Entiendo que hay nombres en la industria cinematográfica española que pueden seguir trabajando por ser quiénes son. Pero lo de Paz Vega... La que un día protagonizase 'Lucía y el sexo' o 'El otro lado de la cama' regresa a la gran pantalla demostrando que no, no es buena actriz. No hay más que echarle un vistazo a su filmografía reciente: 'Fireflies at El Mozote' (2024), 'Double Soul' (2023) o 'A todo tren 2: Sí, les ha pasado otra vez' (2022), películas en las que la intérprete da lo peor de sí misma.
En cualquier caso, esperaba un poco más de Paz Vega en 'No puedo vivir sin ti', una comedia española en la que el presupuesto se lo ha llevado su reparto y que pudo haber funcionado mejor de no haber sido por un guion aburrido y carente de gracia, y por unos actores que aparecen porque tienen que trabajar, y poco más.
Carlos tiene un trabajo perfecto, una vida perfecta y una relación muy tóxica con su teléfono celular. Cuando su adicción arruina un evento familiar, su mujer Adela le da un ultimátum. Él hará todo lo posible para recuperarla, incluso anotarse en una novedosa terapia que ha encontrado en internet: una terapia para adictos al teléfono móvil.
Adrián Suar, Paz Pega, Eva Santolaria o Ramón Barea son tan solo algunos de los protagonistas de 'No puedo vivir sin ti', comedia dirigida y escrita por Santiago Requejo ('@buelos'), acompañado en el guion por José Gabriel Lorenzo.
Si bien hay algunas películas y series en las que Paz Vega me sorprendió (destacaría 'Caleidoscopio', 'El lodo' o la propia 'Lucía y el sexo'), debo decir que las capacidades interpretativas de la actriz españolas no son muy numerosas. Lo impactante es que ni siquiera encaja en 'No puedo vivir sin ti', una película que falla por culpa de un reparto exagerado y que nunca encuentra su sitio: Adrián Suar, Paz Pega, Eva Santolaria o Ramón Barea son tan solo algunos de los que participan en esta comedia romántica coproducida entre España y Argentina, que puede estar funcionando en Netflix, pero difícilmente lo haría fuera de la plataforma.
Se llama 'No puedo vivir sin ti', pero claro que puedes vivir sin ella. Con una premisa que puede resultar interesante en los tiempos que corren (terapia de adicción al teléfono móvil), todo son problemas más allá del reparto: los personajes son odiosos, sobre todo el protagonista, interpretado por Adrián Suar. Paz Vega aparece más guapa que nunca, porque lo es, pero su interpretación se ve limitada por un guion que hace tontos a los personajes. Con unos diálogos horribles y poco naturales, es imposible hacerlo bien.
Por otro lado, el guion no deja de fallar y pierde ritmo cada dos por tres, entorpeciendo el escaso desarrollo de estos títeres que se mueven por 'No puedo vivir sin ti' como si nada ni nadie les importase. Como si el casting al completo aceptase participar en la película para ganarse el suelo.
Al menos se nota cierto esfuerzo en el apartado técnico, con una buena fotografía, iluminación y planificación, con la seguridad que aporta siempre una plataforma de streaming como Netflix. Y poco más, porque 'No puedo vivir sin ti' no es ni divertida, ni creo que nunca haya pretendido serlo.
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