El cine de supervivencia suele ser atractivo en el plano visual, pero en muchos casos también resulta plano en lo narrativo. Nos presenta a personajes expuestos a todo tipo de peligros, lo que provoca que el espectador tenga que realizar un salto de fe para creerse lo que está pasando en la pantalla. Sin embargo, hay propuestas como Alpha que no obtuvieron el reconocimiento que mereció en su momento. Menos mal que las plataformas de streaming les están dando una segunda vida, porque ahora Alpha es una película de Netflix que triunfa entre el público que busca emociones fuertes y un largometraje que dure menos de hora y media.
Alpha es una emocionante aventura ambientada en la Europa de hace 20,000 años, durante la última glaciación. La historia sigue a un joven miembro de una tribu en su primera cacería con el grupo élite. Sin embargo, tras ser herido y dado por muerto, despierta en un entorno hostil, débil y solo. Para sobrevivir, deberá aprender a enfrentarse a la naturaleza implacable.
En su lucha por la supervivencia, el joven se une a regañadientes a un lobo abandonado por su manada. A través de esta alianza improbable, ambos aprenden a confiar el uno en el otro y enfrentan innumerables peligros mientras buscan el camino de regreso a casa antes de la llegada del letal invierno. Alpha es una historia épica de supervivencia y la extraordinaria conexión entre un hombre y un lobo en medio de un mundo prehistórico lleno de desafíos y descubrimientos.
Puede que Alpha pasase desapercibida porque su reparto no está repleto de caras conocidas como es habitual en Hollywood. Kodi Smit-McPhee, Jöhannes Haukur Jóhannesson, Leonor Varela o Natassia Malthe son tan solo algunos de los actores que protagonizan esta película de aventuras y supervivencia dirigida por Albert Hughes (El libro de Eli, Desde el infierno).
Con un presupuesto de 50 millones de dólares, Alpha únicamente logró recaudar 99 millones de dólares en todo el mundo. Promocionada como la primera película que Albert Hughes dirige sin su hermano Allen (conocidos por El libro de Eli o Desde el infierno), el gran problema de la cinta son sus evidentes comparaciones con 10.000 a.C., de Roland Emmerich. A pesar de que este proyecto se distancie de aquel tanto en narrativa como en ambición técnica, la localización y el periodo histórico coinciden (aún con una gran diferencia de años).
Una auténtica pena que Alpha pasara sin pena ni gloria por los cines, porque esta historia ambientada en la era paleolítica es interesante y emocionante: protagonizada por el primer vínculo de amistad entre un lobo y un ser humano, se rodó en un idioma extranjero desconocido, con subtítulos en inglés, por lo que verla en versión original es más que obligatorio. Además, la acción está bien rodada y la historia, sin resultar especialmente original, te mantiene enganchado.
En lo visual, Alpha es una película correcta, que recuerda mucho al tipo de cine que Disney realizaba en los años 80 en el que la violencia era mucho mayor a la que hoy observamos en pleno 2024. Eso sí, nada de sangre, porque es una película para todos los públicos (no recomendada para menores de 13 años). Y si le perdonas una fotografía que destroza el resto del apartado técnico, Alpha te mantendrá entretenido durante los escasos 96 minutos que dura, incluyendo créditos.
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