Desde que Pol se "reencuentra" con Merlí, hasta que el joven conecta de forma inmediata con la Profesora Bolaño. Todo nos recuerda al espíritu de "Merlí", pero trasladado a un ámbito más maduro, que no adulto, sin alejarse ni mucho menos de los estándares de las series juveniles. "Merlí: Sapere Aude" actúa como una especie de epílogo a la ficción original, aunque realmente podríamos definirlo como prólogo a su final. Y es que desde el comienzo, los seguidores de "Merlí" sabemos cómo va a acabar este spin-off, y nada de eso nos importa, porque la trama realmente trata sobre quién es Pol.
¿Y quién es Pol? Un joven con dudas sobre su sexualidad, que llega a la universidad queriendo ser como un fiel amigo: un profesor de Filosofía apasionado por lo que hace. Pero se da cuenta de que el sistema es como él mismo criticaba hace tan solo unos meses: una educación arcaica, antigua y aburrida, que tan solo despierta su interés gracias a la Profesora Bolaño. ¿Es Merlí el personaje interpretado por María Pujalte? Ni mucho menos: es excéntrica, pero su carácter no es el mismo que Bergeron. Es cierto que pronto comenzará una relación muy cercana con el alumno, pero también Pol es consciente de que Bolaño solo comparte con Merlí la conexión que provocan entre él y la Filosofía.
Pero "Merlí: Sapere Aude" no gira todo en torno a Pol y su nueva vida universitaria: otro pilar importante reside en la "no relación" que existe entre él y Bruno. El segundo logró aceptar quién era en la serie original, pero el primero sigue negando su orientación bisexual. Como bien explica el hijo de Merlí a Pol, su problema es no saber que es "bisexual". No acepta que su atracción sexual tanto hacia chicas como hacia chicos es real, pero sigue haciendo todo aquello que realmente quiere. Y eso crea una relación de complicidad entre ambos que parece no terminal de resolverse, aunque el espectador ve claramente que están enamorados el uno del otro.
¿Qué más era "Merlí"? Una serie sobre amigos; sobre esas amistades que nos marcan. En "Merlí: Sapere Aude", el paso a la universidad se ve reflejado claramente en la distancia que se crea entre la gente que se conoce en el instituto. Unos estudian fuera de Barcelona; otros, se mudan con sus parejas. De verse todos los días, a quedar para fechas señaladas, por lo que es hora de conocer a gente nueva, personas con las que conectar; eso es lo que les ocurre a Pol y Bruno; el primero, en Filosofía; el segundo, en Historia. Aunque en la serie nos centraremos en los amigos del protagonista, también habrá momentos en los que veamos al hijo de Merlí Bergeron tratar con las personas de su nuevo círculo de amistades, caracterizando así la vida de cada uno de los jóvenes que, de momento, no están hechos el uno para el otro.
Las subtramas de los nuevos personajes volverán a ser uno de los ejes principales de cada episodio: sabremos cómo es la vida de Minerva, una adolescente argentina que representa claramente a aquellos estudiantes que deben subsistir en otras ciudades a la suya. Rai es el "nuevo Pol", aunque nacido en un mundo totalmente diferente a aquel: un joven rico que está insatisfecho con su vida y que mantiene una relación muy estrecha con alguna de las amigas de su madre, muy afectada por la pérdida de su marido.
Biel nos recuerda mucho a Tánia: inocente, ingenuo y muy buena persona. Será uno de los grandes pilares estudiantiles del protagonista, y como Tánia, parece ser la mente pensante del nuevo grupo. Oti, por su parte, nos trasladada a la actitud e Berta: desenfadada, divertida y con un novio, Arnau, que representa la monotonía vital en la que se encuentra la joven. Cuatro adolescentes que cambiarán la vida de Pol para siempre, y que le acompañarán en el camino universitario que le llevará a ser el nuevo Merlí.
Pero, ¿funciona el cambio de personajes? ¿Echamos en falta a los verdaderos amigos de Pol y Bruno, conocidos en el Ángel Guimera? Si bien es llamativo ver cómo los protagonistas se distancian tanto de sus antiguas amistades, el nuevo grupo soporta todo el peso dramático que tenía el antiguo en la serie original de TV3, y permiten dar el salto a las tramas más adultas y complejas de "Merlí: Sapere Aude", una serie que apuesta por ser más exhibicionista, además de madura: el sexo está más presente que nunca, y los desnudos integrales serán una constante. ¿Su salto a Movistar+ ha ayudado a ello? No necesariamente, ya que este spin-off, supuestamente, se verá en meses posteriores en la cadena autonómica catalana, por lo que salvo censura, estas escenas seguirán formando parte de su metraje.
En resumen, la continuación que todos esperábamos de "Merlí": nos gusta más, nos engancha más, y nos permite conocer la evolución de la relación entre Pol y Bruno mediante los ojos del primero. Un cambio de personaje protagonista que permite comprobar cómo Carlos Cuevas se luce en el rol de su vida: este joven catalán dudoso de sí mismo parece hecho a la medida del intérprete.
Una continuación que habla del cambio generacional; del salto a la universidad y del descubrimiento de uno mismo. Un Pol que va madurando mientras es consciente de quién es
Sobre Pol descansa todo el peso argumental de una serie que mejora a su antecesora
Trata la pérdida de Merlí de la forma más respetuosa posible
La relación de Pol y Bruno, más interesante aún que en "Merlí"
El sexo: siempre presente, pero nada obsceno
Los personajes de "Merlí" pasan a un plano fantasma pese a ser personas esenciales para Pol y Bruno, aunque hay sorpresas
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