Ji-min Park.
Por capricho, Freddie, de veinticinco años, regresa por primera vez a Corea del Sur, donde nació. La joven parte con ardor en busca de sus orígenes en este país que le es ajeno, inclinando su vida a nuevos e inesperados rumbos
Ji-min Park, Louis-Do de Lenquesaing, Yoann Zimmer, Oh Kwang-rok y Guka Han protagonizan Retorno a Seúl, una película dirigida y escrita por Davy Chou (Diamond Island) y co-producida por Camboya, Francia, Bélgica, Corea del Sur y Alemania. ¡Casi nada!
Lo que más me ha sorprendido de esta especie de Lost in Translation a lo Camboya ha sido el particular humor negro que destila la película en más de una ocasión. Una historia de una mujer que quiere buscar sus raíces en otro lugar del mundo, lejos de casa, después de haber sido criada por sus padres adoptivos en Francia. No conoce ni el coreano ni la cultura, aún así, está preparada para buscar a sus padres biológicos y saber por qué le dieron en adopción.
Park Ji-min, quien interpreta a Freddie, la protagonista, es una actriz a la que tenemos que seguir muy de cerca. El papel no era nada sencillo y ella cumple con creces. El resto del reparto, si bien no brilla, también destaca y diría que es otro de sus puntos fuertes.
Si bien algunos de los temas que se tratan en el guion están más que manidos (la adopción y el abandono, la identidad cultural y la búsqueda de nuestras raíces), Davy Chou, su director, se las ingenia para construir una narrativa en la que el interés rara vez decae. Y eso es lo mejor que se puede decir de Retorno a Seúl: no es ni mucho menos perfecta, pero sí valiente. Y me alegro mucho de que los festivales de Cannes o Sevilla la reconocieran en su momento.
Sí, puede ser una película algo lenta para muchos, pero las emociones que sentimos al descubrir Retorno a Seúl bien merece que le déis una oportunidad. Un drama enigmático que te envuelve fácilmente, que tan solo pide paciencia y toda tu atención puesta en la pantalla.
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