"Blue Lock" es el anime de fútbol que ha revolucionado el género deportivo en años recientes, una apuesta que deja por completo de lado ese acercamiento más 'humano' de muchos shows de deportes para imponer la naturaleza más agresiva. En el centro de todo ello se encuentra Jinpachi Ego, un entrenador que se encarga de dirigir el proyecto de "Blue Lock" y que tiene algo bien claro: su objetivo final es encontrar al delantero egoísta definitivo que guíe a Japón hasta conseguir un Mundial.
Lógicamente, que Jinpachi Ego busque a un delantero egoísta en "Blue Lock" no quiere decir que se busque a una persona a la que no le importe absolutamente nada. Pensando plenamente en el factor futbolístico, lo que desea encontrar es un delantero con un olfato de gol definitivo que le dé a Japón el impulso que le falta para ser verdaderamente competitiva durante la celebración de un Mundial.
En el contexto de la Japón de "Blue Lock", la selección absoluta del país lleva años desarrollando un buen fútbol (y eso es algo que considero que se extrapola a la realidad también), pero no por tener jugadores que destacan propiamente por sus virtudes únicas, sino por entender un buen fútbol colectivo. Con esto en mente, la idea de "Blue Lock" es encontrar a ese jugador que por medio de sus individualidades pueda darle a la selección absoluta la 'chispa' de la que carece a día de hoy.
La idea del delantero egoísta que Jinpachi Ego quiere encontrar por medio de "Blue Lock" se puede ver fácilmente con la primera prueba del programa:
Obviamente, al ser el fútbol un deporte de equipo incluso en "Blue Lock" acaba siendo necesario tener compañeros. No obstante, la siguiente fase ve la construcción de una mini liga de grupos en la que se clasifican aquellos con mejores resultados colectivos. Eso sí, también resulta posible clasificarse habiendo sido el mayor goleador colectivo, incluso si el equipo de uno queda último en el proceso.
Por lo tanto, el 'egoísmo' que intenta Jinpachi Ego encontrar en "Blue Lock" es el de un jugador que sabiendo estar en un equipo (porque al final esto es un deporte que se juega con 11), sea consciente al mismo tiempo que debe tener siempre como objetivo final el hecho de que acabar enviando el balón al fondo de la red. Solo esa obsesión es lo que permitirá a Japón encontrar al futbolista adecuado para convertirse de verdad en una amenaza.
Definir los tipos de egoísmo que ha representado "Blue Lock" hasta la fecha no es tarea sencilla. Sin embargo, parece haber dos que predominan por encima del resto.
El Egoísmo Directo lo definiría como el que se ve claramente en personajes como Baro. Este delantero destaca por su potencia física y capacidad para someter a todos aquellos que le rodean. Baro es el delantero más tradicional en lo relativo a la obsesión que presenta con el gol, y en ese sentido seguramente es el que mejor proyecta lo que Jinpachi Ego debe estar buscando para la selección japonesa.
Cuando Baro se pone a jugar, no le importa nada ni nadie de cuanto exista a su alrededor. Lo único que quiere es coger el balón, quitarse a quien sea de su camino y aprovechar para marcar un gol. No tiene objetivo mayor, es simplemente eso: la representación más pura del delantero obsesionado con sumar goles.
El Egoísmo Indirecto, por otro lado, es el que considero que representan jugadores como Rin e Isagi. A diferencia de Baro, estos delanteros no toman el balón y actúan como si no hubiera nadie a su alrededor, sino que al mismo tiempo que se convierten en el motor de un equipo lo hacen con el objetivo de que todo acabe pasando por ellos en última instancia.
Una forma más fácil de representar el contraste es que mientras que Baro representa un gigante que aplasta a sus oponentes, Rin e Isagi son unas arañas que tejen una tela en la que van notando toda pequeña variación del juego, y en la que poco a poco sus objetivos van quedando atrapados. ¿El objetivo final? Devorar a su presa por medio del gol una vez que esta ya no tenga forma de escapar a su dominio.
Como idea final, el egoísmo en "Blue Lock" no es algo tan sencillo como el egoísmo tradicional que se puede captuar en el carácter natural de las personas. El mejor ejemplo de ello es Isagi, que es una persona de naturaleza honesta y empática y, sin embargo, lo que hace en última instancia es apoyarse en el talento de todos los que le rodean para salir él reforzado de cara a los goles. Seguro que con el paso del tiempo veremos cómo este concepto sigue evolucionando, y es que lo que propone "Blue Lock" no es tan sencillo como aparenta.
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