Siempre me ha gustado 'La que se avecina', pero al mismo tiempo, me costaba mucho terminar los episodios del tirón. Cuando abría Amazon Prime Video y pulsaba el play, me topaba con la misma barrera: capítulos que duraban 80 o 90 minutos en el mejor de los casos, con una tendencia a alargar al máximo tramas que no daban más de sí.
Con el paso del tiempo, noté que esa duración excesiva le restaba frescura a una serie actual que seguía anclada en un formato del pasado. Las historias, que en sus mejores momentos eran ágiles, ingeniosas y estaban cargadas de humor negro, se estiraban como un chicle para llenar un metraje que casi nunca necesitaban. Lo que se podía haber contado en apenas 40 minutos, acababa convertido en una maratón en una época en la que la sociedad busca dosis pequeñas para no perder el interés.
Sin embargo, la temporada 16 de 'La que se avecina' ha solucionado este problema que viene arrastrando la comedia de los hermanos Caballero desde su estreno: 8 episodios que no superan los 60 minutos de duración, demostrando que un metraje más comedido es justo lo que necesitaba la serie para resurgir con fuerza en plataformas de streaming.
Y es que este ajuste en el metraje no es solo un cambio técnico: se nota en el ritmo, en la construcción de las tramas y en la forma en la que la comedia recupera parte del encanto que ha perdido con el paso de los años por culpa del agotamiento. Los episodios, ahora más concentrados y directos, evitan ese relleno que antes lastraba la experiencia y permiten que cada conflicto respire lo justo y necesario para funcionar.
Sin ir más lejos, el episodio 1 de la temporada 16 de 'La que se avecina', titulado 'Un vicepresidente minion, el lobo de contubernio y dale perico al torno' es un buen ejemplo: en el pasado, probablemente este comienzo de temporada habría empleado unos 80 o 90 minutos para explorar sus tramas, con bromas que dejaron de funcionar hace muchos años y unos personajes que ya no saben qué más hacer en pantalla. En cambio, con este cambio en la duración, muchas de esas bromas funcionan porque no se explotan hasta la saciedad. Sin ir más lejos, Amador, Coque o Antonio Recio, quienes se enfrentan a nuevas situaciones, resultan menos histriónicos porque los vemos respirar. Y eso es todo un alivio.

El hecho de que ninguno de los capítulos supere los 60 minutos también encaja mejor con el consumo actual: sesiones más cortas, más dinámicas y más fáciles de encajar en el día a día. Ya no se siente como un compromiso maratoniano, sino como una serie que invita a ver "solo uno más" sin agotarte.
'La que se avecina' siempre ha sido una comedia fresca, con personajes llevados al límite, diálogos frescos y situaciones disparatadas. Cuando tenías que escribir a la fuerza guiones que parecen extraídos de una película en cuanto a duración, es imposible hacer temporadas que duren más de 10 horas en los tiempos que corren.
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