Las comedias románticas pueden ser tremendamente divertidas, eso sí, siempre que el guion acompañe y los diálogos sean brillantes. De lo contrario, entramos en el peligroso campo de la 'vergüenza ajena', territorio en el que la película De Caperucita a loba se ha metido de lleno. Lo que podría haber sido una buena comedia romántica porque la idea era buena, se transforma en una concatenación de bromas que no funcionan y personajes que estorban más que aportan. ¿Merece la pena ver De Caperucita a loba en Prime Video? ¿O mejor pasamos de ello?
Marta pasa de Caperucita a loba cuando decide usar su patética vida amorosa para aprender a reírse de sí misma más fuerte que nadie. Internándose en el bosque del drama, llegará a convertirse en la protagonista de su propia comedia.
De Caperucita a loba está protagonizada por Marta González de Vega, José Mota, Berto Romero, David Guapo y Antonio Resines. A estos intérpretes le acompañan Elena Irureta, Martita de Graná, Santiago Segura y Melania Urbina, entre otros muchos, al ser una comedia muy coral.
No os quiero engañar: me tragué De Caperucita a loba de principio a fin pensando que lo bueno de la premisa, estaría oculto en algún lugar del metraje. Sin embargo, esta comedia romántica de corte fantástica falla en casi todo lo que hace. El guion no deja de abusar de la ruptura de la cuarta pared y de los disparates para deshacer cualquier tipo de conexión con el espectador. Entiendo que el mundo creado por la protagonista tiene más de fantasía que de ficción, pero es importante que haya cierta coherencia para que sus acciones no sean puestas en duda.
Por otro lado, sorprende que un reparto con tantas caras conocidas, en el que tan solo su protagonista, Marta González de Vega, es algo más anónima, la directora Chus Gutiérrez pierda la oportunidad de escribir diálogos inteligentes y mordaces. Que sí, que estamos cansados del humor de José Mota, Berto Romero, David Guapo o Martita de Graná, pero si los tienes, aprovéchalos bien para aportar al personaje principal, y no para restar.
Tengo la sensación de que De Caperucita a loba funciona mejor como obra de teatro (existe, cuyo título es homónimo) que como película. Sobre todo porque ahí sí que se comprende la división en actos que sufre el guion. Además, en teatro algunas bromas e historias secundarias funcionan, no así en pantalla, en parte por una puesta en escena anodina y pasada de moda.
También tienes disponible De Caperucita a loba en Movistar+, o bien puedes comprar o alquilar digitalmente la película en un gran número de plataformas.
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