Si alguna vez te has tomado un café en un bar (cosa que es bastante probable a poco que haya uno cerca de donde vives), lo más probable es que te lo sirvan en una pequeña taza que se encuentra apoyada sobre un plato de escasas dimensiones. Y es que, mientras mucha gente piensa que este último sirve únicamente para colocar la cucharilla o la galleta de cortesía con la que se acompaña esta bebida, lo cierto es que el plato pequeño del café tiene una función concreta. Os cuento todos los detalles a continuación.
La función actual del plato pequeño que se coloca bajo la taza de café tiene que ver con algo que es bastante práctico y cuyo objetivo se hace más evidente conforme te paras a pensar en ello por un momento. Básicamente, tiene que ver con ayudar a que se enfríe el café al hacer que su recipiente principal entre en contacto con una superficie que no está caliente. Aunque bien es cierto que otro de los usos tiene que ver con el de hacer de posavasos e impedir que la mesa sobre el que se posa el café se manche del todo.
Sin embargo, el origen de esta práctica es mucho más curioso de lo que parece, dado que las tradiciones apuntan a que esto es algo que se comenzó a hacer alrededor del siglo XVIII y, aunque tuviera la misma función por aquel entonces, lo cierto es que su uso se planteaba de una manera totalmente diferente.
Los rumores apuntan a que esto era una costumbre del siglo XVIII, donde el plato se usaba para enfriar el café de una forma algo diferente. Básicamente, se dice que la gente vertía el café desde la taza a este último con el objetivo de que bajase su temperatura al hacer que un mayor porcentaje de superficie estuviera en contacto con el aire. De hecho, mucha gente se lo bebía directamente desde el plato una vez el café se había vertido ya sobre él.
Las pruebas que existen de esto último (más allá de lo que transmite de generación en generación dentro de la cultura popular) pueden resumirse en varios cuadros que se pintaron en aquella época y que mostraban a la gente siguiendo este procedimiento. De hecho, según recoge el museo Metropolitan, el más famoso recibe el nombre de ¨The Woman Taking Coffee¨ del pintor Louis Marin Bonnet, donde se puede ver a una mujer vertiendo el café desde la taza al plato (cuya imagen podéis ver un poco más arriba).
¿Qué os ha parecido esta curiosidad sobre el café? ¿Os imaginabais que el plato servía para esto muchos años atrás? Evidentemente, estamos ante una costumbre que se ha perdido y no tiene pinta de que se acabe recuperando en ningún momento, por lo que todo esto queda como un recuerdo lejano dentro de la cultura popular.
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