Ah, el oficio de cocinero, un trabajo al alcance de todos pero que al final del día no muchos serian capaces de lidiar con él. Porque hay que reconocerlo, el trabajo de la cocina es uno de los más duros que podemos encontrarnos en nuestro día a día: clientes con prisa, platos que se desmadran, camareros que se llevan lo que no deben y descuadran todo. Ya de por sí todo esto suena complicado, pero si a este explosivo cóctel le añadimos que la cocina esté en las situaciones más extrañas que se nos ocurran, nos da como resultado un desafío tan divertido como es cocinar en Overcooked.
Nada más empezar, el juego ya nos presenta a nuestro líder, el rey… ¿cebolla? Pues sí, el mismo, quien nos presentará la situación en que nos encontramos y nos guiará por un sencillo tutorial inicial en el que deberemos alimentar a La Bestia, un ser deliciosamente peligroso que ha traído el apocalipsis al mundo tratando de saciar su aparentemente infinito apetito. Como es de esperar, fallaremos en nuestro primer intento de lograrlo (mal iríamos si el juego acabase aquí) con lo que el rey nos llevará a los tiempos ya pasados para que practiquemos y ganemos esas habilidades que necesitaremos para enfrentarnos en la batalla definitiva contra La Bestia.
Después de este breve tutorial, y tras salir del hogar del rey cebolla, estaremos en un mapa casi en blanco, que se irá generando a medida que superemos los distintos niveles del juego y ganemos estrellas con las que podremos desbloquearlos. Según nuestra habilidad para cocinar y satisfacer a los clientes podremos ganar de una a tres estrellas, y aunque al principio no será difícil conseguir una puntuación elevada, a medida que avancemos las cocinas no nos lo pondrán fácil. Después de todo estamos entrenando para enfrentarnos a un ser apocalíptico…y muy hambriento.
Si bien el primer nivel del juego será sencillo, una cocina normal y corriente en la que aprender a hacer un nuevo plato (cosa que pasará cada vez que aprendamos a hacer un plato diferente) a partir del segundo nivel comenzaremos a ver la “magia” de este juego. ¿A qué me refiero con eso? A cosas como que tendremos que cocinar en barcos, y no con cocinas bonitas y bien asentadas, sino en unas montadas a todo correr y que harán que con el bamboleo del agua nuestras mesas se muevan de un lado a otro, haciéndonos correr detrás de los platos que tan bien habíamos preparado para servir a nuestros clientes; o si esto os parece poco, también podemos encontrarnos con que un terremoto divida nuestra cocina en dos, o incluso que nuestra cocina ya venga dividida en dos ya que estaremos cocinando en los tráiler de dos camiones que van a toda velocidad por una autopista.
Eso sí, no hay que preocuparse ya que la comida no se caerá al suelo ni se estropeará, aunque lo que sí puede pasar es que si la dejamos demasiado tiempo en el fuego se ponga a arder, situación ante la que más nos vale coger rápido el extintor a menos que queramos ver como el fuego se extiende haciendo aun mayor el desmadre de esta extraña cocina.
Un solo buen cocinero puede llevar una cocina entera, hasta cierto punto al menos, pero incluso al mejor le resultaría casi imposible enfrentarse a las condiciones cambiantes de las cocinas de Overcooked, con lo que como mínimo tendremos que emplear a dos cocineros si queremos superar lo que nos depara este título. Esto no significa que no podamos jugar solos, ni mucho menos, ya que el juego nos dará a dos cocineros para manejar por nuestra cuenta si no tenemos a nadie más con quien jugar. Simplemente tendremos que ir alternando el manejo de uno y otro cocinero a medida que necesitemos de sus servicios, con lo que mientras uno por ejemplo trocea los tomates para una deliciosa hamburguesa, el otro puede estar atendiendo a la sartén mientras se fríe la carne, o apagando el fuego que hemos provocado por dejar la sopa demasiado tiempo en el fuego.
Si por el contrario tenemos algún amigo que esté dispuesto a asumir el desafío con nosotros, podremos jugar hasta cuatro personas en la misma cocina, cada una con su mando o haciendo uso del teclado, según nos las arreglemos mejor. ¿La pega? Que el multijugador es, por ahora al menos, solo local. Sus creadores nos comentaron en la entrevista que podéis ver en nuestras impresiones del juego que “Hay una gran falta de juegos cooperativos que te hacen sentarte en el sofá a echarte unas risas con tus amigos” y es por eso que hicieron de Overcooked un juego de ese estilo. En el futuro tal vez veamos un cooperativo online, eso nunca se sabe. En cualquier caso, entre todos podremos manejar a un cocinero cada uno, y ya depende de cada equipo si la cocina ira como la seda con unos cocinando, otros sirviendo y otros fregando los platos, o si el caos más absoluto se adueñará de la cocina con todos chocándose para ser los primeros en conseguir un ingrediente para su plato.
Es más, si queréis enfrentaros así os recomiendo que paséis al modo Cara a Cara, un modo que nos permitirá enfrentarnos entre nosotros a ver quien cocina más rápido, teniendo cada equipo su propia cocina con la que demostrar quién es el mejor, y tal vez decidir quien se encarga de fregar los platos después de la partida.
Como ya hemos mencionado arriba, los controles del juego pueden llevarse tanto desde un teclado como con un mando, controles que, si bien son realmente simples, están realmente bien implementados en el juego. Cierto es que como viene siendo habitual cuando algo salga mal echaremos la culpa al mando, pero solo nos servirá como excusa para nosotros mismos ya que el juego responderá a todos y cada uno de nuestros movimientos casi perfectamente, ya que para algunos los movimientos pueden resultar algo mecánicos.
Añadimos a la mezcla la selección musical del juego, una serie de melodías que acompañan al trabajo de la cocina a diferencia de otros juegos en los que lo hacen aun más pesado. Ya desde la pantalla de inicio, la música nos llevará de vuelta a los viejos tiempos, aquellos en los que realmente se cocinaba para disfrutar de la buena comida y no para alardear de platos extraños. ¿O acaso creéis que La Bestia se saciará con tortillas deconstruidas y ensaladas ahumadas? No señor, dadle una buena sopa con una hamburguesa de segundo plato, o sino seguramente seáis vosotros el postre.
Siguiendo con los sentidos, también disfrutaremos con la vista, ya que el arte del juego es de lo mejor. Seguramente Overcooked os saque más de una sonrisa viendo las caras alegres y en ocasiones extrañas de los cocineros, los cuales iremos desbloqueando a medida que avancemos en el juego (nos encontraremos incluso a un gato cocinero, aunque no nos dará ningún tipo de bonus aunque cocinemos platos de pescado con él). No solo con los cocineros, sino también con los ingredientes, ya que muchos granjeros querrían seguramente cultivar tomates y lechugas tan enormes con las que sacaremos infinitamente de las cajas de ingredientes. Simplemente coged un tomate, ponedlo en la tabla y disfrutad viendo como vuestro cocinero se encarga de prepararla para crear finalmente un plato de lo más delicioso.
Overcooked es uno de esos juegos que todo amante de los juegos indie debería tener en su galería de juegos, tanto si jugáis en PC, como si lo hacéis en vuestra Xbox o PlayStation. Este juego os dará horas de risas y piques de los sanos con vuestros amigos, chocando entre vosotros para tratar de tener contentos a los clientes cuyas comandas se van acumulando a medida que sirvamos los platos. E incluso si jugáis solos tampoco os aburriréis, ya que los desafíos que presenta cada cocina os harán querer repetir una y otra vez como si de un buen plato se tratase.
Si bien el modo local no es para todos, es una buena oportunidad para recuperar esas sesiones de juegos de las que disfrutábamos en los viejos tiempos juntando a nuestros amigos en el sofá, y pocos serán los que no quieran repetir algo como esto aunque solo sea por ver como todo el equipo corre de un lado para otro en un caos absoluto para preparar una simple sopa. Solo nos faltaría poder sacar los platos del juego para olerlos y probarlos y la experiencia ya daría para ser considerada perfecta.