Ni la presión de los espectadores ni su trabajo resultante en el desenlace de la serie de HBO. Aunque durante las últimas horas se han puesto encima de la mesa todo tipo de argumentos para intentar dar una explicación a tal revés, lo cierto es que los motivos reales de la cancelación del proyecto tienen raíces mucho más estratégicas. David Benioff y D. B. Weiss ya no harán la nueva trilogía de Star Wars, y la principal causante es nada más y nada menos que Netflix.
"El día tiene unas horas limitadas, y sentíamos que no podíamos hacer justicia tanto a Star Wars como a los proyectos de Netflix". Esas palabras con las que los creadores anunciaban su salida del universo galáctico apuntaban directamente a un problema de calendario, y no a nada relativo a sus habilidades creativas. No importaban las declaraciones candentes vertidas en el Festival de Austin, donde confesaron haberse metido en "Juego de Tronos" sin ningún tipo de experiencia.
Y sí, fue concretamente el pasado agosto, cuando los cineastas firmaron el contrato valorado en 250 millones de dólares con Netflix, cuando Kathleen Kennedy tomó la decisión de prescindir de ellos. Fuentes de The Hollywood Reporter aseguran ahora que la presidenta de Lucasfilm no estaba muy contenta con ese acuerdo, y era consciente de que los creadores nunca habían trabajado en varios proyectos al mismo tiempo. De hecho, esta tuvo que aceptar esperar a que terminara la serie de HBO para poder entablar planes firmes con ellos.
La idea, claro, que fundamentó el fichaje en mayo de estos para la trilogía de Star Wars, pasaba por que solo trabajaran en las cintas sin ninguna otra distracción de por medio. La posición de Kennedy está aclarada, pero ¿por qué entonces Netflix desembolsó una cifra tan elevada por quedarse como segundo plato? Ahí está la clave de todo el asunto. La plataforma era consciente de que los 250 millones invertidos, no eran equiparables a los 300 millones, por ejemplo, puestos en el fichaje de Ryan Murphie.
Benioff y Weiss nunca habían trabajado en varios frentes a la vez, mientras que el creador de "American Horror Story" estaba ya manejando 10 producciones al mismo tiempo. Esos montos astronómicos, es más, solo se destinan a cineastas capaces de soportar grandes cargas de trabajo; es la única manera de hacerlo rentable. Y aún así, Netflix aceptó las condiciones, creyendo que no tendrían que esperar hasta que acabaran la nueva trilogía de Star Wars en 2026. "No van a pasar 10 años hasta que Netflix vea resultados", asegura una fuente del medio. Las previsiones pronto empezaron a fallar.
Mientras los creadores de "Juego de Tronos" se enfocaron en tan solo una de las tres cintas galácticas acordadas, los californianos comenzaban a ver imposibles en las cláusulas del acuerdo firmado con ellos. Básicamente porque Netflix requería que los cineastas estuvieran presentes en las producciones durante su desarrollo, y no lejos, en los estudios de Lucasfilm. Su desconfianza, comenzaba a calar también en el bando de Kennedy. Y es que, esta, consciente de los últimos despidos vividos en la franquicia (Chris Miller, Phil Lord, Josh Trank, Colin Trevorrow, Gareth Edwards), se inquietaba por momentos ante el devenir de los acontecimientos.
Fue entonces cuando Benioff y Weiss se contagiaron de las dudas cocinadas en ambas compañías. Los creadores de "Juego de Tronos" no querían volver a pasar por el mismo calvario que vivieron en la octava temporada de la serie, y el fandom de Star Wars no era especialmente conocido por ser benevolente con los cineastas de la franquicia. "¿Quién quiere pasar por eso otra vez? Ellos no", señalaba otra fuente. "Esto entraba en la categoría 'La vida es demasiado corta'". Tantas filtraciones terminaban hundiendo el barco con el que muchos fans ya comenzaban a ilusionarse.
Ahora la responsabilidad de las partes es incluso mayor. Lucasfilm continúa encontrando problemas para tejer un futuro cinematográfico firme, al estilo Marvel, Netflix sigue sin asegurar la rentabilidad del fichaje, y los propios cineastas ahora deben, no solo corresponder a las expectativas para acallar todas las voces críticas hacia ellos, sino que también necesitan satisfacer a la plataforma de streaming con un producto de calidad que ni ellos mismos están convencidos de poder conseguir.
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