En el vasto universo de Marvel, pocos personajes desafían la mortalidad con tanta audacia como Lobezno y Deadpool. Dentro de poco podremos verlos en uno de los pocos estrenos del UCM de 2024, Deadpool 3, algo que sus fans llevan años pidiendo. Dotados con factores curativos que desafían la lógica humana, estos dos antihéroes han cautivado a los fans con sus increíbles habilidades regenerativas. Sin embargo, hay una pregunta eterna que persiste entre muchos de sus seguidores: ¿Quién posee el factor curativo más fuerte?
De acuerdo con la información recopilada en la Wiki de Marvel, el factor curativo de Deadpool ostenta una potencia superior, aunque con un giro peculiar. A diferencia de Lobezno, la capacidad regenerativa de Deadpool tiende a ralentizar su actuación en heridas menores. Se especula que este fenómeno se atribuye a un componente más mental en su factor curativo; así, heridas de menor gravedad se curan a un ritmo más pausado, como si la atención de Deadpool se desviara de ellas. De este modo, un salto heroico sobre una granada podría resultar en una recuperación casi instantánea, mientras que un pequeño corte podría prolongarse durante minutos e incluso horas.
Además de esta información, en diversas historias a lo largo de los cómics, se ha establecido de manera consistente que el factor curativo de Deadpool supera al de Lobezno. La capacidad de Deadpool para sobrevivir a casi cualquier calamidad es prácticamente inquebrantable. Desde la decapitación hasta explosiones desgarradoras, su cuerpo se regenera en cuestión de semanas, desafiando las leyes mismas de la mortalidad. Sus huesos y músculos, se regeneran desde las partes más pequeñas de su cuerpo, impulsados por el imponente factor curativo que lo vuelve casi inmortal.
Lobezno, a lo largo de los años, ha experimentado transformaciones notables en sus habilidades. Sus supersentidos, destacando un sentido del olfato superior incluso al de Daredevil, se combinan con un factor curativo que ha evolucionado con el tiempo. Antaño, Lobezno se curaba rápidamente de cortes y heridas menores, pero las lesiones más graves requerían un tiempo adicional. Sin embargo, con el paso de las décadas, su factor curativo ha alcanzado niveles asombrosos. Incluso ante eventos extremos, como ser partido por la mitad, Logan logra sobrevivir lo suficiente para reunir las partes de su cuerpo y permitir que la regeneración haga su magia.
La inmortalidad aparente de Lobezno se ve reforzada por su esqueleto de adamantium, prácticamente irrompible. Este metal indestructible le otorga una resistencia adicional, permitiéndole enfrentarse incluso a amenazas tan formidables como Hulk. Las garras retráctiles de adamantium, armas letales de un metro de longitud, amplifican aún más su capacidad ofensiva. Sumado a su maestría en artes marciales y su fuerza sobrehumana de bajo nivel, Lobezno se convierte en un guerrero formidable capaz de desafiar a los oponentes más formidables.
En el caso de Deadpool, su conexión con los X-Men a menudo se exagera, pero su origen como resultado de los experimentos de Arma X lo vincula de manera inseparable con el mundo mutante. Su factor curativo, diseñado para salvarlo de un cáncer terminal, lo transformó en un supersoldado con habilidades físicas mejoradas, destacando por su agilidad, resistencia y habilidades de combate cuerpo a cuerpo. Armado con katanas, pistolas y granadas, Deadpool desata una danza caótica en el campo de batalla, confiando en su factor curativo para sobrevivir a las peleas más mortíferas.
La disparidad en la naturaleza de los factores curativos de Deadpool y Lobezno revela profundas diferencias en sus orígenes y funcionamientos. Mientras Lobezno posee un factor curativo inherente como parte de su mutación genética, Deadpool, en un giro irónico del destino, adquirió su capacidad regenerativa a través de experimentos extremos. Lobezno, como mutante, siempre ha contado con su factor curativo, que actúa como un mecanismo constante de autoreparación.
En cambio, el factor curativo de Deadpool fue diseñado específicamente para él, como una respuesta a la amenaza inminente de un cáncer agresivo que consumía su cuerpo. La artificialidad de su poder regenerativo se refleja en su proceso de curación, que recrea constantemente las células dañadas por el cáncer que lo afectaba previamente. De este modo, la regeneración de Deadpool complementa a la perfección a su cáncer y resultaría nociva si dejara de estar enfermo. Debido a ello, el mercenario necesita tener cáncer para que su factor regenerativo extremo no lo mate generando un exceso de células sanas.
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