Ha sido el culebrón del verano. Con "Spider-Man: Lejos de casa" aún cosechando éxitos en las salas, se anunció que el hombre arácnido dejaba el universo de Marvel; y que a partir de ese momento Sony produciría las películas de Peter Parker en solitario, en aras de crear su propio universo cinematográfico. No obstante, ambas compañías acabaron llegando a un acuerdo, confirmándose una nueva colaboración para filmar una tercera película y asegurando la vuelta del trepamuros al UCM.
Los motivos de la ruptura y posterior reconciliación fueron puramente económicos, y el 50% de beneficios que pretendía Marvel acabó quedándose en un 25%. Sin embargo, tiempo después se ha conocido que Tom Holland presionó muy fuerte para que esto sucediera, incluso llegó a llorar en una llamada con Bob Iger.
Ahora bien, aunque la idea generalizada pasaba por pensar que la estrella se encontraba en su casa o en el estudio en el momento de la conversación, la cosa fue mucho más estrambótica en realidad. En una reciente entrevista realizada por Jimmy Kimmel, el actor confesaba que esa charla tuvo una particularidad: se encontraba en un pub, y había bebido tres pintas de cerveza.
La llamada de Iger pilló al intérprete en un momento de embriaguez, quien, a pesar de su estado, decidió coger el teléfono. Holland explica que "solo quería darle las gracias", pero la efusividad e intensidad con la que defendió a su personaje dentro de mundo de Marvel impacto al CEO, que empezaría a cuestionarse la importancia de tener al superhéroe entre sus filas.
El resultado ha sido que meses después se ha confirmado el acuerdo entre las dos empresas, además de anunciarse la nueva "Spider-Man 3", que se estrenará el 16 de julio 2021. ¿Será verdad que una llamada de bar ha permitido que millones de personas puedan disfrutar del lanzarredes en el UCM? De ser así, el actor se merece otra ronda.
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