Un rostro con rasgos más bellos hace de cualquier maquillaje un retrato mínimamente apreciable. El primer episodio de la tercera temporada de "Nanatsu no Taizai" resultó ser toda una decepción para muchos; quienes renegaban de la censura -una de las más torticeras de las últimas décadas-, y quienes anhelaban la calidad de A1-Pictures, se encontraban en posiciones de rechazo similares. Los problemas de producción hacían del regreso del anime una pesadilla para Studio DEEN y para sus subsidarias embarcadas en este viaje con destino aciago.
No importaba que Meliodas y el resto de los Pecados Capitales volvieran a estar reunidos en Liones, ni que Zeldris estuviera contraatacando de la manera más perversa y tóxica. Todo el componente narrativo quedaba empañado por un envoltorio alejado de la calidad que la adaptación de Nakaba Suzuki venía atesorando. Con su segundo episodio, todos esos problemas persisten, pero también encuentran cierto alivio en una deriva de la historia con posibilidades altas de sorprender. De romper la tendencia de este shonen efectista y previsible.
Buscando la magia perdida
En esta ocasión el foco de atención se deposita en King y Diane, los dos protagonistas que quedaron separados del grupo en la anterior temporada, y que iniciaban el nuevo tramo desde el Bosque del Rey Hada. Ajenos a todo lo que sucedió en Liones, a la resurrección de Meliodas, y al resto de eventos que moldearon profundamente a la facción del Clan Demoníaco, estos dos personajes le sirven de punto de partida, al cuestionado Susumu Nishizawa, para un trazar un pequeño atajo refrescante en la historia; un viaje al pasado con sorpresas nada casuales de por medio.
Del idílico espacio que comparten en ese verde escenario, a la Britannia de 3.000 años atrás. Ahí es donde va a parar la pareja como parte de un perverso plan de Gloxinia, el antiguo Rey Hada y ahora miembro de los Diez Mandamientos. Este nuevo escenario sirve para que "Nanatsu no Taizai" recupere sus viejos trucos, cruzando emociones sustentadas en lore -más comprensible para los fans-, y orígenes compartidos. King, el sucesor del mencionado Gloxinia, se enfrenta a este, mientras que Diane combate con Drole, el antiguo Rey Gigante también imbuido en las pretensiones de Zeldris.
Aquí es donde mejor se percibe el descenso de calidad que ha sufrido la animación con el cambio de equipo. Studio DEEN busca la comparativa visual, pero se hunde por completo en la ejecución. Lo hace evitando mostrar en plano casi todos los golpes, y jugando con las transiciones para evitar la mayor cantidad de carga de trabajo. El escaso tiempo de desarrollo de la compañía hace estragos por completo a lo que antaño se hubiera mirado como un espectáculo de habilidad por parte de los artistas. No importa el despliegue de la Lanza Espiritual Chastiefolde King ni el Heavy Metal y el resto de técnicas de Diane. La traslación es plana y anodina, carente de chispa.
Viaje al pasado
¿Está todo perdido? Por suerte -esta semana-, el anime cuenta con un agraciado giro narrativo. Los villanos se destapan como figuras grises que buscan la redención, y eso desemboca en una original prueba mediante la cual los espectadores y los propios protagonistas conocerán las raíces de la mitología de Suzuki desde una perspectiva nunca antes vista. King toma el control del cuerpo de Gloxinia y Diane hace lo mismo con el de Drole. Ambos situados instantes antes de los hechos que terminaron empujando a los Reyes originales a unirse a los Diez Mandamientos.
Lo que comúnmente se conoce como introspección aquí se transforma en un juego de proyecciones con la que los villanos pretenden observar sus vidas desde un plano exterior. La tontería, claro, regala el regreso del Meliodas previo a la gran guerra, y la aparición de Elizabeth, pero no la que conocemos en el anime. Esta joven de alas angelicales y pelo plateado es una miembro del Clan de las Diosas que por acontecimientos todavía por llegar, acaba sumida en un ciclo de eternidad tramposa. ¿Qué está sucediendo realmente?
Alejándose del contexto conocido, Studio DEEN logra devolver las sensaciones de misterio que hace tanto tiempo abandonó la adaptación. Ni conocemos las intenciones de estos personajes, ni la situación real del continente. Y tampoco resta mucho tiempo en pantalla para dar respuesta a todo ello. Meliodas pronto empuja el grupo a defender el Valle de los Fósiles, y el episodio se despide dejando las semillas de un futuro enfrentamiento contra Calmadios, uno de los Diez Mandamientos.
Conclusión
La trama que se presenta ahora para "Nanatsu no Taizai" durante las próximas semanas promete dejar tras de sí grandes dosis de historia, y alguna que otra pieza fundamental de ese puzle cronológico con el que Suzuki había ido manteniendo la tensión y el suspense durante todo el desarrollo de la obra. La gran duda, sin embargo, no apunta al factor de interés del futuro de la historia, sino del 'cómo' será reproducida. Y visto lo visto, no parece que los antiguos días de gloria vayan a regresar para Meliodas y compañía.
Studio DEEN se separa ligeramente del maniqueísmo que recubre a la obra de Nakaba, para indagar en un pasado del que todavía se desconocen muchas cosas. Los combates y el misterio permiten hacer despegar a la temporada respecto a su tortuoso arranque.
La dinámica entre Diane y King sigue funcionando igual de bien
El combate central entre los Pecados y los Demonios
Exploración del pasado desde un punto de vista hasta ahora inédito
Premisa por encima de la media del anime en originalidad
Animación acartonada y poco llamativa
Colores planos y poco imaginativos
El comportamiento de los villanos es algo errático