En el thriller distópico Dejar el mundo atrás de Sam Esmail, el ciberterrorismo se presenta como una fuerza desestabilizadora capaz de sumir a una nación moderna en el caos. La película, disponible en Netflix y protagonizada por Mahershala Ali, nos lleva a través de un escalofriante escenario en el que Estados Unidos se ve afectado por desastres masivos coordinados que incluyen el apagón de todas las formas de comunicación nacional.
El creador de la famosa serie Mr. Robot, Esmail, pinta un retrato inquietantemente verosímil de cómo el ciberterrorismo puede desmantelar una potencia moderna. La trama se desarrolla en un mundo donde Internet, los medios televisivos y los satélites estadounidenses se apagan, sumiendo a los personajes y al público en una lucha por comprender lo que está ocurriendo.
El filme culmina en un final que deja numerosas preguntas sin respuesta, reflejando la intención del director de provocar la misma frustración en el espectador que experimentan los personajes. Este enigma aparentemente sin solución arroja luz sobre la creciente dependencia de la sociedad estadounidense de la tecnología, cuestionando cómo reaccionaríamos ante un escenario apocalíptico en el que no podamos contar con ella.
La película introduce una teoría de tres pasos pronunciada por el personaje G. H. Scott, interpretado por Mahershala Ali, quien revela la cruda verdad detrás de los desastres masivos. El primer paso implica el aislamiento, cerrando todos los métodos de comunicación y transporte. El segundo paso es el caos sincronizado, caracterizado por ruidos misteriosos y panfletos que difunden desinformación. El tercer paso es la guerra civil, donde la población se enfrenta entre sí sin un enemigo claro.
G. H. basa su teoría en la experiencia en el sector de defensa nacional y señala que un acto de ciberterrorismo altamente sofisticado podría ser el punto de partida para este proceso de tres pasos. Esto no es pura especulación, ya que incidentes como el ciberataque contra Ucrania en 2015 demuestran la vulnerabilidad de las infraestructuras modernas.
La película hace referencia a varios eventos de la vida real, como el incidente de Three Mile Island en 1979, donde la fusión nuclear amenazó con cambios irreversibles en la vida en Estados Unidos. Además, también se mencionan casos de malware, como el "Love You Bug" de 2000, para ilustrar cómo los desastres cibernéticos han evolucionado. Este tipo de problemas terminaron solucionándose, pero podrían haber tenido consecuencias devastadoras en la sociedad.
Por último, el expresidente Barack Obama fue productor ejecutivo de la película y aportó notas sobre la precisión de la catástrofe representada. Su implicación sugiere que hay elementos de la realidad en esta distopía, ya que tuvo años de experiencia al mando de Estados Unidos. De este modo, aunque la película es efectiva como una historia con moraleja, su mensaje sobre la vulnerabilidad ante amenazas cibernéticas masivas nos invita a reflexionar sobre la necesidad de proteger nuestras infraestructuras en un mundo cada vez más interconectado.
Aunque el apocalipsis de Dejar el mundo atrás pueda parecer distante, su base en eventos reales subraya la importancia de estar preparados para lo inesperado en un futuro cercano. Debido a que la mayoría de los “desastres” que implican el colapso en la cinta son muy posibles en el caso de que se lleven a cabo este tipo de ataques, queda bastante claro que este tipo de apocalipsis podría suceder en cualquier momento.
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