El movimiento era arriesgado, y todo podía echarse a perder. Cuando Disney decidió iniciar una nueva trilogía de Star Wars tras la compra de Lucasfilm, era consciente de la exigencia que se le pedía. La franquicia de George Lucas siempre ha contado con una comunidad muy fiel pero también estricta, y la inclusión de un trío nuevo de protagonistas podía haber sido motivo de boicot. No obstante tanto Daisy Ridley como Jon Boyega y Oscar Isaac demostraron estar muy por encima de lo esperado, dando lugar a todo un mundo nuevo de iconografía galáctica. Al menos eso es lo que pudimos ver en pantalla el pasado año en "El Despertar de la Fuerza", obviando todo lo que sucedió por detrás.
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Con el estreno de "Star Wars: Los Últimos Jedi" a la vuelta de la esquina, nadie duda ya del protagonismo de Rey en la saga. La joven huérfana de Jakku terminó la cinta de Abrams reencontrándose con el Jedi más poderoso de la galaxia, y estas Navidades tendrá que mostrarle al mundo lo que esconde en su interior a través de una lucha moral entre el bien y el mal. Por eso la atención sobre la actriz británica es mayor, y la presión que se ha volcado sobre ella le ha terminado pasando factura.
En una entrevista para Yahoo! Japan, Daisy Ridley explicaba lo que había supuesto para ella entrar en una saga como Star Wars, y todos los miedos que eso le provocó. "No creo que estuviera bien en la primera película e intentaba superarlo", admitió sobre su papel en el Episodio VII. "No es por lo grande que es esta aventura en la que estoy junto a John. Pensaba que hice la primera porque realmente no sabía dónde me estaba metiendo, y me lo pasé genial, y de repente me doy cuenta de lo que es. Y joder, no puedo hacer esto", reconoció. "Soy muy dramática y para mí todo es como 'oh dios mio'".
La actriz ya ha superado los nervios de los primeros momentos y ahora se tendrá que enfrentar con el verdadero reto de su personaje. En "Star Wars: Los Últimos Jedi", Rey tendrá que elegir entre su maestro y su rival, entre la luz y la oscuridad. La nueva historia demuestra que "las cosas no siempre son tan blancas o negras". Ridley cree que la dinámica entre su personaje y su opuesto lo será todo. "La línea divisoria entre el bien y el mal se está volviendo cada vez más ambigua, y podría decirse que la relación entre Rey y Kylo simboliza eso".
El pasado 2015 la fuerza volvió a despertar en la galaxia tras años de resistencia en las sombras. Ahora que la luz ha vuelto a renacer, puede que quien irguiera su estandarte antaño ya no esté tan seguro de sus convicciones, y Rey deberá decidir el futuro de la saga. ¿Terminará siendo Ridley tan emblemática como Hamill? Saldremos de dudas estas Navidades.
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