Hubo una época en la que los responsables de Netflix hablaban la cantidad de películas y series originales que producían cada año, marcándose un reto 'cuantitativo' anual que, en muchos casos, se traducía en resultados 'cualitativos', cuanto menos, cuestionables. Así, en enero de 2021 la plataforma de streaming, a través de sus representantes, adelantó que tenía previsto estrenar 70 películas ese año. El objetivo se cumplió, pero a qué precio.
Es cierto que hubo, como mínimo, una película nueva cada semana, pero el catálogo de Netflix empezó a llenarse de comedias clónicas y de thrillers más propios de la sobremesa. Había excepciones, claro, pero también mucho dinero que no se aprovechaba para hacer cine de calidad con el que competir frente a los grandes estudios de Hollywood. Por esta razón, Netflix acaba de confirmar un cambio de política.
Scott Stuber, director de la sección Netflix Film, ha explicado que se han realizado ajustes en la producción cinematográfica después de que en años anteriores la política fuese totalmente contraria: "al principio estábamos desarrollando un nuevo estudio; llevábamos pocos años y nos enfrentábamos a compañías centenarias, así que nos preguntamos... ¿Cuál es su modelo de negocio? Y durante un tiempo simplemente nos aseguramos de tener suficiente volumen", explica el directivo, admitiendo que esta perspectiva pudo haber sido un error, pero sin decirlo directamente en estas declaraciones.
En este sentido, Scott Stuber asegura que "en estos momentos, no intentamos alcanzar un número determinado de películas. Queremos hacer proyectos en los que creemos y presentar una lista con la que decir: 'esta es la mejor versión de una comedia romántica, de un thriller, de un drama...". De esta forma, en lugar de las 50 películas anuales que habrían llegado en 2023 (os aseguro que la cifra será aún mayor si contamos los productos europeos), el objetivo será producir entre 25 y 30 producciones cinematográficas cada año.
Ahora bien, la parte negativa de este giro de 180 grados es que películas como El agente invisible 2, confirmadas por la propia Netflix, podrían ser canceladas por esta nueva política creativa que afecta al terreno cinematográfico de la plataforma de streaming.
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