Verónica es probablemente una de las películas españolas de terror más conseguidas de la década, y al menos desde la primera entrega de Rec. Ambas siendo del mismo director, era extraño que Paco Plaza no apostase por un proyecto relacionado con esa historia relacionada con el madrileño barrio de Vallecas e inspirada en hechos reales. Así ha nacido Hermana muerte, una película de Netflix que se aleja del 'basado en una historia real' para profundizar en el pasado de la trama, acercándonos a personajes de lo más misteriosos. ¿Merece la pena?
En la España de la posguerra, Narcisa, una joven novicia con poderes sobrenaturales, empieza a trabajar de profesora en un antiguo convento, ahora colegio para niñas. Conforme pasen los días, los extraños sucesos y las situaciones cada vez más inquietantes que la atormentan terminarán por llevarla a desenredar la madeja de secretos que rodean al convento y acechan a sus moradoras.
Aria Bedmar, Maru Valdivieso, Luisa Merelas, Almudena Amor y Chelo Vivares son tan solo algunas de las protagonistas de Hermana muerte, una película con un reparto completamente femenino que ha sido dirigida y escrita por Paco Plaza (esta última tarea en compañía de Jorge Guerricaechevarría).
En primer lugar, porque técnicamente es una película de terror irreprochable, algo que se agradece después de los experimentos fallidos que fueron El Exorcista: Creyente y La monja II. Paco Plaza consigue combinar escenas inquietantes, con otras tenebrosas y con algunas terroríficas, sin recurrir por ello al jumpscare en todo momento, aunque también haya espacio para el terror más puro y duro.
Segundo, su duración. De ritmo pausado, con pocos sustos y diálogos escuetos, Hermana muerte es una película que hay que degustar, porque su guion es mucho mejor que el de otras películas extranjeras que nos han llegado en 2023. No llega a ser terror experimental, aunque técnicamente lo intente, pero tampoco es una cinta comercial como sí lo era Verónica: el cineasta tira de ego para regalarnos un auténtico ejercicio de estilo, demostrando que es uno de los grandes maestros del terror patrio.
Y tercero, el reparto. Todas las protagonistas están maravillosas y transmiten, que es lo más difícil de conseguir en una cinta de terror sin caer en los típicos. Por lo tanto, ve corriendo a Netflix y pulsa sobre el 'play' en Hermana muerte.
SPOILERS DESDE AQUÍ
Ambas películas tienen en común a la Hermana Muerte, personaje interpretado por Consuelo Trujillo. En Verónica le explicó a la protagonista lo que desencadenó al jugar a la ouija al principio de la película y le ayudó a intentar deshacerse de lo que amenazaba a su familia. También explicó algunos de los eventos que le sucedieron en el pasado, como esa pérdida de la visión cuyo origen en la precuela es diferente.
Otra conexión se puede ver en la escena post-créditos (realmente es un epílogo) que se ambienta en la línea temporal de Verónica y que conecta las dos películas de Paco Plaza, que no cambia el final del largometraje de 2017 y que mejor veas por ti mismo. ¿Habrá más entregas de este 'universo' Verónica ahora que Hermana muerte está funcionando tan bien?
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