La Orden 66 es uno de los momentos más terribles de la saga de ‘Star Wars' y representa un giro crucial en la historia de la galaxia que afectó a millones de seres a lo largo de la galaxia. También conocida como la Purga Jedi, este evento marcó el fin de las Guerras Clon y allanó el terreno para la trilogía original. Aunque la primera vez que la vimos fue en ‘Star Wars: Episodio III - La Venganza de los Sith', el impacto de la Orden 66 se ha explorado en múltiples formatos y subtramas dentro del vasto universo de ‘Star Wars’.
Esta orden fue el resultado de un plan Sith que se había gestado durante mil años, orquestado por el Canciller Palpatine, quien en realidad era Darth Sidious. Utilizando la Guerra Clon como un medio para su ambicioso propósito, Palpatine buscaba el exterminio de los Jedi y la instauración de su Imperio. La Orden 66 fue su golpe maestro, llevándose por delante a numerosos Jedi que, en los últimos momentos de la guerra, fueron sorprendidos por una traición a gran escala.
Tras la transformación de Anakin Skywalker en Darth Vader, Palpatine activó la Orden 66, un protocolo oculto que declaraba a los Jedi como traidores a la República. A través de transmisiones a los comandantes clon, el ataque se desató en varios frentes a lo largo de toda la galaxia. Los clones, que hasta ese momento habían luchado junto a sus generales Jedi, se volvieron de repente en su contra, resultando en un exterminio masivo de usuarios de la Fuerza.
Mientras esto sucedía, muchos Jedi se encontraban en el Templo Jedi de Coruscant, donde Palpatine envió a su nuevo aprendiz, Darth Vader, al mando de la Legión 501 para llevar a cabo una masacre, incluyendo a jóvenes padawans. Esta cruel orden marcó el inicio de lo que se conocería como los Tiempos Oscuros, un periodo en el que la luz de los Jedi fue prácticamente extinguida.
Aunque inicialmente podría parecer que los clones actuaron por decisión propia al seguir la Orden 66, la realidad es más compleja. En los años anteriores, los kaminoanos que crearon los clones implantaron biochips en sus cerebros. Estos chips fueron utilizados por Palpatine para manipular a los clones, convirtiéndolos en armas vivientes que obedecerían sin rechistar. Esta conspiración se reveló cuando un soldado ARC llamado Fives descubrió la activación prematura de un biochip que resultó en la muerte de un Jedi. Sin embargo, no pudo advertir sobre la situación, ya que fue asesinado.
Los Jedi, con su aguda percepción de la Fuerza, deberían haber podido detectar la traición de los clones. Sin embargo, la rápida activación de los chips inhibidores les impidió percibir las malas intenciones, dejándolos vulnerables ante el ataque. Muchos Jedi fueron atrapados en el último momento, convirtiéndose en víctimas de un conflicto que, en su esencia, había sido manipulado por Palpatine para transformar la República en su Imperio. Al inicio de las Guerras Clon, había alrededor de 10,000 Jedi activos; al final, se estima que solo unos 50 a 100 sobrevivieron.
La Orden 66 no solo significó la aniquilación casi completa de los Jedi, sino que también instauró los Tiempos Oscuros, durante los cuales el Imperio se consolidó. Pasaron casi dos décadas antes de que emergiera una resistencia significativa con la formación de la Alianza Rebelde. Durante este periodo, los pocos Jedi supervivientes se ocultaron, y la Orden Jedi fue considerada un vestigio del pasado.
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