Corría el año 2021. En aquel entonces, 'John Wick' ya era una saga consolidada y los estudios intentaban imitar su éxito, en muchos casos, sin encontrar la fórmula adecuada. Con la pandemia como telón de fondo y los cines todavía recuperándose, 'Nadie' fue recibida como una grata sorpresa: un thriller brutal de acción, frenético, con un protagonista que rompía con los moldes clásicos del género. Hutch Mansell, interpretado por Bob Odenkirk, era muy diferente al típico héroe musculoso; era alguien humano y vulnerable.
Ahora, con la llegada de 'Nadie 2', tenía muchas dudas: ¿sería capaz esta secuela de mantener el listón tan alto, y sobre todo, diferenciarse en un mercado saturado por sagas como 'John Wick' y similares? Ahora que la he visto, puedo decir que, aunque la película no innova, sigue siendo la alternativa más sólida y divertida al universo de Keanu Reeves.
Si ya viste la primera entrega, entonces sabes muy bien qué esperar: acción sin titubeos. Desde el inicio, 'Nadie 2' deja claro que no hay tiempo para largas introducciones: Timo Tjahjanto, responsable de esta secuela, apuesta por un estilo directo, visceral y muy juguetón, en sintonía con lo que vimos hace 4 años. El escenario central, un parque de atracciones, es también un acierto visual y narrativo: permite desplegar combates y persecuciones en espacios diferentes a los habituales, aprovechando todo tipo de atracciones.
Como digo, todo es bastante continuista: la violencia es casi una caricatura de muchas de esas coreografías de las que disfrutamos en el género. Me recordó por momentos a los experimentos más gamberros que encontramos en el cine de acción asiático, donde prima la imaginación casi tanto o más que la espectacularidad. Ahora bien, aclaro algo: 'Nadie 2' no me parece una parodia por mucho que siempre sepa cómo sacarnos una sonrisa.
Si buscas algo parecido a 'John Wick', probablemente quedes decepcionado: menos realismo y más desenfado. Wick es un personaje trágico que se mueve en un mundo casi mitológico, mientras que Hutch es un padre de familia que se ve obligado a combatir, cuando él lo único que quiere es tranquilidad.
'Nadie 2' integra todavía más a la familia del protagonista en la acción: lejos de ser un mero decorado, sus integrantes forman parte de la trama, se ven envueltos en conflictos y aportan aún más humanidad al personaje de Hutch. Y es uno de los mayores aciertos de un guion que no sorprende demasiado: con un tono más ligero que en 'Nadie', quizás más veraniego (es un punto positivo su fecha de estreno), 'Nadie 2' se acaba disfrutando más que la primera película aunque no sorprenda tanto como aquella.
Todo lo que comento desemboca en uno de sus pocos aspectos negativos: la película prescinde un poco de la tensión dramática de la primera entrega y acaba siendo menos transcendental a nivel argumental.
Vivimos en un mundo en el que el cine de acción está más vivo que nunca: 'Misión Imposible', 'John Wick'... Son muchas las sagas que están protagonizando éxito tras éxito. Sin embargo, 'Nadie 2', sin reinventar el género ni competir directamente con sus principales 'enemigos', consigue algo imprescindible en pleno verano: una película fresca, entretenida y que anima a que sus responsables sigan explorando a un personaje tan 'mundano' como Hutch.
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