Cameron Diaz lleva desde 2014 sin estrenar una película, pese a que en el pasado se convirtió en una de las actrices de moda: en aquel año, la intérprete lanzó Sex Tape: algo pasa en la nube, No hay dos sin tres y el remake de Annie, todas ellas producciones olvidables que pudieron suponer el final de su carrera. El punto es que Cameron Díaz, gracias a una entrevista que ha concedido hace escasos días, no fue 'expulsada' de la industria, sino que fue ella misma la que quiso abandonarla, al menos de forma temporal.
"Logré tener paz en mi alma, porque por fin podía cuidar de mí misma", contaba la intérprete a otra actriz, y también amiga, Gwyneth Paltrow: "es algo raro de decir, lo sé, y sé que mucha gente puede no llegar a entenderlo, pero sé que tú si [Paltrow]". Una de las cosas que ha logrado superar tras su etapa como estrella del cine ha sido poder dejar de estar expuesta a la opinión pública, ya que si vida privada pasaba a estar en manos de los periodistas y de los lectores o espectadores.
Sobre su labor en el pasado como actriz, Cameron Diaz afirma que "cuándo estás haciendo una película, les perteneces. Estás ahí 12 horas al día durante mínimo un par de meses. No hay tiempo para nada más: me di cuenta que de había cedido partes de mi vida a toda esa gente. Así que poco a poco las tuve que recuperar y hacerme responsable de mí misma". Además, odiaba ver cómo "todo el mundo hace cosas por tí (...). No me sentí cómoda. No era mi zona de confort". Por ello, ha aprendido a ser autosuficiente, a cuidar de sí misma, y a volver a ser adulta.
CONTENIDO RELACIONADO
"Llegó a un punto en el que parecía que tenía un altar de mí mismo", dice Tom Holland
Adam Driver protagoniza esta descafeinada película de ciencia ficción y dinosaurios
Movistar y Amazon, posibles interesados: podrían pagar 50 millones de euros por el servicio
The Witcher vuelve al terreno de la animación con un largometraje que se estrena durante el mes que viene
La película llegará a los cines de España el próximo 25 de abril de 2025
'Nosferatu' es un clásico del expresionismo alemán que, 57 años después, recibió remake