El mundo que conocemos ahora es bastante diferente en algunos sentidos con respecto a aquel en el que crecieron generaciones a la nuestra; una obviedad que da un origen a aquellas cosas que damos por sentadas actualmente y nos deja con historias fascinantes sobre ciertas industrias. Sin embargo, hay determinados relatos en la alimenticia cuya procedencia es más insólita de lo común, tal y como ocurre con los Cheetos, el famoso snack que puedes encontrar hoy en día en cualquier supermercado.
La cosa es que este aperitivo nació en circunstancias que distan mucho de aquello que cabría esperar de un producto así. Básicamente, los Cheetos no existirían hoy en día de no ser por la Segunda Guerra Mundial, dado que se crearon como consecuencia colateral de una serie de situaciones derivadas de este conflicto internacional. Os cuento todos los detalles a continuación.
Los Cheetos fueron lanzados por primera vez en 1948, pero su origen se remonta a unos años antes cuando en la Primera Guerra Mundial, el ejército americano compró 25 millones de lata de un queso especial. Este fue desarrollado a principios del siglo XX por James Kraft, quien logró crear un producto que resistiera condiciones poco habituales, lo cual lo convertía en algo perfecto para llevar a un conflicto armado y alimentar a sus soldados.
Este queso especial se popularizó tanto que en la Segunda Guerra Mundial, los ejércitos participantes invirtieron el doble en este tipo de queso, llegando a comprar 50 millones a la compañía del ya mencionado James Craft. Sin embargo, este segundo conflicto armado duró menos de lo esperado, provocando que existiera un excedente de queso sin precedentes con el que aquellos que lo habían comprado no sabían qué hacer con él. Pues bien; ese fue el queso con el que se creó la primera bolsa de Cheetos.
Según recogían los compañeros del portal WIRED, una compañía llamada Frito acabó comprando todo este excedente de queso para reaprovecharlo de alguna manera. Al fin y al cabo, este constaba de toneladas de producto que estaba muy barato, por lo que los responsables de esta empresa vieron una oportunidad de oro en todo esto. De hecho, se trataba de un tipo de queso deshidratado; un descubrimiento que se llevó a cabo en 1943 por el científico conocido como George Sanders al ver la necesidad de que este producto adquiriese nuevas propiedades para mejorar su conservación.
Con este tipo de queso deshidratado en sus almacenes, Frito decidió convertirlo en polvo y mezclarlo con una masa de maíz para convertirlo en un nuevo aperitivo, el cual recibió el nombre de Cheetos en el momento en el que se lanzó su primera tanda de bolsas en el año 1948.
Así fue cómo la industria alimenticia consiguió adoptar un concepto destinado para los conflictos armados a la población general; una prueba más de que mucha de la tecnología que conocemos en la actualidad se creó con el objetivo de conseguir ventaja en alguna guerra importante. Algunas veces tiene que ver con inventar internet y otras con unos bocaditos de maíz que te dejan los dedos del color del traje de Naruto.
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