ChatGPT es una de las invenciones recientes que más ha revolucionado el día a día de muchas personas: desde proyectos enfocados directamente al humor hasta un soporte crucial en el desempeño de ciertas actividades laborales. ChatGPT es una Inteligencia Articial que ofrece una asistencia de gran valor a aquellos que la utilizan con buenas intenciones, y es que los que por otro lado buscaban que la IA les echara una mano en actividades menos 'lícitas' han acabado dando con lo conocido como WormGPT.
De la misma forma en la que ChatGPT es una Inteligencia Artificial que muchos utilizan como un asistente digital a día de hoy, WormGPT hace lo propio pero para delincuentes de Internet. Es decir, cuando tú le preguntas a la IA cómo te puede ayudar a mejorar un texto, proyecto, presentación o cualquier idea similar, en WormGPT los delincuentes virtuales buscan maneras de poder facilitar procesos fraudulentos de toda clase. Esto es posible dado que WormGPT, a diferencia de ChatGPT, no cuenta con filtro ético de ninguna clase que limite sus respuestas.
Los delincuentes virtuales que se apoyan en esta Inteligencia Artificial carente de ética se aprovechan sobre todo de la capacidad de WormGPT para crear correos electrónicos pensados para estafar a la gente. Gracias a las capacidades de redacción de WormGPT, la Inteligenia Artificial es capaz de formular correos electrónicos aparentemente legítimos que despisten a sus destinatarios, provocando que caigan en las garras de un delincuente virtual que, en última instancia, busca robar datos de terceros.
Se desconoce la identidad del creador original de WormGPT, pero lo que se sabe es que incuestionablemente fue un hacker el que dio forma a esta variante de ChatGPT. El hacker en cuestión, pues, entrenó a la IA de WormGPT con toda clase de datos de malware para que se especializara en la producción de contenido fraudulento. Asimismo, la principal diferencia entre WormGPT y ChatGPT es que el primero no cuenta con ninguna de las limitaciones éticas que acompañan a la estructura del segundo.
Dada su consideración como herramienta orientada al crimen digital, lo cierto es que dar con WormGPT para su contratación no es una tarea precisamente sencilla. No obstante, de hacerlo uno se encontrará con que el coste de uso de WormGPT es de 60 euros al mes, lo que implica que el criminal que desarrolló la tecnología no solo debe estar haciendo dinero a través del uso propio de la misma sino también mediante todos aquellos que desean dedicarse a las estafas cibernéticas.
La realidad es que no hay forma sencilla de discernir un contenido creado a través de WormGPT. Ese es el motivo por el que se ha vuelto tan popular entre los criminales cibernéticos y también por qué su presencia en las redes se ha oscurecido lo máximo posible.
En estos caso, lo único que se puede hacer es dejar una serie de recomendaciones:
Por lo general, la principal recomendación que se puede realizar es que de recibir repentinamente un correo electrónico en el que se reclamen datos personales de algún tipo, no hay que revelar información que pueda comprometer a uno a menos de estar 100% convencido de la fiabilidad del correo.
Desafortunadamente, malas personas que se aprovechan de otras más inocentes han existido a lo largo de toda la historia de la humanidad, pero con lo confuso que puede ser Internet para más de uno realmente estamos en una era de bastante vulnerabilidad digital. Es por ello que no puedo enfatizar lo suficiente lo importante que es no revelar datos de cuentas, pagos o similares a través de algo tan rudimentario como un correo electrónico. Y ya no solo por WormGPT, sino porque incluso sin esta IA las estafas digitales son algo realmente común.
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