"Blue Lock" es un centro de alto rendimiento para aquellos que tienen un sueño bien claro: convertirse en el futuro del fútbol japonés. Cualquiera que no cuente con la determinación y mentalidad de sacrificio necesaria será eliminado casi de manera inmediata. Isagi Yoichi, el protagonista de la historia, es alguien que ha tenido que mutar constantemente para mantenerse vivo en esta carrera. Y lo cierto es que es posible encontrar tres fases claras en su desarrollo como jugador.
El Isagi que conocimos antes de entrar en "Blue Lock" era simplemente alguien al que se le daba bien el fútbol. Pero personas así las hay a millones por todo el mundo. No sorprende, pues, que en su momento Isagi viviera una derrota junto a su equipo que le costó un campeonato. El Isagi antes de entrar en "Blue Lock" jugaba como delantero, pero era un impostor; carecía de todo cuando Jinpachi Ego quiere imprimir sobre sus diamantes.
Como jugador, la realidad es que Isagi no destaca en absolutamente nada: ni es un prodigio técnico ni tampoco cuenta con un físico que le permita imponerse a los que le rodean. Entonces, ¿qué es lo que tiene Isagi para sobrevivir como futbolista? Pues justamente lo que más ha alimentado el proyecto "Blue Lock" desde que entró en el mismo: una mente soberbia con una capacidad de adaptabilidad como ninguna otra. Eso es lo que le ha permitido desarrollar una serie de armas que antes jamás tuvo.
El Isagi que entró en "Blue Lock" no tenía ni una sola arma que le caracterizara como jugador. Es habitual que los mejores del deporte tengan 'rasgos' que les distinguen notablemente: Cristiano Ronaldo tenía su demoledor disparo, Leo Messi se valía de su vertiginoso dribbling para dejar a todos atrás y así. Pero en el caso de Isagi no había absolutamente nada... hasta que la cosa cambió.
Es básico, pero de las primeras cualidades que Isagi despertó en "Blue Lock" fue la del olfato de gol. Aunque lo cierto es que el suyo es peculiar; siempre se habla de delanteros que saben dónde estar en el área en todo momento, lo que les facilita anotar en cualquier circunstancia. Isagi lleva esto un paso más allá, y es que aprende a 'oler' no solo sus goles, sino también los de los demás. Es así que su toma de decisiones mejora considerablemente al aprender a interpretar la maner más óptima de anotar un gol.
Dada su limitada técnica y físico, Isagi no contaba con ningún tipo de disparo especial para marcar goles. Ni potencia ni rosca, no había nada más que un chut normal y corriente. Pero en "Blue Lock" aprende a automatizar un disparo al primer toque que le da mucho como delantero. Porque de hacerlo todo en un solo movimiento a requerir de dos toques para controlar y disparar hay un mundo, y gracias a lo primero su efectividad de cara a puerta aumenta muchísimo.
Algo que todo delantero debe aprender a hacer también es ganarle la espalda a su defensor, o simplemente engañarle con movimientos del cuerpo para lograr trazar un desmarque con el que salir con ventaja de cara a puerta. Esta es también una técnica que Isagi desarrolla durante su paso por "Blue Lock", lo que hace que sumado a su olfato de gol mejorado sea capaz tanto de ser un delantero efectivo tanto con balón como también sin balón.
La culminación de lo que es Isagi como jugador se ve perfectamente representada con el gol que le roba a Rin y Shidou: es un delantero que no tiene límites. El fútbol no es un deporte en el que el mejor sea el que más corre, o el más fuerte, o el que más regatea ni tampoco el que tiene el disparo más potente. El fútbol es un deporte en el que lo más importante es ser diferencial, en saber hacer cuanto sea necesario para que tu marcador esté por encima del marcador de tu oponente. E Isagi tiene esa cualidad.
Ante jugadores como Rin y Shidou, que son superiores a Isagi tanto en lo técnico como lo físico, Isagi pudo adelantarse para marcar un gol. ¿Cómo lo logró? Pues sabiendo utilizar de forma instintiva todas las herramientas que había desarrollado previamente, las cuales son precisamente las que necesita un '9' para anotar. Simplemente, Isagi tiene el Don de descubrir qué hay que hacer para marcar en toda circunstancia, y si bien ese es un talento increíblemente difícil de domar, es lo que le convierte en el delantero más imprevisible de todos.
El viaje de Isagi por "Blue Lock" no ha hecho más que comenzar, y es que después de superar las distintas pruebas del proyecto de Jinpachi Ego ahora le toca demostrar al mundo que de verdad es el delantero que necesita el fútbol japonés. Una cosa está clara: Isagi no parará jamás de mejorar, ya que su impresionante adaptabilidad le permite encontrar siempre la respuesta que requiere cada enigma en el campo.
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