La segunda temporada de Dandadan solo lleva unas pocas semanas en emisión, y ya nos ha dejado auténticos momentazos. Algunos de ellos nos los ha dado Mal de Ojo, en los distintos enfrentamientos que ha tenido contra nuestros protagonistas. Y es que, aunque podemos decir que ha perdido contra ellos, lo cierto es que sigue controlando el cuerpo de Jiji.
Por ello, he decidido escribir este artículo, en el que cuento cuál es la situación de Jiji con Mal de Ojo metido dentro de su cuerpo, y todos los cambios que esto le supone para su vida en el día a día. Sin duda, creo que es un punto de esta temporada 2 de Dandadan en el que merece la pena incidir, así que, sin más dilación, vamos a ello.
Podemos hablar de dos etapas, una que ha quedado en el pasado y otra más importante para el presente.
Tras los acontecimientos vividos en el pueblo de Jiji, podemos decir que la cosa salió bastante bien para nuestros protagonistas: la Gran Serpiente fue derrotada, el pueblo salvado de la erupción volcánica y la familia Kito dejó de sacrificar gente. No obstante, hubo un gran pero: aunque contenido, Mal de Ojo sigue en el cuerpo de Jiji. Y es que los exorcismos normales no funcionan con él.
La intervención de Seiko salvó una situación complicada, pero lo cierto es que no pudo eliminar la amenaza del todo. La experimentada médium abuela de Momo consiguió encerrar a Mal de Ojo en el cuerpo de Taro, y mantenerlo ahí cautivo mediante amuletos. No obstante, esta solo fue una solución temporal, ya que este espíritu es tan fuerte que, aún estando en “pausa”, su poder acabaría por destruir el recipiente.
Esto es lo que terminó pasando. Mal de Ojo “quemó” los amuletos acabando con su poder, por lo que Seiko le pidió a Taro que dejara libre el cuerpo de Jiji. Y es que, sin esta protección espiritual, nada podía hacer el muñeco para mantener a raya al poderoso yokai. No obstante, hay un segundo elemento que sí es más eficaz para mantener “dormido” a Mal de Ojo.
Mientras aún seguía encerrado dentro de Taro, nuestros protagonistas descubrieron algo de lo más curioso: si el cuerpo entraba en contacto con un líquido caliente, Jiji volvía a ser él mismo. Por el contrario, si volvía a tocar uno frío, Mal de Ojo tomaba el control.
Hay que recalcar que esto es solo una solución temporal, pues, aún en segundo plano, Mal de Ojo se va haciendo poco a poco con el cuerpo de Jiji. Esto puede provocar que llegue a controlarlo por completo pronto, o que las secuelas para Jiji sean cada vez más graves incluso en el caso de conseguir extraer al espíritu.
De esta forma, empezó la “nueva vida” de Jiji. Nuestro protagonista debe vivir teniendo siempre mucho cuidado con los líquidos fríos. No puede lavarse las manos con agua fría, ni mojarse con la lluvia ni tantas otras cosas tan comunes. Además, siempre tiene que estar acompañado de Momo, Okarun u otra persona. Dicho acompañante va siempre con un termo de agua caliente, que debe echarle por encima al instante en caso de que Jiji vuelva a ser Mal de Ojo.
Por si esto fuera poco, hay un tercer punto clave: Jiji no puede salir de la ciudad de Kamigoe. Esto haría que los poderes de Seiko se debilitaran y Mal de Ojo se liberara. Sin duda, hablamos de tres condiciones agotadoras que acabarían con la paciencia de cualquiera, aunque el buen carácter de Jiji le ha hecho las cosas más llevaderas.
Por desgracia, finalmente terminó pasando lo que parecía inevitable: Jiji entró en contacto con una gota de salsa fría y Mal de Ojo ha tomado el control. Ahora, nuestros protagonistas tendrán que volver a enfrentarse a él. Su objetivo es exorcizarlo por completo, aunque, si no lo logran, Jiji tendría que volver a este estilo de vida tan restrictivo.
Y hasta aquí llega este artículo sobre la complicada situación que atraviesa Jiji en Dandadan. Ahora, me gustaría preguntaros... ¿vosotros podríais vivir bajo unas condiciones tan duras? Porque para mi sería mentalmente agotador. Podéis dejarme vuestras impresiones en el apartado de comentarios. ¡Nos leemos ahí!
Antes de terminar, puede que os interese echarle un vistazo a otro de los artículos que he escrito sobre Dandadan. En concreto, os dejo enlazado en este mismo párrafo uno que habla sobre la leyenda de la Gran Serpiente, que tiene una parte de ficción y también otra de realidad que han sufrido Okarun, Momo y compañía.
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