Un nuevo estudio científico acaba de confirmar algo que los nutricionistas llevan años sospechando: el yogur no solo es bueno para la digestión, sino que puede ser tu mejor aliado contra el ictus. La investigación, que analizó datos de más de 27.000 adultos estadounidenses durante 12 años, ha encontrado una correlación tan clara que está revolucionando las recomendaciones nutricionales para la prevención del accidente cerebrovascular.
Los números son contundentes: cada 50 gramos de productos lácteos fermentados que consumes al día reduce tu riesgo de ictus en un 7%. Para que te hagas una idea, estamos hablando de menos de medio yogur diario. El estudio, publicado tras analizar datos del sistema de salud estadounidense NHANES entre 2007 y 2018, es uno de los más amplios realizados hasta la fecha sobre este tema y sus conclusiones están dando que hablar en la comunidad médica internacional.
La investigación no solo confirmó los beneficios de los lácteos fermentados en general, sino que identificó al yogur como el gran protagonista. Mientras que el queso y el suero de leche no mostraron asociaciones significativas con la reducción del riesgo de ictus, el yogur demostró una protección consistente en todos los modelos de análisis. Los participantes que consumían más de 170 gramos de yogur al día tenían hasta un 38% menos probabilidades de sufrir un accidente cerebrovascular.
¿Cuál es el secreto del yogur? Los investigadores apuntan a tres mecanismos clave. Primero, los probióticos presentes en el yogur mejoran la salud intestinal y reducen la inflamación sistémica, un factor crucial en el desarrollo de ictus. Segundo, el alto contenido de calcio del yogur ayuda a regular la presión arterial al influir en la contracción y relajación de los músculos vasculares. Tercero, los microorganismos beneficiosos producen ácidos grasos de cadena corta que tienen efectos protectores sobre el sistema cardiovascular.
El estudio estableció rangos de consumo muy específicos que maximizan los beneficios protectores. Para el consumo total de lácteos fermentados, la cantidad óptima está entre 0 y 38.3 gramos diarios, lo que equivale aproximadamente a dos cucharadas de yogur. Sin embargo, para obtener la máxima protección específica del yogur, necesitas consumir más de 170 gramos al día, es decir, un yogur grande o dos pequeños.
Los datos son especialmente relevantes considerando que solo el 59.8% de los participantes consumía regularmente productos lácteos fermentados, y únicamente el 14.8% incluía yogur en su dieta habitual. Entre los consumidores de yogur, la incidencia de ictus fue del 2%, comparado con el 2.4% de la población general. Es una diferencia que puede parecer pequeña, pero que representa miles de vidas salvadas cuando se extrapola a nivel poblacional.
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