¿Cómo un estudio tan pequeño ha sido capaz de articular uno de los animes más espectaculares de las últimas décadas? La historia de Wit es la de muchos otras compañías japonesas. La del trabajo intensivo y el descuido hacia el creador. La de las jornadas interminables y la dirección férrea de unos artistas con capacidades sobrehumanas para responder ante la presión y las expectativas. Sin embargo "Ataque a los titanes" no es fruto de la idiosincrasia de Wit. No al menos enteramente.
Si hay algo que no se le puede reprochar al estudio es la filosofía que ha destilado a lo largo de su corta historia. Tetsurou Araki ha sido cuestionado en no pocas ocasiones, pero su habilidad para cohesionar un staff capaz de obrar maravillas es innegable. La segunda parte de la tercera temporada de la serie es principalmente responsabilidad suya. De él nacía la tensión necesaria para mantener un ritmo de producción endiablado que invitaba solo un año antes a tomarse un respiro para deleitar con el que quizás pueda ser ahora el último retazo de su talento en el universo de Isayama.
Y de eso precisamente hablaremos aquí. Con la cuarta temporada ya anunciada, el futuro de la adaptación ahora orbita entre la resiliencia de Wit para seguir bebiendo de la tóxica cultura laboral japonesa, y el interés del resto de la industria por sacar adelante una patata caliente. ¿Quién se atreverá a intentar dar continuidad a la magia de Masashi Koizuka? ¿Quién podría igualar las inolvidables secuencias que ha regalado Arifumi Imai en los momentos más icónicos de la serie? Production I.G. es el estudio mejor posicionado para dicha misión. Para darle el desenlace que se merece el anime no desde su condición de músculo técnico, sino de captador de talento.
El futuro de "Ataque a los titanes" es incierto, pero el pasado no. Y eso nos permite ahora deleitarlo con los momentos más especiales de los últimos 9 episodios. Desde la llegada a Shiganshina hasta el descubrimiento del secreto del sótano de Grisha. Es difícil quedarse solo con uno, y por eso queremos recopilarlos en un memorándum que servirá de guía comparativa para el futuro.
El episodio 13 de esta temporada se bañaba en nostalgia para regresar al lugar donde comenzó todo. Tras una compleja y tortuosa trama política cargada de saltos temporales y actitudes conspiranoicas, Wit por fin abrazaba el clímax con una travesía nocturna que invitaba a soñar entre promesas de sakuga. Sin embargo, el estudio no se quedaba en formalismos regalados por la inercia; se vestía de elegancia para retratar con detallismo las luchas internas que Eren libraba con sigo mismo, el miedo que Armin germinaba para no reconocer sus capacidades, y la determinación inhumana que Erwin había extraído de sus experiencias político-militares.
Tras varios episodios de infarto y grandes sacrificios, los restos de la Legión por fin llegaban al desenlace que se había propuesto Isayama. Al juguete narrativo que había presentado como leit motiv de la obra. El sótano de Grisha no obstante terminaba demostrando la importancia del camino más allá de la meta, y marcaba un punto de inflexión que cambiaba "Ataque a los titanes" para siempre. La obra dejaba de sustentarse en un enfrentamiento maniqueo entre la humanidad y los despiadados titanes, para abrazar un relativismo moral en el que nadie era bueno ni malo. Este momento no va dedicado al pos sino al pre; a la ilusión que embarga a los protagonistas mientras caminan entre las ruinas de vuelta a la casa de Eren.
La aparición de la fotografía en el sótano del padre de Eren iniciaba una concatenación de acontecimientos de no retorno. Wit abandonaba el presente bañado en sangre para viajar por primera vez al pasado en el que sería solo el primer DeLorean de muchos. La muerte de Faye, el matrimonio con Dina, el nacimiento de Zekke, aquí nos topamos con una retahíla de puntos clave para el futuro. Por su claridad a la hora de exponer tantos conceptos nuevos, y su maestría a la hora de retratar con tiranía el dominio geopolítico de Marley, "Aquel día" se ha quedado ya grabado como uno de los más importantes de todo "Ataque a los titanes".
Las tácticas militares han fraguado en algunos de los momentos más espectaculares de la temporada, y este no es la excepción. Mientras Eren combatía contra Reiner, un batallón liderado por Hange conseguía primero rodear al enemigo, y posteriormente asestarle un golpe letal. Las lanzas relámpago no solo servían de pretexto para la primera derrota de importancia del bando de los titanes, sino también como puente hacia una de las secuencias más tensas de todo "Ataque a los titanes". ¿Moriría el Titán Acorazado? Reiner lograba posteriormente salvarse trasladando su conciencia al sistema nervioso. La batalla todavía tenía alguna que otra sorpresa bajo la manga.
Tras pisotear a amigos, familiares y súbditos, Erwin lograba por fin salir del infierno. Las muertes que acumulaba bajo sus pies terminaba desembocando en un alegato a la determinación. El Comandante lograba convencer a los pocos supervivientes de la carnicería pertrechada por el Titán Bestia, y se lanzaba de cara al enemigo para colocarse en el papel que había estado relegando a otros durante toda su vida. El drama y la música convertían esta escena en una de las más emotivas y épicas de todo "Ataque a los titanes". Wit se quitaba de en medio a uno de los personajes más importantes del reparto en una decisión clave para la resolución de la saga.
Ni la trágica infancia de Grisha ni su caída como líder de la rebelión. El punto álgido del racconto que conformaba la recta final de la temporada lo protagonizaba la introducción de "Los Caminos"; la red de recuerdos compartidos que todos los usuarios del Titán de Ataque compartían a lo largo de los siglos. La serie se daba nombre a sí misma en una secuencia que justificaba al mismo tiempo la narración omnisciente de Eren, y simbolizaba con perversión el terrorífico determinismo que el pueblo de Ymir padecía por un pecado del pasado. Una algarabía narrativa que elevaba todavía más el estatus del estudio.
Para jugar en un nuevo tablero antes en necesario explicar las reglas. El oscurantismo al que Isayama se había apegado para subvertir expectativas durante las dos primeras temporadas, dejaba paso a una revelación y un cambio de paradigma. Se acababa la procrastinación narrativa; sin reparo alguno Wit se lanzaba al pasado adoptando un formato de fábula para explicar a través de unos bellos paneles simulados en pergamino, la historia real de su universo. Desde el pecado de Ymir hasta el destierro de los habitantes de Eldia a la isla de Paradis. Toneladas y toneladas de información condensadas en 20 minutos de pura artesanía expositiva.
Un mundo lleno de posibilidades coartado por un destino fatal heredado miles de años antes. El final de la temporada está coronado por la escena más agridulce de toda la adaptación; un año después de los eventos de Shiganshina, la Legión por fin sale de la ciudad para acercarse a la frontera real de Paradis. Allí conocen el mar, pero también la desidia. El terror de un Eren consciente del desenlace que les depara se mezcla con la falsa ilusión de libertad que vive Armin. Ese pastiche de sentimientos agolpados explotan en un clímax totalmente inolvidable.
Levi una vez más se convertía en el protagonista de la secuencia mejor animada de toda la temporada. La ira contenida por la muerte de su mejor amigo espumea en unos pocos segundos de verdadero sakuga. Ni su combate con el Titán Hembra ni su huida de Kenny por las calles de la ciudad. El breve enfrentamiento contra el Titán Bestia se corona como una de las escenas, no ya más espectaculares de la serie, sino más legendarias de las últimas décadas en la industria. Arifumi se desata en una lección magistral de tempo, transiciones y fluidez. Impagable.
"Al pensar en el mundo exterior aflora mi valor". No es la secuencia mejor animada de la temporada, ni la más emocionante. El sacrificio de Armin ante el Titán Colosal es mucho más que eso. Wit empaca vivencias y experiencias acumuladas a lo largo de seis años para dibujar uno de los actos de heroísmo más férreos que se han visto en televisión. Ese joven rubio e indeciso abrazaba por fin su destino, ponía su inteligencia al servicio de los compañeros, y se arrojaba a la muerte conscientemente. Su renacer posterior solo le reafirmaban como el eldiano más importante del futuro.
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