Ya es oficial. "Bruja Escarlata y Visión"ha terminado con su idiosincrático tono/homenaje de sitcom para enfrentarse a su desenlace. En realidad, ya se nos avisó la semana pasada cuando se incluyó por primera vez en la serie una escena postcréditos. Marvel había vuelto en toda su magnitud para preparar la fiesta final. Y, preparados los espectadores o no, en su octavo episodio la han comenzado.
En el último capítulo nos quedamos con el cliffhanger de Agatha Harkness, el mayor interrogante visto hasta ahora en esta primera producción de la Casa de las Ideas para Disney Plus (quizá a excepción de ese falso Pietro de Evan Peters). ¿Quién es esta nueva bruja? ¿Qué busca? ¿Para qué quiere a Wanda? Pues bien, con ella arrancamos. "Bruja Escarlata y Visión" la sitúa al fin en su contexto, mostrándolo fundamental de su centenaria historia en el arranque del episodio. Pero a partir de ahí, el metraje es de Wanda, interpretada por una Elisabeth Olsen que vuelve a dejar una actuación memorable.
La redención de Wanda
En esta nueva entrega de "Bruja Escarlata y Visión", titulada "En episodios anteriores", Marvel nos lleva al fin a conocer a la Vengadora. Pero a conocerla de verdad. De la mano de Agatha y la propia Wanda, nos vamos al pasado para ver los orígenes de una niña y su hermano gemelo en Sokovia. A partir de ahí, comienza un viaje de más de media hora por toda su vida. Sus deseos, su afición por las sitcoms y sus traumas se nos presentan por primera vez sin tapujos ni añadiduras. Es una operación a corazón abierto a la protagonista de la serie.
Y esto es especialmente remarcable porque, hasta ahora, Wanda solo había sido una secundaria. Un personaje que empezó como alguien de importancia menor en el grupo de superhéroes del UCM, que poco a poco gracias a su poder y a su carisma se fue ganando un hueco cada vez más destacado. Pero siempre a la sombra de los importantes. Sabíamos que era increíblemente poderosa, sabíamos que su potencial aún no había estallado, pero en realidad no sabíamos quién era.
Por eso, este camino que ahora recorremos en "Bruja Escarlata y Visión" junto a ella es su redención. Pero no una que tuviera que hacer Wanda para con el mundo, sino la que Marvel -y el espectador- le debían a ella. Por fin se nos muestra desatada, pero también completamente indefensa, rota. Probablemente nunca habíamos ahondado tanto en un personaje de esta franquicia, en su psicología y en su salud mental. Ya la comprendemos, y con ella comprendemos todo lo que ha ocurrido en Westview en las últimas semanas. Era lo que Wanda necesitaba, lo que la Bruja Escarlata merecía.
El poder de Marvel
El octavo de "Bruja Escarlata y Visión" es un episodio que, seguramente, se ríe en la cara de todos los anteriores -y de muchas de las producciones previas de Marvel Studios- en términos de narrativa. Pero es que, además, es capaz de hacerlo sujetándose en el A-B-C más puro de la saga: escena de pausa para dar contexto-acción y emoción desbordantes-vuelta a empezar. Es su fórmula, llevan 13 años puliéndola, y han conseguido que funcione. En este capítulo, cada microrrelato de Wanda se estructura de esa forma, y con ello consigue mantener la atención hasta el punto de que cuesta incluso parpadear.
Esa es la auténtica valía de Marvel. Sabe lo que quiere contar, cómo lo debe contar y cuándo lo debe contar. En "Bruja Escarlata y Visión", especialmente en la primera mitad de la temporada, abogó por un estilo algo más arriesgado que funcionó a las mil maravillas. Pero después ha vuelto a lo de siempre y ha demostrado que no se les había olvidado cómo hacerlo. Es un preparativo para ese apoteósico final que se ve venir ya el próximo viernes.
Un preparativo que no está exento de regalos, por otro lado. Cada pequeño recuerdo de la memoria de Wanda deja desde alguna sutil frase o diálogo hasta espectaculares secuencias visuales. Todo lo que vemos está supeditado a la épica de la emoción, expresada en los mimbres rotos de Wanda y su potente historia. Y todo esto ocurre porque Marvel sabe que lo quiere exactamente así. "Bruja Escarlata y Visión" es la compañía consagrándose a sí misma.
Conclusión
El octavo episodio de "Bruja Escarlata y Visión" es el mejor episodio que ha dejado la serie. Construido con la misma agilidad e inteligencia de siempre, esta vez su importancia sobrepasa por mucho la de todos los que le preceden. Caminamos con Wanda por su propia mente y su pasado, nos reímos con ella, superamos duelos con ella y nos rompemos y gritamos como ella. Es, en esencia, la historia de orígenes de un superhéroe, contada en 44 minutos de pura maestría. Un verdadero viaje emocional sin paliativos.
El octavo episodio de "Bruja Escarlata y Visión" es el mejor episodio que ha dejado la serie. Construido con la misma agilidad e inteligencia de siempre, esta vez su importancia sobrepasa por mucho la de todos los que le preceden. Caminamos con Wanda por su propia mente y su pasado, nos reímos con ella, superamos duelos con ella y nos rompemos y gritamos como ella. Es, en esencia, la historia de orígenes de un superhéroe, contada en 44 minutos de pura maestría. Un verdadero viaje emocional sin paliativos.
Wanda ya es una de las principales referencias del UCM
Elisabeth Olsen
El capítulo más emocionante hasta ahora
Respetuoso con temas delicados como la salud mental
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